Miércoles, 09 de Julio de 2014 19:52 Abel Santiago Abel Santiago

Oaxaca de Juárez, 9 de julio. El gobierno de Enrique Peña Nieto, que promovió y lleva a cabo la reforma energética, supuestamente para elevar la economía del país y apoyar a las clases más desprotegidas, al mismo tiempo incrementó el precio de los gasolinazos, que son los aumentos mensuales de los combustibles, gasolina Magna, Premium y diesel. El sábado pasado se aplicó el séptimo aumento de este año, dizque para eliminar paulatinamente el subsidio a los combustibles, para homologarlo con los precios a nivel internacional, lo cual sabemos, y lo sabe el gobierno pero mañosamente lo oculta, es imposible si comparamos el nivel de vida y los ingresos que se reciben en México con los del extranjero. En un cuadro comparativo con base en los datos difundidos recientemente por Bloomberg, aquí se adquiere la gasolina más cara del mundo, tomando como proporción los salarios que se pagan en el país. En la información proporcionada se cita que por ejemplo en Noruega se paga el equivalente a 126.34 pesos por galón, pero su población productiva recibe un salario promedio de tres mil 523 pesos diarios, en tanto que en México se pagan alrededor de 48 pesos por galón de gasolina Magna, y el salario mínimo es de 67.29 pesos diarios. Se agrega en la nota publicada que en México 56 por ciento del consumo de combustible es de gasolina Magna, 11 de Premium y 33 por ciento de diesel.
El presidente de la Federación de Organizaciones Campesinas, Obreras y Populares, Leonel Rojas Medina, afirmó que el aumento a las gasolinas repercute en los precios de los 42 productos de la canasta básica alimentaria, que en los últimos cinco años ha resentido incrementos de hasta el 133 por ciento, pero como lo hemos comprobado, corresponde el mayor porcentaje al actual gobierno, a pesar de que casi desde su inicio puso en marcha el programa Cruzada Nacional contra el Hambre, que es más propaganda electoral para su partido que apoyo a la población marginada, pues la titular de la Secretaría de Desarrollo Social, como fiel resentida, se ha vuelto más priísta que sus propios dirigentes. El líder mencionado dijo que con la política económica de aumentar el primer sábado de cada mes los precios de los combustibles, más del 50 por ciento de la población no puede satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, en términos de calidad y cantidad, puesto que no alcanza el raquítico salario que se percibe, y que es el que establece la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos. Con datos proporcionados por el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, explicó que a principios de 2006 una persona requería de 880 pesos para poder adquirir los productos de una canasta básica, pero que en diciembre de 2011ya eran necesarios por lo menos 1,500. Sin embargo, repetimos, en lo que va de la actual administración gubernamental federal, la cantidad que se requiere es mucho mayor, ya que los precios se disparan de un día para otro, mientras que los salarios se han estancado, o más bien han retrocedido, por la vertiginosa carrera precios salarios, y no se advierte la mínima posibilidad de un incremento considerable.
Oaxaca está considerada como zona de vida cara, aunque no la reconozca así la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, por lo que las condiciones de vida de los trabajadores son más difíciles y complicadas, tanto por lo bajo de los salarios como porque los aumentos anuales son insignificantes y no todos gozan de las prestaciones de ley, por lo que sus necesidades son mayores que las de los trabajadores de otras entidades. Esto a pesar de que la carestía es generalizada, ya que durante el gobierno de Enrique Peña Nieto los 42 productos de la canasta básica han aumentado en más de un ciento por ciento, y menos de la mitad de la población gana más de dos salarios mínimos, lo que es insuficiente, ya que si en 2011 se requerían al menos 1500 pesos por persona para adquirir una canasta básica, ahora sería casi el doble, y la cantidad resultante tendría que ser multiplicada por el número de personas que forman una familia, que por lo general es de cinco. Para tener una idea general de la situación en que viven estas familias, hay que tomar en consideración los otros elementos básicos, como son: casa habitación, vestuario, educación escolar, gastos médicos, más los servicios indispensables. Para asestar los golpes de los gasolinazos mensuales, con los que crece exageradamente la carestía, parece que el gobierno de Peña Nieto sólo pensara en los elevadísimos emolumentos de los funcionarios públicos, de los políticos y posiblemente de los miembros de la sección 22 del magisterio, que cobran sin trabajar y por adelantado, a pesar de los graves daños que causan a la economía oaxaqueña con sus movimientos locos e ilegales. Ser consciente de esta realidad nacional es lo que se requiere para manifestar un público descontento, pues la mayor parte de la población permanece indiferente ante la reforma energética, que ya se está consumando, y ante los gasolinazos mensuales, que como es lógico, por ser el nervio motor de la vida económica, lleva consigo el aumento de precios generalizados.
A propósito del gansteril magisterio, que gana como si mucho trabajara y que ya va a entrar nuevamente en vacaciones oficiales, en estos días ha recrudecido sus acciones violentas en contra de las clases económicamente activas, sin que el gobierno tenga el valor de marcarle un alto. Aquí también corresponde al pueblo tomar la iniciativa, para bien de Oaxaca, luchando por acabar con la ingobernabilidad y contra los abusos y desmanes de ese privilegiado sector, cuyo único fin es seguir lucrando y mantenernos en el último lugar de aprovechamiento escolar.
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