Oaxaca de Juárez, 15 de octubre. Cada 18 de octubre el mundo vuelve la mirada hacia un tema del que poco se habla, pero que atraviesa a millones de mujeres: la menopausia. En el Día Mundial de la Menopausia, desde Eje Central abrimos el espacio para hablar sin filtros de su antesala: la perimenopausia, una etapa de transición que transforma el cuerpo, la mente y las rutinas, a veces de forma silenciosa, a veces con la fuerza de un gol de último minuto.
Hablar de la perimenopausia es hablar de resistencia, de ajustes hormonales y emocionales, pero también de autoconocimiento. En esta etapa, que puede durar varios años, el cuerpo anuncia con sutileza o con estruendo que se aproxima una nueva fase. Es tiempo de entenderla, reconocerla y sobre todo, normalizarla.

¿Qué es la menopausia?
La menopausia no es una enfermedad ni una derrota del cuerpo. Es una etapa natural en la vida de toda mujer, marcada por el final del ciclo menstrual. Generalmente llega después de los 45 años, cuando los ovarios dejan de liberar óvulos y los niveles hormonales, en especial el estrógeno, disminuyen.
Este cambio puede venir acompañado de sofocos, alteraciones del sueño, sudores nocturnos, cambios en el estado de ánimo o variaciones en el ciclo menstrual. Aunque los síntomas varían de una persona a otra, todos forman parte de un proceso fisiológico que merece comprensión y acompañamiento, no estigma.
¿Qué es la perimenopausia, cuánto dura y a qué edad llega?
La perimenopausia es el periodo de transición previo a la menopausia. Es el calentamiento antes del pitazo final del ciclo reproductivo. Durante esta etapa, los ovarios comienzan a producir menos estrógeno, lo que genera fluctuaciones hormonales que impactan en todo el cuerpo.
Puede iniciar entre los 30 y los 50 años, aunque lo más común es que comience en los 40. Su duración promedio ronda los cuatro años, pero puede extenderse hasta ocho, dependiendo de cada organismo. La regla número uno aquí es que no hay reglas fijas: cada cuerpo lleva su propio ritmo.
En esta fase, los periodos se vuelven irregulares, el estado de ánimo se altera y la energía fluctúa. Y aunque el ciclo menstrual comienza a ser impredecible, aún existe posibilidad de embarazo, ya que la ovulación no desaparece por completo hasta que llega la menopausia, cuando se cumple un año sin menstruación.

Síntomas de la perimenopausia
La perimenopausia puede sentirse como un entrenamiento de resistencia: exige atención, cuidado y, sobre todo, autoconocimiento. Los síntomas dependen de cada persona, pero algunos son tan comunes que se repiten en casi todas las conversaciones sobre esta etapa.
Principales síntomas:
- Períodos menstruales irregulares (más largos, cortos o ausentes).
- Sangrados más abundantes o más ligeros de lo habitual.
- Sofocos o sudores nocturnos.
- Cambios de humor, irritabilidad o sensación de tristeza.
- Disminución del deseo sexual.
- Sequedad vaginal y molestias durante las relaciones sexuales.
- Dificultad para dormir o insomnio.
- Necesidad frecuente de orinar o sensación de urgencia urinaria.
Hablar de estos síntomas es el primer paso para romper el tabú. La perimenopausia no debería vivirse en silencio ni con vergüenza, sino como una oportunidad para reconectarse con el cuerpo.
En este Día Mundial de la Menopausia, la invitación es clara: escuchar, compartir y visibilizar. Porque cada mujer que atraviesa esta etapa merece información, empatía y respeto.
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