Oaxaca de Juárez, 3 de junio. El proceso que se vivió este domingo para la supuesta elección de jueces y ministros no solo fue inédito, también fue alarmante. Lo que el gobierno federal presentó como un ejercicio democrático no fue más que una simulación orquestada desde el poder para legitimar decisiones previamente tomadas. La llamada “elección judicial” evidenció el riesgo que enfrenta el país cuando se confunde democracia con manipulación.
Senadoras, senadores y diputados federales de nuestra bancada han solicitado la anulación de este proceso por carecer de las condiciones mínimas de equidad, transparencia y legalidad. No podemos guardar silencio cuando hay indicios claros de uso faccioso de recursos públicos, propaganda disfrazada de información institucional y una evidente operación política desde el gobierno federal.
Lo que vimos este domingo es peligroso: el intento de tomar control del Poder Judicial mediante una elección controlada, sin auténtica competencia, con resultados predecibles y sin ninguna credibilidad. Si permitimos que esto se normalice, mañana podrían desaparecer los contrapesos, los derechos y la justicia misma.
Por eso, desde el PRI seguiremos defendiendo la legalidad, exigiendo que se anule esta elección fraudulenta y apostando por un México con instituciones libres e independientes. No se trata de partidos, se trata del futuro de nuestra democracia.
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