Visita de Trump ¿Quién jugó qué?
Fernanda Cardoso
Sin lugar a dudas la semana inicia con noticias bastante especiales, desde la muerte de Juan Gabriel hasta la inesperada e insospechada visita de Donald Trump. Es decir, los mexicanos vivimos una pesadilla surrealista que parece no acabar aún, si bien muchos sectores social-demócratas en Estados Unidos afirman que la visita de Trump fue un acierto para el ya extinto gobierno de Enrique Peña Nieto, otros aseguran que el costo político de dicha visita apenas está mostrando sus consecuencias.
He de confesar que al principio yo estaba contenta del intento de “diálogo” que promocionó la presidencia con Donald Trump. A diferencia de las voces que se alzaban en contra de recibir a este básico y primitivo personaje, yo estoy convencida de los poderes de la negociación. Si bien, los mexicanos (me incluyo) nos sentimos agraviados por los múltiples insultos que Trump lanza en contra de cualquiera, no podemos dejar de reconocer que existe una posibilidad real de que pueda convertirse en el líder del nuestro principal socio económico y comercial.
En materia de negociación, México tenía todas las de ganar, Trump se encontraba en nuestro territorio y era el momento perfecto para establecer nuestras condiciones para comenzar una nueva relación si no cordial sí lo más sana posible. Lamentablemente, la visita de Trump representó una estrategia de campaña a la que el gobierno de Peña Nieto se prestó. Jamás se habló de cosas importantes como una reforma a la ley migratoria, como las nuevas condiciones impuestas al TLCAN o como las estrategias de seguridad bilaterales que emprende Estados Unidos y México en su lucha contra el crimen organizado.
Prácticamente, Donald Trump y su equipo de campaña vinieron a establecer e imponer las condiciones en las que se daría la relación bilateral si este personaje ganara. En particular, pienso que la visita de Trump pone de manifiesto la falta de preparación de los asesores de Peña Nieto y la poca capacidad negociadora de la cual este gobierno ha hecho alarde. Al final del día, Trump con la visita a México aumentó su aceptación entre los latinos e impuso un juego que, de ser electo este candidato, será muy difícil dejar de jugar.
Finalmente esta visita trajo más hartazgo y más decepción a los mexicanos que ya ven este sexenio perdido entre los múltiples desaciertos de un gobierno que no tiene una idea clara de qué hacer o de cómo se hace política, mucho menos de cómo se emprende una negociación a nivel internacional.

