Sonido del Moscardón
Oaxaca de Juárez, 4 de abril. Cuando conocí a Alejandro Murat Hinojosa, pude percibir en él a un joven con una preparación académica envidiable cuyo discurso como precandidato del PRI al Gobierno de Oaxaca se me hizo lejos del contexto socio-político oaxaqueño.
Incluso llegué a pensar que dados los números de los otros precandidatos, por encima de los del hijo del ex gobernador José Murat, y dado su discurso tecnócrata, sería difícil que consiguiera la postulación del PRI al gobierno de Oaxaca.
Este tres de abril, sin embargo, vi a una persona distinta en el estrado de la iconográfica Plaza de la Danza… Alejandro Murat Hinojosa, se había transformado y era uno más de los ahí presentes… había, finalmente, aterrizado en Oaxaca
Puse mucha atención en el discurso del candidato, trepado en un estrado que hablaba por si mismo de la operación de cicatrización que el CEN del PRI llevó al cabo en Oaxaca. Desde ahí, Alejandro Murat proponía 5 puntos que los oaxaqueños sabemos y sabemos bien, no se pueden cumplir si no hay compromiso.
Cuatro de esos puntos son impensables si no existiera el quinto: transparencia y rendición de cuentas. Alejandro Murat no sólo lo propuso desde ya, al Congreso Local Oaxaqueño con su iniciativa tres de tres, también lo hizo.
Presentó sus tres declaraciones: la Patrimonial (dijo cuánto tiene), la de Intereses (dónde ha trabajado, quiénes son sus compadres y prestamistas) y la Fiscal (la que habla de su civilidad al pagar impuestos puntuales).
Ahora, con estas actitudes entiendo bien el discurso de Alejandro Murat ¿por qué Oaxaca no ha prosperado si tiene presupuestos de más de 80 mil millones de pesos cada año?, ¿dónde están esos recursos?, ¿por qué no se ve en obras públicas, en combate a la pobreza, a la educación y al rosario de rezagos que es nuestro estado?
Sencillo, por la corrupción. Luego entonces para lograr lo que él dice, es necesario pasar de los dichos a los hechos y justamente para evitar “los ruidos” de vientos lejanos, tan lejanos y tan cercanos a la vez como el del New York Times cuyo socio mayoritario es Carlos Slim Helú (primo de Alfredo Harp Helú –un diodorista-), Alejandro se blinda con la iniciativa y la presentación de sus declaraciones.
Nada sería posible en Oaxaca, ninguna buena intención o ningún buen proyecto si de por medio no se combate la corrupción, por eso fue tan bueno el discurso de Alejandro Murat Hinojosa este tres de abril en la Plaza de la Danza porque combinó dos cosas: el sentimiento familiar y un proyecto de estado que es realizable si se erradica la corrupción.
Alejandro se refirió a su padre José Murat Casab, del que dijo, aprendió la verticalidad y el sacrificio para lograr las metas propuestas y a su madre Guadalupe Hinojosa de quién heredó la vocación de servicio.
Hizo muy bien al no negar a su progenie, menos a su padre que como quiera que sea, amado por unos, respetado por otros, temido y odiado por aquellos, representa –como cualquier padre a su hijo- un baluarte.
Comienza bien entonces Alejandro Murat con su ofrenda de flores al patricio de Guelatao y evocando su legado al presentar sus tres de tres, exigencia ciudadana que se quiere elevar a rango constitucional; comienza bien y, de seguir así, podría elevar esa ventaja de nueve puntos con la que arrancó su campaña.
Nada sería posible en Oaxaca, ninguna buena intención o ningún buen proyecto si de por medio no se combate la corrupción, por eso fue tan bueno el discurso de Alejandro Murat Hinojosa este tres de

