Oaxaca de Juárez, 29 de diciembre. A escasos días de que concluya el año, pienso que es importante resaltar los acontecimiento que marcaron al escenario internacional en este 2014. Nos encontramos entonces, con una realidad que de alguna manera nos afecta a todos como miembros de una comunidad internacional cada vez más interdependiente.
De ahí que pensemos cómo la crisis en Ucrania y la anexión de Crimea a Rusia, determinó en gran medida las relaciones entre Estados
Unidos y la Unión Europea con ellos. Las sanciones económicas impuestas a este último, resultaron ser un reto entre dos grandes países que ya en la antigüedad se habían “enfrentado” en un contexto completamente distinto al actual.
La democracia y las condiciones de las ex repúblicas soviéticas quedaron en entredicho luego de que las condiciones de Ucrania orillaran a Crimea a buscar un mejor futuro al lado de Vladimir Putin, convirtiéndolo en uno de los personajes más influyente del año.
El Califato del Estado Islámico fue otro de los tópicos más importantes de este año, pues impuso un nuevo orden en Medio Oriente, completamente opuesto al que buscaba imponer Estados Unidos en la región. Claro está que la brutalidad de las decapitaciones dio pie a grandes discursos y movimientos anti-islámicos en gran parte de occidente.
Así pues, la seguridad internacional se vio sometida a diversos retos que los países como Gran Bretaña buscaron mitigar, mientras que el gobierno de Barack Obama tuvo un desencuentro luego de que su partido perdiera la mayoría en el congreso, echando por la borda cualquier posibilidad de una reforma migratoria.
Entre otras cosas, terminamos el año con un excedente de petróleo en Estados Unidos y una necesidad de Arabia Saudita por legitimar su régimen ante el mundo, saboteando así los precios del crudo alrededor del globo.
A nivel nacional encontramos que las reformas estructurales propuestas a principio de año buscaron posicionar a México como la mejor potencia emergente, aprovechando la mala imagen que Brasil obtuvo luego de la realización del mundial de futbol. Nuestro intento por mejorar las relaciones con América Latina y fortalecer la alianza pacífico parecían ser maneras de mejorar nuestra imagen ante el mundo; sin embargo, los lamentables hechos sucedidos en Iguala, Guerrero, desprestigiaron una imagen “en construcción” del nuevo gobierno, y dejaron dudas en el escenario internacional sobre la posibilidad de que el gobierno de Enrique Peña Nieto realmente “salvara a México”.
Por tanto, no podemos dejar de reconocer que el 2014 fue un año lleno de desafíos y de incertidumbre, propia de la nueva configuración del sistema internacional, de ahí que no podamos más que imaginarnos de qué manera se acomodan las piezas en el gran tablero que, nos guste o no, tiene una gran influencia en nuestro diario existir.

