Oaxaca de Juárez, 7 de mayo. Las encuestas en México nos hay tratado de meter en la cabeza la percepción de que la elección está decidida desde ya. La misma Claudia Sheinbaum en un mitin en Chiapas, si mal no recuerdo habría dicho que “el pueblo ya eligió y que el 2 de junio a las 8 de la noche comenzaría el festejo”… hasta ella misma ve un escenario así porque, como dije, nos han hecho creer eso.
Sin embargo, Massive Caller, una encuestadora robótica, puso el dedo en la llaga, la elección está cerrándose de manera no prevista -o quizá sí, pero sin reconocimiento de parte del oficialismo- y la moneda por tanto, está en era aire. La encuestadora no dijo que Xóchitl podría ganar, sino que en un escenario así, cualquiera de las dos podría ser triunfadora.
Por otro lado los analistas serios, suponen que si sale a votar el 65 por cierto del padrón electoral, no le va a alcanzar a Morena para retener el gobierno de la república y ganaría Xóchitl por un escaso margen de unos 4 puntos porcentuales.
A mayor votación, dicen los expertos, más probabilidades hay de que Xóchitl gane la elección presidencial del 2 de junio y a mayor votación también será mayor la ventaja que pueda sacar la hidalguense para legitimar su triunfo porque, para que López reconozca una victoria de la oposición en esos niveles de megalomanía que tiene, éste debe ser muy contundente.
Así que el peor escenario que nos pueda pasar, es que la diferencia de la elección sea apenas de uno o dos punkis porcentuales a favor de la oposición. Si es al revés, es decir si la diferencia es a favor de la corcholata, no va a pasar nada porque de este lado de la historia hay solamente patriotas que no sumirían a México en una espira de violencia.
Pero si la diferencia es por Xóchitl, entonces el anti patriota, el resentido social, el gandalla que cree que la verdad es solo suya, el de los otros datos, el ineficaz e insano presidente que tenemos, va a tomar las calles, va a pedir revisión de casillas e incluso si ve que no puede con la verdad, buscará la anulación de elección y se quedará sentado en la silla del águila.
Para eso tiene amigos poderosos con los que desestabilizar al país, como los miembros del ejército a quienes les ha entregado toda la administración de las obras multimillonarias de este sexenio, además del control de las carreteras, puentes, puestos, aeropuertos, aduanas y demás lugares por donde pasa sin problema la droga.
También tiene a sus amigos a los que abraza, a los que les dice que se porten bien y que les reconoce cuando no hay muchos muertos en las elecciones, el peje también tiene al crimen organizado, a los narcotraficantes, libres y presos porque Hoyt tiene la posibilidad de que, por decreto, puede darles la libertad que tanto ansían.
El golpe de estado al que se refiere López no es una imaginación suya, más bien es un plan D si su corcholata sale derrotada en la elección del dos de junio. Ese plan contemplaría la posibilidad de que suprima las garantías individuales y declare nulas las elecciones después de una jornada de sangre, porque para eso se pinta solo el peje.
Andrés no va a reconocer una derrota de su candidata porque como hemos dicho en esta columna, más que una elección es un plebiscito en el que la ciudadanía le va a decir que bno está de acuerdo en la manera en la que gobernó al país y por eso elegimos la opción menor peor que es Xóchitl Gálvez y, como en su megalomanía él quiere pasar a la historia como un transformador, no se va a permitir que el pueblo bueno y sabio lo repruebe.
Es asunto del enorme ego súper inflado del maniático de Macuspana y por eso la lección ciudadana del 2 de junio debe ser contundente para no dejar lugar a dudas y aun así, habrá que esperar la reacción de u ejército que seguramente no querrá perder ni uno de los privilegios ganados durante la desastrosa cuatroté.
Así que a votar este dos de junio porque de o contrario, ya no vamos a tener país.
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