Oaxaca de Juárez, 4 de febrero.
El Zumbido del Moscardón
La unción de Alejandro Murat Hinojosa en Oaxaca no fue exactamente de unidad, como lo planeó el Comité Ejecutivo Nacional del PRI que hace algunos días habría dicho que el hijo del ex gobernador sería el candidato único.
Después del anuncio en redes sociales de la decisión del CEN del PRI para Oaxaca, muchos memes y cuentas corrientes del twitter habrían advertido de una desbandada de priístas que, o saldrán de las filas abiertamente o bien, le darán el 5 de junio un voto de castigo al candidato, por lo que consideran una imposición.
Alejandro Murat Hinojosa se registró ante la Comisión Estatal de Procesos Internos como precandidato del PRI al gobierno del estado y, los priístas esperaban que fuera el único en registrarse sin embargo, dos horas después un personaje discreto pidió también su registro a la Comisión.
Se trata de alguien medianamente conocido en la vida política de Oaxaca, alguna vez diputado local y participante en organizaciones sociales, su nombre es José Bolaños-Cacho Guzmán.
¿Por qué José Bolaños Cacho Guzmán, a sabiendas de la decisión del CEN del PRI, se registra como precandidato al gobierno rompiendo el pacto de “unidad” signado por al menos 6 precandidatos con muchas más posibilidades que él?
Hay tres hipótesis:
- Que sea comparsa –los Bolaños Cacho han sido amigos del ex gobernador José Murat- y permita a Alejandro hacer precampaña, ganando con ello un tiempo muy valioso.
- Que no tenga ningún nexo con los Murat y busque, al través de una impugnación a la propia Comisión Estatal de Procesos Internos del PRI o ante el OPLE, la inhabilitación de Alejandro Murat, por inelegibilidad, para quedarse él con la candidatura.
- O bien –y me inclino a pensar que así es- que busque impugnar a Alejandro Murat con argumentos leves, casi inválidos que lo lleven a un juicio en el que el hijo del ex gobernador resulte absuelto.
En el tercer supuesto, el vacío que existe en la ley electoral permitiría “legitimar” a Alejandro Murat en la contienda constitucional porque habría sido “juzgado” y quedaría inmune ante una muy probable impugnación postelectoral promovida por cualquier otro ciudadano o partido político, debido a que no cumple con los requisitos de elegibilidad para ser candidato a gobernador.
Sería una jugada maestra más del ex gobernador José Murat y de sus abogados porque las condiciones en las que compite Alejandro Murat, son adversas dado que nació en Tlanepantla, Estado de México y recibió en 2012 un Fiat notarial en aquél estado de la República.
Si alguien, sobre todo un buen amigo lo impugna de manera leve, con argumentos de huizachero de primer año de la facultad de derecho de la UABJO y el Tribunal Estatal Electoral lo absuelve, Alejandro Murat quedaría inmune ante alguna eventual impugnación de cualquier otro partido o persona y podría ser gobernador sin ningún problema.
Un “caso juzgado” no puede volver a ser juzgado… al tiempo.

