Oaxaca de Juárez, 27 d noviembre. Hace unos días, platicaba con un amigo abogado al que le dije ¿por qué no te registras para participar en la elección de juez de distrito o magistrado?, se lo decía porque tuve información de que el proceso de inscripción a unos 15 mil cargos en poder judicial, iba muy lento, por no decir que iba camino al fracaso.
Él me respondió que no estaba interesado porque se le hacía una farsa toda esta parafernalia de la elección de jueces, ministros y magistrados que, según él, deben cumplir un perfil más técnico que político. Él confiaba en la carrera judicial y me explicaba que ahora, cualquier hijo de vecino que reúna sus firmas, puede tener acceso a un contrato de trabajo en el poder judicial, incluso con un título y una cédula apócrifas.
No obstante, me explicó, si antes los jueces estaban sometidos a fuertes presiones a veces por clientes no muy honestos, ahora que van a poder imponer a sus propios juzgadores, quien no se alinee, puede perder no solo la chamba, sino también la vida. “Te vas a acordar de mi”, -me dijo- cuando veas a México bañado en sangre de abogados.
Al viernes pasado, la lista de inscritos en el proceso de selección de jueces no rebasaba los 3 mil, y mágicamente en un fin de semana, se registraron en total, es decir entre el poder judicial, el legislativo y el ejecutivo, 28 mil personas en lo que ha sido el acarreo de licenciados más inescrupuloso que ha tenido México.
Y digo acarreo porque los suspirantes se registraron en los poderes que controla Morena, es decir en el ejecutivo y en el legislativo. Hubo un curioso desdén de los licenciados para inscribirse en el poder judicial que no controlan los morenistas y es donde se supone que serán contratados.
Solo hay que imaginar lo que va a pasar con el poder Judicial. ¿Cuántos de los inscritos cuentan con una cédula profesional?, ¿quién ca a verificar que las cédulas y títulos sean legales?, esas por ejemplo son preguntas que, tanto el poder ejecutivo, como el legislativo -el judicial si transparente sus listas- deben responder, dando a conocer los perfiles de los aspirantes porque no queda claro que tengan la más mínima preparación.
Pareciera que después del viernes y faltando 48 horas para el cierre de registros, la instrucción dentro de los poderes legislativo y ejecutivo, fue que acarrearan a la mayor cantidad posible de abogados para que se registraran en la competencia por un trabajo en el poder judicial, es una suerte de malabarismo político para no quedar mal.
Y la presidente (con E), sale a decir el lunes, que el proceso fue todo un éxito, como si los Mexicanos fuéramos retrasados mentales que no nos damos cuenta de lo que en realidad pasa en el país. Es claro que fueron a sacar de sus camas a los abogados afines a la cuatroté para que se inscribieran y de esta manera no quedara desierta una convocatoria por demás amañada y antidemocrática.
Cuando el poder legislativo de dio cuenta el viernes pasado que todo iba a ser un fracaso, el Comité de Evaluación decidió cambiar el método que establece la convocatoria publicada originalmente en el Diario Oficial de la Federación (DOF) y permitió a los aspirantes que se registraran literalmente como pudieran, incluso por correo electrónico sin presentar documentación que los acredite como abogados.
Esto, permitió a Morena y sus aliados, inscribir en la elección a cuanto hijo del maíz se dejara, incluso a algunos presionándolos para que lo hicieran, porque de lo contrario, la convocatoria quedaría desierta y eso, el oficialismo no se lo podía permitir, so pena de un regaño estridente y escandaloso desde la chingada.
Lo que vivimos el fin de semana, es un juego de poder pero es muy grave porque con la justicia no se debe jugar y eso es lo que está haciendo el oficialismo en México. Va a poner en manos de inexpertos la aplicación de la justicia y eso va a ocasionar que esos hijos de vecino, ya por dinero o por presión, entreguen la justicia al mejor postor, es decir entraremos en un proceso de aplicación del anarquismo -que no es o mismo que anarquía-. El anarquismo, en tanto que es una doctrina, es deliberado y propugna por la supresión del Estado.
El Estado mexicano tiene tres poderes, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. López, que no Sheinbaum, le apuesta a la desaparición de facto del poder judicial, el único contrapeso que quedaba, por lo que la supresión del estado, cumplido el requisito del registro de aspirantes, ya es un hecho. La elección de los ministros, magistrados y jueces, será otro tramite y México se habrá convertido en una bananera república bolivariana.
¿Qué nos queda?, solo la implosión de Morena.
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