Oaxaca de Juárez. 13 de agosto. José Woldenberg pensó en algún momento que la administración de la presidenta Sheinbaum dejaría en el “basurero” el proyecto de reforma electoral que heredó de AMLO. “Ingenuo de mi”, confesó.
El ex consejero presidente del IFE –hoy INE—aplicó la lógica en su ingenuidad: ya habían logrado alinear a la mayoría del Consejo General del INE y la Sala Superior del Tribunal Electoral, a los dictados del oficialismo.
“En el extremo -abundó– habían conseguido que las autoridades electorales hicieran una lectura facciosa de la Constitución, que convirtió el 54% de los votos de la coalición oficialista, en el 74% de los escaños de la Cámara de Diputados.
“Pero no, habrá entonces que esperar una nueva, renovada o reciclada iniciativa”, señaló.
Woldenberg no estuvo presente físicamente en la conferencia “La Reforma Electoral Construcción de una Alternativa”, celebrada la tarde noche de ayer en un salón a reventar, ubicado en la parte superior del restaurante Palominos de Insurgentes.
Woldenberg llegó al evento, pero se sintió mal y se tuvo que retirar. Dejó un texto que traía preparado, que incluye lo arriba expuesto. Fue leído por la moderadora María Marván.
El último párrafo es demoledor:
“No quiero pensar, como un buen amigo me dijo: se están ´acomodando en el ataud´. Porque en efecto, podría ser el último clavo en la sepultura de la democracia”
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Otros dos ex presidentes consejeros del INE que participaron fueron Lorenzo Córdova y Leonardo Valdés. Los tres ponentes coincidieron en que una reforma de ese calado, para tener éxito, debe ser producto del consenso.
Entre otras cosas, Córdova dijo que una reforma requiere hacerse con información, y no con filias y fobias o, peor aún, a partir de rencores, sean estos reales o inventados.
Valdés, economista de origen, se aplicó para demostrar que es un mito que la democracia cueste muy cara, pretexto del oficialismo para adelantar la disminución de recursos a los órganos electorales y a los partidos.
Con datos oficiales demostró que el INE, el TEPJF y los partidos con registro sólo ocupan, entre las tres instituciones de la democracia, 30 mil 749 millones de pesos.
“En términos del Presupuesto de Egresos de la Federación es el 0.33 por ciento. El que diga que es caro está exagerando”, puntualizó.
Luis Carlos Ugalde estaba anunciado pero no estuvo presente, ni envió texto.
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Los otros datos llegaron para quedarse. Cada martes nos anuncian en “la mañanera del pueblo” una disminución de los delitos, con énfasis en los homicidios dolosos, para presumir el supuesto éxito la estrategia de seguridad.
Ayer no fue la excepción. La presidenta presumió una disminución del 25.3 por ciento en asesinatos de septiembre del 2024 a julio del 2025. Sostiene que pasaron de un promedio de 87 víctimas diarias a 65.
Pero la realidad es terca. No refleja seguridad. La población no se traga el discurso oficial. La última encuesta del INEGI nos dice que, a junio del 2025, 63.2% de la población de 18 años o más dijo sentirse insegura.
El miedo y las balas nos acompañan. Esta semana, por ejemplo, nos enteramos del asesinato de Fernando, un niño de cinco años que secuestraron en Los Reyes La Paz, Estado de México, para obligar a la madre a pagar una deuda de mil pesos que no tenía.
Nos enteramos también que la sexagenaria maestra Irma Hernández, quien conducía un taxi de aplicación en Veracruz para completar sus ingresos , fue asesinada por sus captores. Falleció a consecuencia de la tortura. No murió de un infarto, como aseguró la gobernadora, Rocío Nahle.
El pasado domingo fue el segundo día más violento en Sinaloa desde que Claudia Sheinbaum llegó a Palacio en octubre del 2024. En 24 joras se registraron 17 homicidios dolosos, según cifras oficiales.
El lunes mataron a Dulce, una niña de 12 años en Chalco, también Estado de México. Lo que Omar García Harfuch informó es que la pareja de la mamá de la menor está relacionado con narcomenudeo. Lo fueron a buscar. Logró escapar y se cobraron matando a la niña.
Rubén Moreira, coordinador de los diputados del PRI, se dio a la tarea de investigar y evidenciar subregistro en los reportes del Secretariado de Seguridad.
Documenta, por ejemplo, que el asesinato del delegado de la FGR en Tamaulipas, Ernesto Vázquez Reyna, cometido hace nueve días, nunca se vio reflejado en las cifras oficiales. Mismo caso con el hallazgo de 32 personas en una fosa en Guanajuato.
No mentir, no robar, no traicionar. ¿En serio?
FIN.