Oaxaca de Juárez, 28 de agosto. Nuestros Científicos. Investigadores, encabezados por Andrés Lira, han desarrollado un modelo predictivo que permitirá anticiparse a las plagas. Ya lo utilizan para conocer el desplazamiento de una que podría afectar plantaciones de aguacate en México. El científico es beneficiario de las Cátedras Conacyt.
Entre la comunidad de ecólogos del país se escucha el nombre de Andrés Lira como uno de los jóvenes investigadores más prometedores del área. Eso no sorprende a los científicos del ramo, aunque sí es de destacar para quienes no forman parte de éste o para la misma sociedad en general. Además del desarrollo de ciencia e investigación básica, en el Instituto de Ecología (Inecol), Centro Conacyt, Andrés Lira encabeza un grupo que ha desarrollado un modelo computacional sobre la distribución y desarrollo de plagas u otros sistemas biológicos.
Ésta es una herramienta de vanguardia mundial puesto que permitirá prevenir y anticiparse a plagas que afecten cultivos comerciales de importancia. Este modelo ha servido ya para obtener los primeros resultados sobre el avance de la plaga de un pequeño escarabajo de origen asiático, de la especie Xyleborus, que azotaría las plantaciones de aguacate del país, y la cual ha entrado ya por la costa este de EU.
Los resultados sobre cómo entraría a México y en qué tiempo aún son preliminares y están por publicarse —misma razón por la cual el científico todavía no se aventura a hacer públicos los datos en entrevista con Crónica—, pero en los próximos meses lo hará y con ello otorgará a las autoridades sanitarias y agrícolas información muy valiosa sobre esta amenaza. Lo que queda claro es que la forma en que han pronosticado el desarrollo del desplazamiento hasta ahora en EU apunta que el modelo es correcto.
“Los primeros resultados los obtuvimos la semana pasada, pero todavía hay parámetros donde necesitamos más información, como unos sobre el número de individuos que se requieren para que la invasión sea exitosa. Pero ya tenemos un escenario de por dónde entrará la plaga a México y en qué tiempo, pero no me aventuró a mostrarlo aún, sino en los próximos meses cuando ya tengamos más resultados que presentar”. El científico añadió que el avance de la especie por territorio americano predicho por el modelo refiere que el modelo es muy bueno y las estimaciones que esbozan sobre su llegada a México lo serían también.
Pero este modelo predictivo no sólo es útil para el caso del Xyleborus y el aguacate, refiere, sino también para otras especies invasoras. “Este es un ejemplo generalizado, pero si tenemos información con la cual se pueden hacer parámetros del modelo, se predecirá el desplazamiento de otras especies. Nos alegra saber que ya existe el modelo y que fue realizado por mexicanos”.
El investigador señala que si bien existen estudios similares en otras partes, el realizado en el Inecol es el primero y de vanguardia en esta área de investigación. “A nivel mundial estamos en la vanguardia con este tipo de aproximaciones, pero se puede usar para muchos otros organismos, no sólo para especies invasoras, sino trayectorias de otro tipo como migraciones de aves, dispersión de plantas y de otros organismos, todo dependerá de los recursos e información de parámetros como dónde hay climas favorables y dónde hay una denso-dependencia de la especie, hasta dónde puede crecer la población de estos organismos en estos sitios en la geografía; es la combinación de datos demográficos con datos ambientales los que alimentan el modelo”.
Esta herramienta permite ver dinámicas de crecimiento de las poblaciones espacialmente a lo largo del tiempo por lo que cambiará muchas cosas al hacer investigación en ecología. Para el científico esta es una frontera en la investigación, en particular de los nichos ecológicos, pero se puede vincular con otras dimensiones de la biodiversidad. Acerca del Xyleborus, el análisis es sobre cuál es su actividad ambiental espacial y temporalmente, pero al modelo se pueden ingresar información sobre rasgos, tamaños, que son indicadoras de la diversidad biológica, explica, para no sólo quedarse con un plano demográfico, que si bien ya es interesante y útil, sino profundizar y analizar otros aspectos químicos o ecológicos.
CÁTEDRAS CONACYT. El resultado de esta investigación en el Inecol es particular, porque no surge de un investigador contratado por la institución, sino por uno de los beneficiarios de las Cátedras Conacyt, puesta en marcha hace un par de años. Éstas cátedras consisten en la contratación de jóvenes investigadores por parte de Conacyt para que realicen investigación en alguno de sus centros o universidades y centros científicos del país. Ha sido un recurso del gobierno federal para retener y emplear a investigadores jóvenes quienes no han encontrado una plaza por la falta de espacios en estas instituciones.
Andrés Lira forma parte de la primera generación de beneficiados —que se compone de mil investigadores, y que se espera ascienda a dos mil en 2018— y señala que la mayoría de los catedráticos que conoce en toda la república están muy contentos con el programa. “En ocasiones hay algunas dificultades por lo que implica llegar a una institución con una plaza que no es concebida dentro de ésta, sino fuera, pero se soluciona cada vez más y las plazas son bien vistas”.
Esto se refleja en sus beneficios: desde tener un salario bastante decente, hasta la posibilidad de las instituciones de recibir recursos humanos de alto nivel, calificados y absorber a los investigadores jóvenes recién doctorados o que han hecho su posdoctorado, quienes tienen muchas ganas de realizar investigación, refiere Lira.
Las preocupaciones de los catedráticos Conacyt también son claras, dice, y se relacionan con las dudas sobre qué sucederá en el futuro: ¿permanecerá el programa cuando la administración federal cambie?, ¿se mantendrá el presupuesto?, ¿se mantendrán los convenios con las universidades e institutos que albergan a los catedráticos?
“En tanto podemos pensar ahora en las ventajas y desventajas del programa, pero también veremos qué perdura en el largo plazo. Sin embargo, ahora todos lo vemos como algo muy positivo, como una buena alternativa para los investigadores jóvenes”.
Con información de: Crónica