Oaxaca de Juárez, 27 de febrero. Por muchos años las arengas de López respecto de la democracia, se centraban en que la ciudadanía debería tener más participación en los procesos que vivimos los mexicanos, sobre todo en la organización de las elecciones y en la intervención de los ciudadanos en la rendición de cuentas y la transparencia.
Los mexicanos, si tenemos que agradecerle a la izquierda -en donde estaba incrustado y agazapado el peje- logros tan importantes como la creación del Instituto Federal Electoral que fue un antecedente del Instituto Nacional Electoral (INE), que luego del fraude electoral de 1988 en contra del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas a manos de Manuel Bartlett Díaz, logró ciudadanizarse y profesionalizarse.
El peje, ya lo dijo Guadalupe Acosta Naranjo, no aportó absolutamente nada a las presiones que hizo la izquierda mexicana para lograr estos avances significativos en la vida democrática del país, a partir de ese parteaguas que fue la elección de 1988, estábamos pasando, en la praxis a una democracia participativa y estábamos dejando la arenga para ocasiones más triviales.
Hay una gran diferencia entre la democracia deliberativa, en la que todos opinan pero nadie hace nada (como la del peje) y la democracia participativa en donde todos actúan. Quizá nunca la habíamos practicad tanto, como en noviembre de 2022 y en febrero de 2023, cuando los mexicanos sentimos la necesidad de salir a las las calles de todo el país para defender nuestra vida democrática.
Ya habíamos comenzado -gracias a la izquierda, hay que decirlo- con asegurarnos que nuestras elecciones fueran organizadas por organismos autónomos del poder y representados por ciudadanos y no por políticos; también tenemos órganos autónomos que cuidan los datos personales y vigilan a los órganos, organismos e instituciones que ejercen dinero del erario para transparentar sus actividades, también endurecimos las leyes y conformamos un Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; logramos leyes, incluso a nivel local para garantizar piso parejo en las elecciones hasta de los municipios.
Todo eso con la muy activa participación de la izquierda mexicana. La pregunta entonces es ¿por qué López que fue parte de esas discusiones quiere quitarle esa autonomía y ciudadanización al INE para volverlo un apéndice del gobierno, exactamente como estaba antes cuando Manuel Bartlett le robó la elección a Cárdenas?
Es claro que el peje tiene una exigencia continental en los protocolos de Sao Paulo que le exigen la reelección de su propia persona y el camino que le queda, porque ya no pudo cambiar la Constitución, es que la elección se anule y para eso destinó el plan “B” que somete al arbitro electoral a presiones económicas importantes, además de cortarle la posibilidad de operación necesaria para la instalación de todas las casillas en la elección de 2024.
Después de la marcha de ayer, aún le quedan algunas herramientas al peje para cumplir con los compromisos del foro de Sao Paulo como por ejemplo la actividad electoral del ejército disfrazado de Guardia Nacional y, claro el terror que pueda desatar el crimen organizado el día de la elección.
Sin embargo hay que reconocerle a López, que sí motivo en su contra y en contra del populismo chavista latinoamericano, disfrazado de repúblicas bolivarianas, una animadversión nacional, que se manifestó en más de 112 ciudades a lo largo y ancho del territorio nacional y allende nuestras fronteras en España, Estados Unidos, Roma, Francia, etcétera. Hay que reconocer que despertó la democracia participativa, alimentó el patriotismo de millones de mexicanos dentro y fuera del país, para defender el logro más grande que hemos tenido en décadas de predominio hegemónico del PRI y que él quiere imitar.
El mexicano hoy está enterado, conoce las consecuencias del atentado contra la democracia que el peje quiere asestar y por eso se manifiesta masivamente para decirle a los jueces de la Suprema Corte de la Nación (SCJN), que cuentan con el pueblo, que no están solos y que pueden hacer su trabajo -que es defender la Constitución- sin temores al tirano.
Pero si el respaldo ciudadano no es suficiente para los ministros de la SCJN, porque hay ministros sesgados como la “licenciada y doctora” fake Yasmín Esquivel que debería ya renunciar, entonces el camino para defender la democracia y por consiguiente, nuestras libertades, tendrán que ser las armas, no nos va a quedar de otra. Por eso esperemos que esta marcha de ayer, sea suficiente para hacerle entender al peje que #ElINENoSeToca.
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