Por: Jorge Castañeda
Oaxaca de Juárez, 22 de mayo. La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 22 de mayo como el Día Internacional de la Diversidad Biológica, con el propósito central de informar y crear conciencia entre la población y los gobernantes, sobre la fundamental importancia que tiene para todos la biodiversidad.
Este 2016, la efeméride tiene como lema: “Incorporación de la diversidad biológica. Apoyar a la gente y a sus medios de subsistencia”.
Cabe destacar que esta fecha se eligió para que coincidiera con el aniversario de la aprobación del Convenio sobre la Diversidad Biológica en 1992.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) destacó en información divulgada a la prensa, a la cual foroambiental.com.mx tuvo acceso, que la diversidad biológica es la base de la vida y de los servicios esenciales que brindan los ecosistemas.
En concreto, la biodiversidad es el fundamento de los medios de vida y el desarrollo sostenible de la población en todas las esferas de actividad, incluidos los sectores económicos como la agricultura, la silvicultura, la pesca y el turismo, entre muchos otros.
Por ello, al detener la pérdida de la diversidad biológica estamos invirtiendo en la gente, en sus vidas y en su bienestar.
Este 2016, la efeméride tiene especial significado para México, ya que hay que recordar que la decimotercera reunión de la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP 13), se celebrará en Cancún, Quintana Roo, entre el 4 y el 17 de diciembre de este año.
Dicho evento internacional, de fundamental relevancia para el planeta y para nuestro país, se centrará en la incorporación de la diversidad biológica dentro y a través de los sectores, algo que está directamente vinculado al tema de este año del Día Internacional de la Diversidad Biológica.
Es preciso destacar que por diversidad biológica se entiende la variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre muchas otras cosas, los ecosistemas ecológicos de los que forman parte, y que comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y entre todos y cada uno de los ecosistemas.
Los diversos elementos que componen la biodiversidad conforman verdaderas unidades funcionales, que aportan y aseguran muchos de los servicios básicos para nuestra supervivencia.
Es un capital natural que contribuye de muchas maneras al desarrollo de la cultura humana, y representa una fuente vital para las necesidades futuras.
Lamentablemente, la acción humana tiene un impacto cada vez más considerable y creciente sobre el entorno natural, al que hemos destruido de manera brutal en muchas partes del planeta.
En los últimos 50 años, los cambios en la biodiversidad se han producido a un ritmo nunca antes visto en la historia de la humanidad. A medida que aumentan el nivel de consumo y la presión demográfica, la biodiversidad se reduce considerablemente.
Si esta tendencia persiste, se estará socavando cada vez más la capacidad del entorno natural de proporcionar los bienes y servicios de los que depende la humanidad entera.
Y es que la pérdida de biodiversidad modifica el funcionamiento de los ecosistemas y los hace más vulnerables frente a las perturbaciones, al tiempo que merma su capacidad para proporcionar los servicios que la humanidad requiere.
Además, las peores consecuencias de la pérdida de biodiversidad suelen recaer sobre la población rural pobre, cuya supervivencia depende directamente de los servicios ecosistémicos locales.
Por todo ello, este 22 de mayo debemos reflexionar sobre qué estamos haciendo cada uno de nosotros para preservar la diversidad biológica y preguntarnos si debemos seguir permitiendo que cada vez exista más daño a nuestra biodiversidad y, por lo tanto, a nosotros mismos.
Jorge Castañeda es colaborador especial de ADN Sureste y
Director Editorial de foroambiental.com.mx
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(Con parte de información de la ONU)
Imágenes: Internet


