Miércoles, 26 de Junio de 2013 19:00 Alberto Esteva Alberto Esteva

Oaxaca de Juárez, 26 de junio. Está demostrado científicamente que el ser humano que aprende a ejecutar música, tocando cualquier instrumento musical, desarrolla el hemisferio cerebral izquierdo, contrario al común de la población, que desarrolla el derecho y como consecuencia también su capacidad de lógica matemática y aptitudes emocionales equilibradas.
Un joven que toca un instrumento musical, difícilmente será presa de actividades delictivas, se fortalece su sentido de pertenencia a un grupo y se equilibra emocionalmente.
Estadísticas elaboradas por instituciones de prevención delicuencial concluyen que las actividades musicales en la niñez y juventud impactan positivamente a otros jóvenes que observan esas aptitudes y los nuclean en una convocatoria psicológica natural.
Esta probado que el rendimiento académico de niños y jóvenes vinculados a la música es sobresaliente al común denominador en la población que no está en esta actividad.
En la Ciudad de México, existe un modelo exitoso de instrucción musical denominado “La Casa de la Música Mexicana”, en Peralvillo y opera desde hace 25 años de forma exitosa. Ahí se imparten clases de música a población abierta pero quienes acuden en mayor medida son jóvenes.
La gratuidad en este proyecto esta soportada en una serie de apoyos de los tres niveles de gobierno y cada año celebran un concierto en el aniversario de la escuela.
Testimonios del director del plantel, Profr. Aquino, son más que reveladores, -“aquí han salido adelante adolescentes y niños que encontraron en la música su identidad”. Llegaron con el cabello largo y en algunos casos teñido, poco a poco hicieron su metamorfosis”.-
En Acapulco, Guerrero, recientemente se conformó la orquesta “Renacimiento”, quienes dieron un concierto en el puerto, el cual resultó más que exitoso y al que acudieron personalidades como Plácido Domingo.
Los niños y jóvenes que participan en esta orquesta son principalmente de escasos recursos y en consecuencia habitan en zonas populares en las que se apuesta a la contención de fenómenos antisociales y a su incorporación a actividades musicales que contribuyan a la formación de mejores ciudadanos.
En Venezuela se desarrolla un programa nacional de bandas musicales con niños y jóvenes, la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela”, siendo esta experiencia de alto impacto internacional. Se ha despertado el sentimiento nacional y el de pertenencia. Los niños y jóvenes que forman parte de estas bandas acuden a dar conciertos en las provincias venezolanas y han generado un efecto multiplicador dentro y fuera de ese país. Se da seguimiento al modelo y empieza a ser replicado en otras naciones como: Chile, Uruguay y Brasil, en la misma lógica.
La mayor parte de los niños y jóvenes provienen de las clases sociales más humildes de la sociedad venezolana. Esta amalgama de ciudadanos que deriva de situaciones sociales tan diferentes genera un colectivo de personas con una importante diversidad y complejidad y que los lleva a optimizar de distintas maneras su instinto de supervivencia y su adaptación al medio o realidad social en la que debe incorporarse, hasta encontrar su equilibrio dinámico particular.
Hablamos de jóvenes de corta edad que tal vez no han sido jamás escolarizados o incluso viven inmersos en ambientes en los que es frecuente la drogadicción o prostitución infantil. Algunos de ellos han vivido una fuerte desestructuración social.
La música ofrece una respuesta alternativa a niños y niñas que viven en las calles y se mueven por estos ámbitos de desestructuración social.
Con este proyecto los niños, adolescentes y jóvenes se mantienen alejados de las drogas, el alcoholismo, la prostitución, la violencia directa o la delincuencia.
Estudio de psicólogos de la UNAM, concluye que la música aporta los siguientes beneficios:
Ø Se aisla de conductas antisociales a jóvenes en riesgo.
Ø Incrementa la confianza en uno mismo.
Ø Genera relaciones sociales más profundas.
Ø Desarrolla la creatividad en la solución de problemas cotidianos.
Ø Incrementa la productividad y concentración.
Ø Ejercita la memoria.
Ø Reduce el estrés.
Ø Disminuye la presión sanguínea
Ø Disminuye la depresión.
Ø Mejora la asertividad
Ø Se vive más feliz.
FUENTES:
· Estudio de psicólogos de la UNAM.
· La Formación Musical de los Niños, Edgar Willems
· La Fundación del Estado para el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela.
Alberto Esteva
Coordinador de Asesores
Delegación Gustavo A. Madero