SOLEMNE CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
ASUNCIÓN DE MARÍA A LOS CIELOS
HOMILÍA DE MONS. PEDRO VÁZQUEZ VILLALOBOS,
ARZOBISPO DE ANTEQUERA OAXACA
Oaxaca de Juárez, 15 de agosto. Démosle gracias a Dios por esta vivencia que tenemos en este mediodía aquí, en nuestra Iglesia Catedral.
Celebramos la fiesta de la Asunción de María a los Cielos y usted sabe muy bien que es un dogma de fe, proclamado por la Iglesia. Creemos que María fue llevada al cielo en cuerpo y alma, ese es el dogma de fe, creo que la Madre de Dios fue llevada al cielo por el mismo Dios en su cuerpo y en su alma, completita, no conoció la corrupción del sepulcro, no conoció la corrupción, porque Ella era la llena de Gracia, recuerde, cuando el ángel Gabriel le anunció que había sido elegida para ser la madre del Mesías le saludó diciendo: llena de Gracia, el Señor está Contigo.
Y por obra y gracia del espíritu Santo, fue fecundada y se fue formando en su vientre el Hijo de Dios en su persona humana, en su naturaleza humana, la Segunda Persona de la Trinidad, Dios Hijo se fue formando en María y, en su momento, lo dio a luz.
Hoy, al celebrar la fiesta de la Asunción se ha elegido la evidencia que tuvo María, porque el Arcángel Gabriel le dijo que su pariente Isabel estaba esperando un hijo, aquella mujer estéril estaba esperando un hijo y, expresamente le dijo, ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque nada hay imposible para Dios y, María, dice el Evangelio hoy, se encaminó presurosa a las montañas de Judea para ir a la casa de Isabel. Antes, le había dicho ella al arcángel: Yo soy la Esclava del Señor, que se cumpla en Mí lo que me has dicho y, la Esclava del Señor va a servir a su pariente Isabel y, el Evangelio nos dice que permaneció 3 meses hasta que nació ¿quién? Juan el Bautista, porque es el hijo de Isabel y de Zacarías, el último de los profetas del Antiguo Testamento.
Sé que estuvieron escuchando con mucha atención y reverencia la proclamación del Evangelio, habrá muchos detalles que a cada uno de ustedes les llame la atención, a mí me llama la atención que nos diga el Evangelio que, Isabel, en ese encuentro con María, se llenó del Espíritu Santo y dijo: ¿quién soy yo para que la Madre de mi Señor?… reconoce que en María hay algo, es la Madre del Señor, la Madre del Señor. Inspirada por el Espíritu Santo dice: ¿quién soy yo para que la Madre de mi Señor venga a verme? Apenas escuchó su saludo, el niño, Juan el Bautista, saltó en su vientre.
¿Y qué le dijo? Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, eso le dijo Isabel a María, bendito el fruto de tu vientre ¿cuál es el fruto de Su vientre, del vientre de María? El hijo de Dios, nuestro señor Jesucristo y el fruto del vientre de Isabel es Juan el Bautista, el último de los profetas del antiguo testamento, el que, en un momento, señala a Jesucristo como el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.
Miren cuántos detalles hay en este misterio y en este encuentro y, María también, llena del Espíritu Santo, comienza a pronunciar lo que nosotros conocemos como el Magnificat, mi alma glorifica al Señor, se llena de humildad María, María es una mujer humilde, humilde, llena de Dios, Santa, llena de gracia como dijo el arcángel, mi alma glorifica al Señor y mi Espíritu se llena de júbilo en Dios, mi Salvador, porque puso sus ojos en la humildad de Su Esclava. Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones. Es lo que estamos haciendo nosotros hoy, al celebrar la fiesta de la Asunción de María al cielo, estamos haciendo lo que dijo María: me llamarán dichosa todas las generaciones, porque el poderoso ha hecho obras grandes en mí y Su Misericordia es grande,
María alaba, bendice y da gloria a Dios. Aquí tenemos que aprender de María. También usted llénese de humildad y que de sus labios salgan la alabanza a Dios, la gloria para Dios, porque también usted tiene el Espíritu Santo. Isabel y María, movidas por el espíritu Santo y, usted, también tiene el espíritu Santo, el mismo espíritu Santo que fecundó a María en Su vientre, el mismo Espíritu Santo que hizo hablar a Isabel, reconociendo a la Madre de su Señor y sintiendo la reacción de Juan el Bautista en su vientre, es el Espíritu Santo que tiene usted en su corazón. Deje que el Espíritu Santo a diario pronuncie alabanzas de gloria a Dios, así como María.
Hay mucho porqué alabar y bendecir a Dios. Al inicio del día, cuando usted abra los ojos a un nuevo día, que sus labios, movidos por el espíritu Santo, den gracias por el nuevo día, dé gracias y sienta que el Espíritu es el que está hablando, no es su pensamiento, no es su inteligencia, es el Espíritu Santo que habita en su corazón el que alaba, bendice y da gloria a Dios.
Muchas veces le damos gracias a Dios, lo que le decimos, lo que le alabamos y creemos que es lo que nosotros estamos haciendo, es el Espíritu Santo el que lo hace, tome conciencia, es el espíritu Santo que vive en su corazón.
Cuando usted sienta eso, lo va a disfrutar, lo va a gozar y va a tomar conciencia de que no está sólo, de que Dios le acompaña, de que Dios está dentro de su ser, es Él el que está hablando, Él es el que está alabando, Él es el que está bendiciendo a Dios.
Disfrute de esos momentos, disfrútelos y ojalá sean varios momentos en el día, disfrute estando en el trabajo, dígale, movido por el Espíritu, gracias, porque me tienes aquí, laborando, haciendo este servicio, haciéndolo con alegría, haciéndolo con gozo, sin renegar, sin desesperarme, sin perder la paciencia.
Sintamos la presencia del espíritu divino en nosotros y, como María y como Isabel, demos gloria a Dios, glorificando a Dios por todas sus obras, por todas sus bendiciones, por todas sus gracias.
Para esto, no pierda la humildad, no pierda la sencillez de corazón, sea humilde, sea sencillo, porque los soberbios no alaban a Dios porque se sienten poderosos.
El único poderoso es Dios, no se le olvide. Si a usted le entra la soberbia y le hace sentir que es poderoso, no lo es, no se engañe, no viva en la mentira, no es poderoso usted, el poderoso es Dios. Sea siempre humilde, sea sencillo y Dios va a hacer su obra como lo hizo en María, como lo hizo en Isabel y tenemos que decirle a Dios: queremos llegar al cielo, queremos llegar al cielo y hay que ganarnos el cielo.
De Nuestro Señor se dice que pasó por la vida haciendo el bien, que de usted se diga lo mismo, está pasando por la vida haciendo el bien. Que usted y yo podamos utilizar las palabras pronunciadas por María que dijo, yo soy la esclava del señor, cúmplase en Mí lo que me has dicho, que usted y yo también seamos servidores de Dios, no somos servidores de nadie más, somos servidores de Dios.
Nunca vaya a servir al demonio, a ese demonio que quería matar al fruto del vientre de aquella mujer, lo que decía el apocalipsis en este día, que ese dragón estaba ahí para devorar al fruto de las entrañas de esa mujer, la figura de María, la figura de Jesús.
No se convierta usted en un adorador del espíritu del mal, no es servidor del mal, es servidor de Dios. El día que entendamos que somos servidores de Dios, entonces viviremos con mucha paz, con mucha alegría, con mucho gozo.
Sea el gran siervo de Dios, la gran sierva de Dios y sigamos disfrutando de esta fiesta de la Asunción de María, que un día también nos podamos encontrar en el cielo, allá donde está Ella, allá donde está Nuestro Señor. Él nos quiere decir, al final de la vida: ven, bendito de mi padre.
Si usted sirve a Dios, Él le va a decir: ven, bendito de mi padre.
Gocemos porque María está en el cielo, en cuerpo y alma y también nosotros, un día, vamos a tener un cuerpo glorificado como el de Jesucristo, porque Él prometió resucitarnos y decimos en el Credo y lo vamos a decir hoy: creo en la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro, amén.
Vamos a resucitar, tendremos un cuerpo glorificado, ganémonos la resurrección para la vida, para la vida eterna con Dios.
Que María interceda, como siempre, por todos nosotros y nos siga cuidando y protegiendo como Madre, que nos siga teniendo en Su regazo, para que el maligno no nos cause ningún daño y demos gloria a Dios por todas sus maravillas, por todas sus bendiciones.
Que así sea.