Alejandro Leyva Aguilar
Oaxaca de Juárez, 10 de junio. De 12 gobiernos estatales en juego sólo 5 fueron para el PRI ¿qué lectura le podemos dar a esta señal del electorado?, me parecen bien tres hipótesis:
Que la calificación del Presidente de México, como es real, esté por los suelos y que el electorado haya votado por la otra opción que significa una derecha moderada.
Que México madura un régimen bipartidista de centro, a derecha (PRI-PAN) y que le da la espalda a la izquierda recalcitrante personificada en la mítica figura de Andrés Manuel López Obrador.
O bien, que la derrota del PRI esté orquestada desde los Pinos o desde el mismísimo Atlacomulco, para desinflar las aspiraciones presidenciales de quien no es parte del equipo del Presidente Peña.
Me inclino más por la tercera opción y me explico.
En el año 2000 en que el PAN, según él, enterró al PRI con una figura mediática y hasta chistosa como Vicente Fox Quesada, quien operó la derrota del priísmo presidencial, fue justamente el grupo Atlacomulco con la figura de Roberto Madrazo que había contraído nupcias con Isabel de la Parra, ex esposa de un Hank Rhon fallecido años atrás, en un accidente mientras buceaba en los cenotes de Yucatán.
Roberto Madrazo Pintado revolucionó y de alguna manera democratizó los procesos internos del PRI, por primera vez después de perder la presidencia de México, hubo un proceso interno para elegir líder nacional del priísmo… estaban en la cicatrización que no hacía costra aún.
Madrazo cometió un error con actores políticos de la talla de la exlidereza magisterial Elba Esther Gordillo, el exgobernador del Estado de México y miembro del grupo Atlacomulco Arturo Montiel y otros mucho más inteligentes y sagaces, tanto que no aparecen en los registros mediáticos pero que siguen, hasta la fecha, moviendo los hilos de México.
Ese error, pudo haberle brindado en charola de plata a Andrés Manuel López Obrador la posibilidad de ser el Presidente de México, pero Atlacomulco le tuvo miedo y prefirió agazaparse, dejar que la derecha inexperta volviera a ganar y esperar tranquilamente los seis años siguientes para lanzar a un candidato fuerte, construido desde el Gobierno del Estado de México… así llegó Enrique Peña Nieto en 2012.
El líder actual del PRI, es una piedra en el zapato del grupo Toluca. Imprescindible por lo que representa como político Manlio Fabio Beltrones se ganó el mismo –sin la ayuda presidencial- la presidencia del CEN del PRI para construir desde ahí, su candidatura presidencial para 2018.
De haber ganado la mayoría de las 12 gubernaturas en juego este 2016, Manlio Fabio Beltrones habría exigido su derecho político de competir por la candidatura priísta al gobierno del país, pero con estos pírricos resultados, su suerte está echada ¿qué puede exigir ahora?
Así que no se extrañe querido lector si dentro del mismo grupo Toluca o Atlacomulco o como quiera llamarle, armaron bien las alianzas en Veracruz, Durango y Q-Roo para que Don Manlio –y no el PRI- fuese el gran derrotado en esta elección del pasado 5 de junio.
La joya de la corona, Veracruz, el tercer estado más importante en cuanto a rentabilidad electoral se refiere, a partir del primero de diciembre de este año, será gobernado por una alianza, una de esas alianzas que, como en Oaxaca, sólo se formó (desde la mente perversa de alguien), para ganar, pero no para gobernar.
Quien armó alianzas en contra del PRI en 2006 para hacerlo perder, sabe cómo deshacerlas para que vuelva a ganar el “partido histórico de México”, al tiempo…