Oaxaca de Juárez, 5 de agosto. Hace unos días cuando corría el mes de julio, un amigo michoacano me dijo que tuvo la oportunidad de platicar con el recién estrenado Dirigente Nacional del PRI Enrique Ochoa Reza, sobre el tema del desarrollo de su estado.
Lo que le dijo, lo convenció de dos cosas; una social y la otra estratégica, ambas políticas:
- El desarrollo de Michoacán, debe darse hacia el bajío, es decir, hacia Guanajuato donde hay un gran potencial comercial y por tanto debe conectarse ya sea por carretera o por tren a esa zona de la república para ganar competitividad.
- El presidente del PRI, es un joven excepcionalmente preparado que representa la renovación del partido y tiene muy claro el rumbo que debe tomar el partido para, primero no perder la presidencia de México en 2018 y segundo, ganarse al electorado al través del desarrollo social y humano con inversiones que generen calidad de vida.
Coincido con él, lo que ha manifestado Enrique Ochoa Reza desde el primer momento en la Presidencia del Partido Histórico de México, es justamente una claridad de rumbo en temas tan importantes como la transparencia y el combate a la corrupción.
Si algo necesitamos los electores en México para volver a creer en los partidos políticos, es justamente la confianza que la hemos perdido por actos propios de la “hybris” de los ciudadanos que ostentan poder, sean del partido que sean.
Muchos políticos, algunos anquilosados y arcaicos como Andrés Manuel López Obrador, han hablado de la corrupción y la transparencia con un discurso hueco, hipócrita y estridente que ni sus militantes creen; Ochoa Reza tiene una ventaja sobre esos, a él le puedes creer el discurso de la legalidad.
Pero no sólo se quedó en eso, Enrique Ochoa también habla del acercamiento que debe tener el PRI hacia los sectores que dejó desprotegidos y que atendió el PRD y el PAN con paternalismo electorero y con populismo involutivo.
El desarrollo social del que habla Ochoa Reza tiene como base fundamental la generación de riqueza y por tanto la elevación de la calidad de vida de los mexicanos al través de mejores empleos y mejor pagados desde la construcción estratégica de infraestructura que potencie el desarrollo económico de México.
A un contemporáneo de Enrique Ochoa Reza, con quien compartió estudios en una de las universidades más prestigiadas del mundo y que es gobernador electo de uno de los estados más pobres del país, le escuché decir en campaña: “muy pronto estarán hablando del milagro oaxaqueño…”
Alejandro Murat Hinojosa, que por cierto este mes de agosto cumple años, le habló a los electores de Oaxaca, de un cambio radical en la vida económica del estado y, debo suponer que muchos escuchamos con escepticismo sus palabras porque en un estado donde impera el desorden y la anarquía, sometido a grupos caciquiles tanto políticos como sindicales, eso parece un sueño guajiro.
Sin embargo, escuchando a una persona de su propia generación como Enrique Ochoa Reza, me queda claro que esta generación de políticos priístas trae muy claro lo que quiere y, con sus relaciones en las altas esferas del poder mundial, lo pueden lograr.
¿Qué economía mexicana o extranjera no estaría dispuesta a invertir en un corredor multimodal transístmico?, ¿quién no visitaría Huatulco o Puerto Escondido con una conectividad aérea suficiente, con súper carreteras y trenes rápidos?, ¿cuánto empleo se generaría con esas actividades?
Claro que de por medio hay radicales lopezobradoristas que piensan que el dinero de México es para regalarlo en dádivas al través del populismo involutivo; claro que Oaxaca es coto territorial y político de la sección 22 del SNTE-CNTE.
Sin embargo y a pesar de los monstruos, las condiciones están dadas para que Alejandro Murat haga realidad “el milagro oaxaqueño” y para que esta nueva generación de políticos priístas que salieron a prepararse a las mejores universidades del mundo, regresen a México a devolverle al país en la praxis, todo lo que en teoría les enseñaron sus profesores, algunos de ellos premios nobel.
Me parece que hay claridad y rumbo en el nuevo PRI, algo que les urge porque la elección del próximo año en el Estado de México es de vital importancia para llegar al 2018 con expectativas claras, esa será la prueba de fuego de Ochoa Reza y de esta nueva generación de políticos.

