Oaxaca de Juárez, 13 de abril. Hemos comentado los abusos y enriquecimiento ilícito y exagerado de casi todos los líderes sindicales, sin que ninguna autoridad se atreva a intervenir por muy abundantes que sean las denuncias contra ellos, por un supuesto respeto a la mal interpretada autonomía sindical. Todos hemos conocido algunos casos, sobre todo de dirigentes nacionales, que en tiempos normales del pasado lograban amasar fabulosas fortunas sólo con las cuotas sindicales de sus agremiados, pero en la actualidad su voracidad y ambición de dinero crecieron tanto, que han exigido y obtenido curules en las cámaras de diputados y senadores, así como elevados subsidios oficiales, federales, estatales y municipales, y aun así muchos realizan actos de presión y chantaje con los que quieren perjudicar al gobierno para que les dé más privilegios, pero el pueblo es el que sufre las mayores consecuencias por los daños de que es víctima.
En estos días ha vuelto a ser denunciado por enésima ocasión el campeón de la impunidad y la corrupción sindical y política, el legislador Carlos Romero Deschamps, eterno dirigente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, del que se informó que tiene récord en el número de gremios disidentes organizados en su contra, que han solicitado su destitución a la Secretaría del Trabajo, misma que como toda la oficialidad priista lo encubre y protege. Además acumula el mayor número de denuncias que haya contra un líder sindical por corrupción y enriquecimiento ilícito en la Procuraduría General de la República. Tiene también acumuladas más de 40 averiguaciones previas, tres órdenes de presentación sin ejecutar y varias decenas de demandas individuales y colectivas. Los disidentes de este gremio, que ya son mayoría, declararon que ya es insostenible que Romero Deschamps se mantenga al frente del sindicato, que ha convertido en su “negocio particular”, que tiene al gremio inmerso en la corrupción y lo ha desfalcado y que cuenta además con una colección de denuncias penales en su contra. Entregaron pruebas a la PGR de lavado de dinero, delincuencia organizada, defraudación fiscal y enriquecimiento ilícito.
Según el informe dado a conocer, la organización que más denuncias ha presentado es la Gran Alianza Nacional Petrolera, que tiene una lista innumerable de todos los procesos iniciados ante la PGR, los cuales “duermen en los tribunales”. Incluso logró que se emitieran tres órdenes de aprehensión en contra del cuestionado dirigente sindical, pero nunca fueron ejecutadas. Asimismo, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, detectó una estrategia legal con la cual el STPRM interponía amparos contra sus resoluciones que implicaran proporcionar información. Este sindicato, por las influencias del corrupto Romero Deschamps, ha ignorado todas las peticiones para divulgar la lista completa de las aeronaves de su propiedad, copia de documentos, acuerdos, contratos, convenios y anexos suscritos con la empresa Odebrecht y otras negociaciones e instituciones públicas y privadas.
La vida familiar de este delincuente sindical es muy conocida por la ostentación que hacen de su derroche de recursos, viajando como reyes por todo el mundo y exhibiéndose en los más lujosos hoteles y restaurantes de los lugares que visitan, bien protegidos por guaruras oficiales, como si se tratara de personajes de alto rango de los círculos gubernamentales. Comparado con la señora Gordillo Morales, a quien no se le ha permitido ni siquiera la prisión domiciliaria, a pesar de su edad y enfermedad, este Romero vendría siendo su maestro, pero se trata de uno de los sindicaleros más sometidos y serviles con el presidente en turno, mientras ella, a pesar de incurrir en los mismos defectos, tuvo algunos rasgos de independencia y rebeldía, que en política no se perdonan como se está demostrando. Es la clase de personajes que integran la familia revolucionaria actual, por eso el sindicalismo se ha desvirtuado y convertido en un negocio más, sin que interesen los problemas y derechos de los trabajadores. En el mismo sentido han procedido los sedicentes luchadores sociales, por eso la plaga se ha multiplicado con la bendición oficial.
El ejemplo más claro de estos casos lo tenemos en Oaxaca, donde abundan los luchadores sociales enriquecidos del erario público, así como los dirigentes sindicales subsidiados por el gobierno del estado. Con los dirigentes de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, explotan el presupuesto estatal los de los seis sindicatos de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, inconscientes de la situación económica precaria de esa casa de estudios, por eso la tienen con el nivel académico más bajo de todas las universidades mexicanas. Ahora, con más furor, se han sumado al negocio los normalistas, que todos los días bloquean calles y carreteras para lograr más nombramientos ilegales, o sea sin sustentar los exámenes de competencia reglamentarios, porque el nuevo gobernador, como los anteriores, se ha sometido a todos esos grupos prefiriendo llenarlos de privilegios en lugar de aplicarles la ley.
Oaxaca sigue viviendo en crisis por esa situación, y como se ha informado por la prensa nacional, también se ha convertido en uno de los cinco estados más inseguros de la República, porque ante los tolerados abusos sindicales y de luchadores sociales, la delincuencia encuentra terreno propicio para actuar con libertad. El viernes pasado estos normalistas bloquearon la terminal de autobuses ADO y los tramos carreteros de Pueblo Nuevo y Huitzo, por eso quienes teníamos urgencia de viajar a la ciudad de México hicimos cerca de diez horas de incómodo viaje. El nuevo gobierno, que a pesar de todo ha contado con el apoyo popular, comienza a perderlo por su temor a ejercer la gobernabilidad y se ha dejado influir por esos delincuentes sectores de la población. Reconocerlo sería un acierto para que vuelva al estado el clima de paz y tranquilidad perdido desde hace varios años.
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