Oaxaca de Juárez, 12 de diciembre. Hoy festejamos en todo México, en partes específicas de Estados Unidos y en muchas partes de Centro y Sur América a la “Morena del Tepeyac”, la Virgen de Guadalupe que tiene millones de feligreses en todo el mundo.
Me atrevería a pensar que la imagen de la Guadalupana es en sí misma, una religión aparte del Catolicismo que, aunque forma parte de la tradición católica, no deja ser ella misma un dogma de fe que admira. Millones de personas llegan hasta la Basílica de Guadalupe en el Cerro del Tepeyac, de distintas y distantes regiones, muchas veces cargando objetos, en camiones, en bicicletas, caminando y hasta de rodillas para expresarle su fe… a una imagen.
Y una imagen cuya historia se ha diseñado tan bien, que ha sido uno de los SINCRETISMOS más exitosos que la grey católica haya tenido. El número de guadalupanos en todo el mundo no me va a dejar mentir y a la cual se le han atribuido millones de “milagros”, entre los más comentados, la curación de padecimientos mortales.
La Virgen de Guadalupe ES el strorytelling más difundido en todo un continente. La historia del -ahora santo- Juan Diego que sube al Tepeyac y ahí se encuentra con la Virgen María madre de Jesucristo que le da instrucciones para construir su templo en ese cerro y él llega con Fray Juan de Zumárraga a transmitirle lo que la Virgen le pide.
Obvio un hombre de la Iglesia Católica de aquellos tiempos, letrado, sabe que eso no puede ser verdad, así que le pide una prueba y entonces la Virgen María le dice a Juan Diego que recoja unas flores que, pare ese tiempo no florecían en el Tepeyac y se las lleve al Fray, lo que Juan Diego hace con un Ayate.
El storytelling ya lo conocemos. Juan Diego vuelve a ver a Fray Juan de Zumárraga, le muestra las flores y en ese momento el clérigo se da cuenta que la imagen de la Madre de Cristo, está impresa en el Ayate, lo demás ya es parte de la historia de lo que algunos llaman “la otra conquista”.
Por supuesto que era lógica la resistencia de los aztecas de lo que habría sido Anáhuac -en ese momento la Nueva España- a adoptar no solo las costumbres y el lemguaje sino también la religión, algo que para los europeos era trascendental, acuérdese el lector que no hubo un reino en Europa que no haya sido coronado por la Gracia de Dios y por las manos de un Papa. El poder de la Iglesia Católica en ese momento, era absoluto.
¿Qué habría sido más conveniente, exterminar a los aztecas no conversos, o conquistarlos con una historia?, obvio la segunda opción fue a la que se decidieron los peninsulares y crearon la fantástica historia de la Guadalupana. Diez años más tarde de la llegada de Hernando de Cortés a Tenochtitlán en 1521, ya aplastado el imperio Azteca, aparece, eso sí milagrosamente, esta historia que le cambió la vida al mexicano de la Nueva España y hasta al actual de la cuatroté -no hay que perder de vista el nombre del partido que llevó a López al poder-
Yo sé que por el fanatismo exacerbado de muchos mexicanos y la fe sincera de otros, lo que estoy diciendo no va a caer nada bien, a los ojos de quien lea ese texto, pero no puedo dejar de pensar que justamente ese SINCRETISMO, tiene a México y a ciertos mexicanos, muy lejos del desarrollo porque todo se lo dejan a una imagen producto de un relato.
La Iglesia Católica ha gastado bastantes miles de euros buscando que, en los tiempos de la internet y de la tecnología de la información, la historia parezca medianamente real y nos han dicho que desde la pintura con la que se hizo, hasta la imagen misma, son un milagro que el ser humano no está capacitado para realizar. “Es un milagro que la imagen no se haya borrado del ayate en casi 500 años” -dicen los curas- “es un milagro que la imagen muestre el cielo nocturno visto desde abajo, como si de un espectador terrestre se tratara” -aseguran- “no pudo imprimirse esa imagen, de no ser por una luz intensa no terrenal” -rematan-
Lo cierto es que, como la historia de Jesucristo, la Guadalupana es un relato muy exitoso. Una relato que concilió dos culturas, dos doctrinas totalmente opuestas y que en la praxis, chocaron para derramar mucha sangre y al final lograron expresar de una sola forma incluso, los elementos lingüísticos de dos continentes.
Me atrevo a concluir entonces que la Morena del Tepeyac, la Virgen de Guadalupe o como le gusten llamar, es un invento de la Iglesia Católica que cumplió su cometido al potenciar la fe de quienes creen en ella, al grado que cada milagro que se le atribuye, tiene como origen la inquebrantable creencia de que las plegarias, los ruegos, el dinero y hasta los sacrificios ofrecidos a la imagen, fueron de alguna forma, escuchados por “la Madre de Cristo”, sin detenerse a pensar en lo que la propia mente humana puede lograr.
Claro que para la Iglesia Católica después de 493 años de “guadalupanismo”, los réditos son extraordinarios y para ello una muestra: en 2019 la Guadalupana generó 19 mil millones de pesos; en 2021, 14 mil millones; en 2023, 15 mil 500 millones y se espera que hoy genere al rededor de 20 mil millones de pesos… el de las limosnas y contribuciones también genera miles de millones de pesos no fiscalizables, ¿fe o negocio?
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