Oaxaca de Juárez, 2 de julio. La tercera edición de The Global E-Waste Monitor 2020, lanzada hoy por la Global E-waste Statistics Partnership (GESP), proporciona una visión integral para abordar el desafío global de los desechos electrónicos. Se reportó un récord de 53,6 millones de toneladas métricas (Mt) de desechos electrónicos (productos desechados con batería o enchufe, como computadoras y teléfonos móviles) generados en todo el mundo en 2019, un 21% más en cinco años.
El nuevo informe también predice que los desechos electrónicos globales llegarán a 74 Mt para 2030, casi el doble de la cifra de 2014, impulsados por mayores tasas de consumo eléctrico y electrónico (EEE), ciclos de vida más cortos y opciones de reparación limitadas.
Según el informe, Asia generó el mayor volumen de desechos electrónicos en 2019 (24,9 Mt), seguido de América (13,1 Mt) y Europa (12 Mt), mientras que África y Oceanía generaron 2,9 Mt y 0,7 Mt respectivamente.
En 2019, solo el 17,4% de los desechos electrónicos se documentó oficialmente como recogido y reciclado formalmente. Esto significa que el hierro, el cobre, el oro y otros materiales recuperables de alto valor con un valor conservador de US $ 57 mil millones, una suma mayor que el producto interno bruto de la mayoría de los países, fueron en su mayoría objeto de dumping o quemados en lugar de ser recolectados para tratamiento y reutilización en 2019 Si los materiales valiosos dentro de los desechos electrónicos se reutilizan y reciclan, esto puede promover una economía circular a través del uso de material secundario.
El número de países que han adoptado una política, legislación o regulación nacional sobre desechos electrónicos ha aumentado de 61 a 78 entre 2014 y 2019. Sin embargo, en muchas regiones, los avances regulatorios son lentos, la aplicación es baja y la recolección y los desechos electrónicos adecuados La administración es pobre.
Los desechos electrónicos son un peligro para la salud y el medio ambiente si no se manejan adecuadamente, ya que contienen aditivos tóxicos o sustancias peligrosas como el mercurio. El informe destaca que es probable que se encuentren 50 toneladas de mercurio en los flujos de desechos electrónicos no documentados, que si se liberan representan un daño para la salud de los trabajadores y el medio ambiente.
El informe también hace un llamado a los responsables de la toma de decisiones para que adopten un marco metodológico reconocido internacionalmente para medir y monitorear los desechos electrónicos que ayudarán a evaluar los desarrollos a lo largo del tiempo y establecer y evaluar objetivos.
El Global E-waste Monitor es un esfuerzo de colaboración entre el Programa de Ciclos Sostenibles (SCYCLE) actualmente coorganizado por la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) y el Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones (UNITAR), la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA).
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