Oaxaca de Juárez, 27 de marzo
MILENIO CARLOS MARÍN EL ASALTO A LA RAZÓNA seis meses de la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa que, según la PGR, fueron asesinados y sus restos quemados hasta ser carbonizados, triturados y esparcidos en un río, la demanda de los deudos, representantes y colados continúa siendo la misma: que aparezcan vivos.
Desconfían de la versión oficial, y algunas agrupaciones “solidarias” usan ese crimen atroz como argucia para tratar de impedir las elecciones.
Antes de que Jesús Murillo Karam afirmara la “verdad histórica”, una de las personalidades que ayer hablaron en la explanada de la Estela de Luz, el sacerdote Alejandro Solalinde, anticipó lo mismo: que los cadáveres habían sido “calcinados” (lo cual ofendió tanto a los padres que le impidieron oficiar misa en la normal rural).
Contra la descalificación de su trabajo, la PGR habla de 510 dictámenes periciales (en 26 especialidades), la consignación de 104 probables responsables (incluidos 48 policías municipales) y tener abiertas 25 averiguaciones.
La declaración ministerial del padre Solalinde contribuiría mucho a despejar dudas y pretextos…
EXCÉLSIOR JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ RAZONESUna pregunta básica: si usted está a punto de participar en una elección trascendente para su futuro político dentro de escasos tres meses, ¿qué haría?, ¿infundiría esperanzas y trataría de crear expectativas de un futuro mejor, al tiempo que destaca los avances presentes y las posibilidades futuras, o insistiría, un día sí y el otro también, sobre las acechanzas del futuro, advirtiendo que, dentro de nueve meses, ajustará el presupuesto, recortará programas y gastos y que, además, liquidará a buena parte de los trabajadores públicos?
Cualquiera con sensatez y deseando ganar esa elección se iría por la primera opción. ¿Alguien puede explicarme por qué la administración de Peña se empeña en recorrer el otro camino? Es decir: anunciar recortes, liquidaciones y despido de trabajadores dentro de nueve meses, cuando tiene una elección en tres meses y cuando ni siquiera sabe —porque ésa es una potestad de la Cámara de Diputados, y la conformación de la misma es precisamente la que está en la disputa electoral—, si sus propuestas pasarán el tamiz legislativo? ¿Alguien me podría explicar por qué ese futuro de dificultades, de sangre, sudor y lágrimas, se convierte en el principal discurso gubernamental cuando existen temas que podrían mostrar éxitos o un camino más optimista? ¿Se puede comprender que se hable de recortes y liquidaciones a futuro, en lugar de hablar de la reducción de la cifra de secuestros o de asesinatos en los dos primeros meses del año; del incremento de las cifras del turismo y el regreso del país al top ten mundial de visitantes internacionales; del crecimiento, así sea todavía insuficiente, de la economía y las posibilidades que otorga el repunte de la estadunidense a la nuestra; de que la Ronda Uno está avanzando y que la licitación de las cadenas de televisión fue exitosa?
Cuando se habla de problemas de imagen, de desconfianza, de falta de expectativas de la gente respecto al gobierno o al presidente se habla precisamente de esto. La administración Peña no difunde sus avances o éxitos y cuando lo quiere hacer sus resultados son los contrarios a los esperados (¿qué mejor ejemplo que la investigación del caso Ayotzinapa, la mayor y más precisa investigación que ha realizado en décadas la PGR, y que ha terminado con el reemplazo de su titular?).
No logro entender cómo están planteadas las cosas a la hora del mensaje de la administración federal. Mucho menos ante un proceso electoral que es —siempre lo es— plebiscitario respecto al desempeño gubernamental y en el cual se debe remontar todo un ciclo de bajas percepciones. Resulta difícil de entender que el centro del mensaje pareciera estar en una pelea con el papa Francisco por una palabra escrita en un mensaje privado; en concesiones al 10 por ciento de los maestros disidentes, mientras se medio ignora al 90 por ciento de los que trabajan todos los días; en si se podrán realizar o no las elecciones en Oaxaca y Guerrero. Y la lista podría continuar, pero tiene su máximo esplendor en el anuncio de los futuros recortes y liquidaciones.
Dick Morris, aquel célebre consultor de medios convertido en un muy derechista comentarista de Fox, siempre decía que una de las mejores estrategias era lo que él llamaba la triangulación, que es el mecanismo mediante el cual un gobierno se apropia de las propuestas de sus adversarios (e incluso de los logros) para hacerlos suyos y, cuando las condiciones lo permitían compartirlos. Aquí parece que estamos realizando un proceso de triangulación pero al revés: el gobierno se apropia de todos los errores, yerros, tragedias y hasta de las vicisitudes económicas globales, y los asume como propios. No sería mala idea que el presidente Peña, en estos días de descanso que vienen, pudiera reflexionar sobre la marcha de las cosas y el discurso que quiere presentarle a los mexicanos, por lo menos en estos tres meses que vienen.
Iguala: seis meses
A seis meses de que los estudiantes de Ayotzinapa fueron secuestrados, asesinados e incinerados, los padres (que no son todos los que están, ni están todos los que son) han descubierto gracias a sus asesores cercanísimos al ERPI, que para encontrar con vida a sus hijos, deben impedir las elecciones en el ámbito nacional, o por lo menos en Oaxaca y Guerrero, lo que ya está en la agenda de la CETEG y de la Sección 22, con sus distintos aliados. Es una traición a su propia lucha abandonarla para convertirla en una agenda política más que sectaria. El ahora expresidente de Uruguay, José Mujica, les dijo, cuando vino a Guadalajara en diciembre, con toda su experiencia de vida, de clandestinidad, de prisión y tortura a grados inimaginables que tenían que buscar “a los normalistas en sus corazones”. No los van a encontrar en una agenda desestabilizadora.
PD: nos tomaremos unos días de descanso. Lo esperamos nuevamente en este espacio el miércoles 8 de abril.
LA JORNADA JULIO HERNÁNDEZ LÓPEZ ASTILLEROlogros personales(sean casas o no, que a fin de cuentas tales bonos inmobiliarios serían lo menos cuantioso). Y ya encarrerado en esa entrevista al término de una gira por Tlaxcala, en la que habló de que él no trabaja ni dedica su empeño a colocarse
medallitas, sentenció, con la vista tendida en el horizonte histórico que desde ahora adivina áureo y benevolente para su obra:
hoy no me ocupa, a final de cuentas, revertir o mejorar índices de popularidad; lo único que me interesa es que a México le vaya muy bien. Ah.
En las calles de varias ciudades del país y del extranjero, en cambio, la tarea política y la figura personal del mexiquense sufrían un rechazo clamoroso. No con la numerosidad de otras ocasiones, pero sí con una persistencia y pertinencia meritorias, miles de ciudadanos recordaron los hechos de Iguala y Cocula a medio año de sucedidos, bajo la premisa vigente y fortalecida de que Fue el Estado
el responsable real de lo acontecido con los estudiantes de Ayotzinapa.
Se sostiene la protesta por los 43 a pesar del tiempo transcurrido, la marrullera táctica gubernamental de buscar el cansancio a largo plazo de los opositores y el privilegio mediático y político a un proceso electoral ciertamente desangelado y sin esperanzas sensatas de cambio profundo y real. Y justamente contra este aspecto, el de los comicios considerados como engañifa sistémica que en las circunstancias actuales consolida y convalida el actual desastre institucional, los familiares de los estudiantes desaparecidos y los dirigentes de ese movimiento de lucha enderezaron ayer sus baterías, demandando al desconchinflado Instituto Nacional Electoral que no realice el simulacro democrático en Guerrero.
Concentrada la atención en las movilizaciones relacionadas con Ayotzinapa, por el significado de medio año sin justicia, otros actos de protesta se desenvolvían con menos reflectores. En San Quintín, en el municipio de Ensenada, trabajadores agrícolas sometidos a explotación inhumana caminaban por la carretera transpeninsular en apoyo a quienes en esos momentos negociaban con autoridades gubernamentales y representantes patronales un aumento salarial y condiciones de trabajo mínimamente humanas. Los empresarios, que han hecho grandes fortunas mediante la exportación de productos agrícolas a mercados no sólo de Estados Unidos, sino también de países de Asia y Europa, mantenían a la hora de cerrar esta columna su generosa oferta de incrementar en siete pesos el pago diario a una mano de obra constituida por mexicanos convertidos en virtuales esclavos laborales, a los que se escamotea una remuneración decorosa y las prestaciones básicas, y se les mantiene hacinados en condiciones que recuerdan las peores escenas del porfirismo.
Despertó el gigante que vive en San Quintín y despertó con sed de justicia
, dijo Justino Herrera, vocero de la Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal por la Justicia Social, según la edición de Internet de La Jornada Baja California, que dirige la periodista Mireya Cuéllar. Un grito rei-terado fue el de ¡No más salarios de hambre!
, entre esos jornaleros agrícolas que en su mayoría son indígenas y provienen de otros estados de la República. Ellos han constituido parte de ese México (hasta ahora) invisible, el de los más pobres entre los pobres, despojados de derechos y justicia, condenados a la condición de meras máquinas recolectoras de productos luego vendidos a consumidores extranjeros con grandes ganancias para los empresarios que hoy se lamentan de las fresas echándose a perder en los campos por la protesta de los jornaleros, pero nunca se preocuparon por la atención de esos trabajadores en términos de humanidad y justicia. Empresarios largamente infractores de la ley, sin proporcionar seguridad social ni otras prestaciones a sus peones acasillados, pero que hoy hacen cuentas adoloridas ante el riesgo de tener que pagar unos pesos más a los trabajadores.
Y, desde luego, el gobernador panista Francisco Vega de Lamadrid, apodado Kiko, sobrellevando las pláticas y negociaciones con la balanza oficial cargada en favor de los hombres de negocios
, cerrado a escuchar la voz de los que protestan, ciego y sordo, cree que no existimos
, según se denunciaba anoche. Incluso, alcanzado a pie por Basilia Hernández José y Juana Morales Gaspar, integrantes del Comité de Seguimiento de los Pueblos Indígenas, quienes reprochaban al mandatario que no se haya presentado en San Quintín a atender los problemas y demandas, contestó: Mire, señora Basilia, ya me han platicado de usted y no crea que no sé lo que usted representa. En primer lugar, no crea que por no estar ahí personalmente en San Quintín no estoy interesado en la problemática. Ahí está el gobierno del Estado y estoy muy al tanto de lo que ahí acontece
(nota de Miguel Cervantes Sahagún).
La postura distante del panista Kikoen San Quintín es parecida a la del priísta Kike en Iguala. El bajacaliforniano también podría alegar que no busca medallitas
y que no le preocupa lo que digan sus presuntamente gobernados. Tal es la conducta de la clase política actual, alejada de la realidad, eludiendo los conflictos hasta donde le es posible, dedicada a la construcción de escenarios falsos mediante el uso de los medios de comunicación alineados a la pompa oficial y cerrados a la difusión y el análisis de los problemas populares. ¡Hasta el próximo lunes!
Twitter: @julioastillero