Oaxaca de Juárez, 29 de agosto
MILENIO LA HISTORIA EN BREVE CIRO GÓMEZ LEYVAEn una entrevista con él, a mediados de los noventa, aprendí de Carlos Castillo Peraza que nunca debería ser materia pública el con quién se viste o desviste una persona.
Carlos murió en el año 2000 y no le tocó atestiguar cómo, con palabrería moralista y una hipocresía colectiva que él y yo suponíamos agonizante, se ha tejido una tenebrosa capa de confusión para justificar intromisiones en la vida privada de los personajes públicos.
Ahí está ahora el caso de Pedro Ferriz de Con, quien fue noticia en la semana por el final de su larga carrera en la radio matutina, y poco antes lo había sido por una canallada mal disfrazada de hallazgo periodístico, pero que en realidad fue una agresión a él y el círculo de sus afectos (imprescindible el artículo de Fernando Mejía Barquera ayer en estas páginas).
Pueden comprenderse ciertos excesos informativos. Lo insoportable es el fingimiento discursivo de los guardianes de nuestros castillos de la pureza del siglo XXI (recuérdese el caso Loret, por citar un ejemplo); el cómo justifican sus taquilleros embates con el razonamiento de que es tenue la línea que separa la incidencia del comportamiento privado en la actividad pública de un personaje público.
Un razonamiento ruin para tratar de destruir a alguien con las peores artes y luego llenarse la boca diciendo que se ha prestado un servicio de transparencia a la sociedad.
Si se cree en la libertad plena, habrá que soportar estas prácticas miserables. Pero que los moralinos no vengan, además, a dar cátedra de valores.
Para ellos, de mi parte, solo tres palabras: váyanse al carajo.
EXCÉLSIOR JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ RAZONESSi no se deja devorar por su principal enemigo, que son sus luchas y divergencias internas, el PRD podría aprender de lo que le está sucediendo en estos días: comprobaría que tiene muchas formas de incidir en la política nacional, más allá de arrebatos personalistas o de una oposición cerrada al diálogo. Tres estampas retratan esa realidad, esas posibilidades y los demonios internos que los atenazan.
La primera es el debate sobre los salarios mínimos. El jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera ha logrado, por primera vez, colocar en la agenda nacional un tema que ha hecho girar en torno a ella al gobierno, al PRI y al PAN. La propuesta de aumentar los salarios mínimos, en la presentada por Mancera de 67 a 82 pesos para crecer gradualmente hasta 171 pesos, desvinculándolo de otras variables y ordenanzas, no sólo es acertada y posible, sino que además terminó arrastrando la propuesta del PAN de llevar el tema a una consulta popular (Gustavo Maderoasegura que ya han alcanzado casi dos millones de firmas en apoyo a esa consulta) y al propio gobierno federal que, en un principio pareció oponerse a la propuesta, con la publicación de un acuerdo firmado por autoridades, líderes empresariales y sindicales en el que enfatizaban que ese aumento debía devenir de la productividad, pero que en los últimos días ha cambiado radicalmente su discurso, tanto que esta misma semana, Alfonso Navarrete, secretario del Trabajo, dijo, primero, que la propuesta en realidad era de la plataforma electoral del presidente Peña, y luego calendarizó los tiempos para implementarla. En septiembre para desvincular al salario mínimo de otras variables y en noviembre para fijar un incremento.
Todas son acciones positivas y que pueden respaldarse mutuamente. Pero el PRD debería tomar en cuenta que es la primera vez, en muchos años, que logra a través de una propuesta como la de Mancera (que paradójicamente no es, por lo menos aún no, militante del PRD, aunque sí su principal activo político) colocar un tema en la agenda para que lo hagan suyo los demás partidos y el gobierno federal. Es un logro político.
Como lo es que, finalmente, Silvano Aureoles y Miguel Barbosa, vayan a presidir las mesas directivas de las cámaras de diputados y senadores. Es la primera vez que eso sucede y ello deviene, sin duda, de la responsabilidad mostrada tanto en el Pacto por México como, en el caso de ambos coordinadores, en los debates legislativos. Con acuerdos o desacuerdos, tanto Aureoles como Barbosa, tuvieron una actuación seria y destacada en el proceso, cumplieron sus compromisos, y antes supieron llegar a ellos. Ahora presidirán ambas cámaras, con apoyo del PRI y del PAN. Se deben destacar dos cosas: primero, que ambos representan corrientes encontradas dentro del PRD: Aureoles respalda a Nueva Izquierda y a la candidatura de Carlos Navarrete. Barbosa, que rompió hace poco con Nueva Izquierda, es del frente que han formado las demás corrientes en contra de Navarrete, e incluso apoya en Michoacán la candidatura de Raúl Morónen contra del propio Aureoles. La decisión de PRI y PAN de respaldarlos a ambos, implica que esos partidos y el gobierno quieren dar una señal de que no intervendrán en la lucha interna del partido y de que tienen confianza de que ambos dirigentes no llevarán esa lucha a la presidencia de las cámaras. No son mensajes menores yAureoles y Barbosa deberán (no dudo que lo harán) estar a la altura de esos acuerdos y compromisos que trascienden la lucha partidaria.
Una tercera estampa lleva más a pensar en los demonios internos del perredismo. Tiene razón, Francisco Garfias al escribir, días atrás que la foto del acto del frente que quiere impulsar a Cuauhtémoc Cárdenas a la presidencia del PRD parecía tomada en blanco y negro: Cárdenasjunto a Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez es la foto de los años de la corriente democrática, de la ruptura con el PRI en 1987. Pero remembranzas aparte, no me gusta ver a un político como Cuauhtémocde la mano con la corriente de René Bejarano y Dolores Padierna (o del propio Porfirio y no hablemos de Leonel Godoy) que ahora hablan deCárdenas como el único hombre que podría unir al PRD, cuando durante años fueron sus mayores enemigos internos, los que llevaron casi al ostracismo para abrirle espacios a López Obrador y a sí mismos.
Cárdenas sí es una carta de unidad, pero dudo mucho de que esos sean los actores que permitan, quieran o puedan, instrumentarla. En realidad juegan la carta de Cárdenas para unirse entre ellos y tener un papel más protagónico en la elección interna. Quizás muchos sigan siendo actores en el futuro, pero las alianzas de Cárdenas serían más fructíferas en torno a los sectores que construyen acuerdos, desde Miguel Mancera(con el que trabaja y tiene una muy buena relación personal y política) hasta la propia Nueva Izquierda. Cárdenas junto a Bejarano no es una buena foto.
LA JORNADA ASTILLERO JULIO HERNÁNDEZ LÓPEZEn México los máximos poetas y prosistas de la Escuela de Bellas Artes Priístas están desatados en busca de responder en esencia la pregunta más recordada del reciente concurso periodístico organizado por el Fondo de Cultura Económica, específicamente el saber cómo fue que el ex gobernador del estado de México tuvo el valor y la fuerza para alcanzar lo que a labios de esos correligionarios es un portento épico digno de reconocimientos mundiales.
El secretario de floración, Miguel Ángel Osorio Chong, naturalmente ha encabezado los esfuerzos de cromado retórico a nombre del Taller Hidalguense de Bucareli. Ayer dijo que el dios de Los Pinos, de los gobiernos estatales y de los congresos logró las reformas, que a otros les parecían imposibles, porque no ha actuado con las encuestas de opinión en la mano, sacrificando popularidad inmediata a cambio de gobernar como todo un estadista. Soledad Loaeza publicó ayer en La Jornada una joya encontrada en el discurso del cantor de tres colores, pues ‘‘según César Camacho, el triunfo de Enrique Peña Nieto en la elección presidencial de 2012 se explica porque en la página 46 de su ‘libro ilustrado’ aparecía la dicha propuesta’’ (de reducir el número de diputados y senadores de representación proporcional), ‘‘la cual probablemente (afirmó Camacho, según el ) le ganó el voto de muchos millones de mexicanos’’.
El temario a desarrollar respecto de las presuntas virtudes excelsas del político de Atlacomulco sería suficiente para los florilegios de los vates del reformismo. Pero Felipe Calderón se convirtió (ha de suponerse que involuntariamente) en oportuna musa para que los floreadores de charrería se esmeren en contrastar la improductividad reformista del michoacano frente a la aplastante efectividad del mexiquense. Osorio Chong, Camacho y Beltrones, entre otros, han saltado orgullosos a los medios de comunicación para establecer que a Calderón le faltó oficio político, mismo que según eso sobraría a Peña Nieto. Mientras Felipe se queja de que no lo ‘‘apoyó la oposición’’ para aprobar las reformas, Enrique consiguió esos apoyos y pudo hacer las modificaciones largamente deseadas por los neoliberalistas del PAN y el PRI. No deja de ser notable la insistencia, en esos Juegos Florales del Peñismo, en que esas difíciles reformas se lograron sin crisis económica pero, sobre todo, sin conflicto político ni social.
Ciertamente, el oficio clásico del priísmo pudo congregar en torno a sus propuestas reformistas a los dos partidos principales de oposición, el PAN y el PRD, a través del Pacto por México. La autoría de esa idea, que en esencia buscó poner a los tres grupos directivos en acuerdo operativo respecto de puntos compartidos, es adjudicada por unos a Jesús Ortega, el dirigente real del sol azteca, y por otros a José Murat, el ex gobernador de Oaxaca que luego de ciertas apariciones relevantes hizo mutis, con la vista puesta en la posibilidad de que su hijo, actual director del Infonavit, pueda recibir la candidatura priísta en busca de relevar a Gabino Cué. Peña Nieto fue capaz incluso de ceder la conducción de las cámaras a un dúo, Emilio Gamboa y Manlio Fabio Beltrones, que no eran parte confiable a ojos del círculo íntimo del peñismo y que no encajaban ni encajan en los proyectos reales de poder de ese grupo.
Ese ‘‘oficio politico’’ sigue presente en las recientes designaciones de presidentes de las mesas directivas de las cámaras de Senadores y de Diputados, proceso en el que el PRI respetó acuerdos de palabra con el PRD. Peña Nieto podrá aparecer en actos futuros flanqueado y acompañado por perredistas que de esa manera seguirán convalidando las políticas del mexiquense. En un lance ‘‘histórico’’, dos miembros del sol azteca dirigirán las sesiones del Poder Legislativo, lo que da clara evidencia de lo confiables que este partido y estos políticos son a los ojos del grupo en el poder. Silvano Aureoles, en San Lázaro, seguirá haciendo méritos para ser candidato peñista-perredista al gobierno de Michoacán, y Miguel Barbosa continuará en la tesitura de la izquierda ‘‘moderna’’, dialogante y negociadora. Ambos han anunciado su más entusiasta predisposición a participar en actos políticos relevantes junto a las autoridades federales. En Palacio Nacional, por ejemplo, EPN estará acompañado por los perredistas, al igual que en su segundo Informe de labores.
El uso del escaparate camaral para fortalecer la candidatura de Aureoles está tan cantado que incluso ya está listo Tomás Torres Mercado, actual miembro del Verde Ecologista que fue secretario general del gobierno de Zacatecas con Ricardo Monreal y con Amalia García, para ocupar la presidencia de esa mesa directiva de San Lázaro en diciembre, cuando el michoacano solicitará licencia para buscar la candidatura a gobernador que hasta ahora figura en la lista de pagos de Los Pinos al sol azteca por servicios pactados.
Tanta civilidad partidista bien arreglada llevó a Osorio Chong a pronunciar peculiares palabras que podrían resultar de armas (políticas) tomar: ‘‘Este proceso que viene (en 2015) y los que siguen hacia adelante se defenderán por todas y todos los mexicanos para que evite obstaculizar el desarrollo del país, para que evite parálisis, para que evite particularmente confrontación entre partidos o entre grupos parlamentarios, y entonces nos permita avanzar, nos permita continuar’’, pues, según el titular de Gobernación, la reforma electoral reciente no permite hablar más de fraudes electorales en México. ¡Feliz fin de semana!
Twitter: @julioastillero