Oaxaca de Juárez, 29 de junio. Generalmente queremos lo que no tenemos, ya siempre uno piensa que el pasto de la casa del lado es más verde. Por eso aquellas que tienen mucho pelo les encantaría tener menos, y viceversa.
En ambos casos hay ventajas y desventajas; por ejemplo, quienes tienen una gran cantidad de pelo se demoran más en secarlo, peinarlo, tienen mucho volumen, tardan en lavarlo etcétera, pero por otro lado tienen más versatilidad para los peinados, pueden hacerse distintos moños y trenzas, pueden jugar más con su look y probablemente con la edad, aunque pierdan pelo, no van a sufrir de calvicie o cosas por el estilo.Para quienes tenemos poco pelo –o muy finito– es todo lo contrario; nos demoramos muy poco en lavar y secar el pelo, utilizamos menos cantidad de productos y no sufrimos el problema del exceso de volumen.
Pero los moños se nos ven pobres y chicos, las trenzas parecen insignificantes y en muchas ocasiones se ve poco saludable tener tan poco pelo.
Otro problema muy común que sufrimos muchas mujeres es que el pelo, ¡no nos crece!, y por más que pase el tiempo o que sigamos distintas “teorías” o “consejos” –desde cortarlo con cierto tipo de luna hasta usar champú de caballo– nuestro pelo se queda estancado en el mismo largo, ¡por años! Por suerte existen las extensiones y postizos para lograr superar este problema y lograr tener un pelo largo y abundante, por lo menos para lucir peinados increíbles y una cabellera frondosa y saludable. Como siempre digo, lo que no te dio la naturaleza te lo da la tecnología, ¡y los inventos del hombre!
Existen diferentes tipo de soluciones, unas más permanentes, otras sólo momentáneas, algunas costosas, otras menos, dañan o no el pelo propio, o bien se ven más reales o falsas. Una de las soluciones más drásticas y definitivas es el implante de pelo, el cual se hace a través de un procedimiento que no es altamente invasivo pero que requiere constancia, dinero, participación de médicos especializados.
Además, generalmente se hace en zonas de calvicie donde se presenta alopecia, por lo que no es solución para casos de poco pelo o muy fino, sino de zonas calvas.
Una solución no invasiva, perfecta tanto para ocasiones especiales o para uso constante a diario, son las extensiones de pelo, las cuales pueden cumplir la función de aumentar la cantidad de pelo y, si se desea, también el largo. Siempre recomiendo que ojalá sean 100% naturales, porque esto hará que por un lado no se note que no es pelo nuestro, pero además se les puede aplicar calor e incluso teñir.
Ahora bien, incluso las que son 30% de pelo sintético y 70% natural funcionan bien; más cabello sintético que eso no es recomendable, ya que tienen un brillo distinto, como más plástico, y se queman al aplicarles calor o tintura.
Las extensiones se aplican de diferentes maneras. Están aquellas que se pegan con silicona a nuestro pelo, es decir, mechón a mechón se derrite la silicona, se pega a un mechón propio y cuando éste se enfría queda adherida a nuestro pelo (si se elije un color igual al propio no se nota la unión). Para mí esta es la opción menos recomendable, ya que con el tiempo el pelo propio se empieza a pegar a la silicona, a cortar, se enredan muchísimo al lavarlo, a veces se caen en situaciones poco glamorosas, y por lo general dañan el pelo.
Otro mecanismo son las micropinzas, con las cuales mechón a mechón se aplican con un alicate y se aprietan a nuestro pelo, quedando adheridas a éste. Si bien es menos invasivo y dañino que la silicona, también puede presentar problemas a largo plazo para nuestro propio pelo.
Mis favoritas son las cortinas de pelo natural con pinches de peineta, las cuales puedes sacarte en la noche para dormir, para lavarte el pelo, lavarlas por separado para evitar los enredos, impides que se te corte el pelo, etcétera. Además puedes usarlas todos los días o sólo para una ocasión especial en que quieras hacer un peinado que requiera más pelo o más largo. Son muy fáciles de poner y sacar, por lo que no debiera tomarte más de 5 minutos hacerlo.
Como ves, no tienes excusa para no tener la cantidad y largo que siempre has querido; intenta que las extensiones que elijas sean lo más naturales posibles, del color más parecido a tu pelo natural y con el mecanismo que más te acomode. Lo importante es cuidarlas bien, desenredarlas, lavarlas y protegerlas.
Así es que aprovecha la tecnología para suplir este tipo de problemillas, ¡y luce espléndida con el pelo que tú quieras tener!
Con información de Nueva Mujer