Pendiente segunda edición de Rina Lazo, sabiduría de manos
Abel Santiago
Oaxaca de Juárez, 5 de abril. En EL año 2000, la Fundación Todos por el Istmo publicó la primera edición de la obra En tinta negra y en tinta roja, Arturo García Bustos, vida y obra, de la que soy autor, y el año pasado la misma organización publicó la segunda edición, ya que la primera se había agotado en poco tiempo. Se insistió mucho pero al fin se logró. Ahora continuamos las mismas gestiones para mi segunda obra de arte, Rina Lazo, sabiduría de manos, conversaciones con Abel Santiago, editada en 1998 por el Instituto Oaxaqueño de las Culturas, que igualmente se agotó en poco tiempo, por lo que se hicieron gestiones ante la misma instancia gubernamental para una segunda edición, pero no se logró. Ahora el nuevo gobierno del estado transformó ese Instituto en Secretaría de las Culturas, a la que estamos solicitando la segunda edición, por tratarse de un libro que buscan los lectores, sobre todo los admiradores del arte plástico. Para reforzar esta petición, recordaremos algunos datos contenidos en la obra:
El volumen consta de 10 capítulos, correspondientes a las 10 entrevistas que tuve con la maestra, en las que nos narra desde sucesos familiares ocurridos antes de su nacimiento, así como su infancia, niñez, primeros estudios e iniciación en el arte, hasta la conclusión de su mural Realidad y Sueño en el Mundo Maya, mágico encuentro entre hombres y dioses instalado en 1997 en el Hotel Casa Turquesa de Cancún, Quintana Roo, que realizó junto con su esposo, el gran pintor, muralista y grabador Arturo García Bustos. Al final de cada capítulo incluimos los testimonios periodísticos referentes a cada tema, en los que figan comentarios, reportajes, artículos de fondo y juicios críticos de los más destacados periodistas, escritores e intelectuales que han escrito sobre la vida y obra de la maestra Rina Lazo, una vida consagrada al arte y a las luchas sociales, tanto de México como de Guatemala. El libro está ilustrado con fotografías alusivas y reproducciones de sus pinturas.
Heredó el gusto por la pintura por parte de su familia materna. Su abuelo fue pintor aficionado, un tío y dos primas también fueron pintores. Una amiga de la niñez, estudiante de pintura, la invitó a tomar clases con el maestro Julio Urruela, y con él confirma su vocación. Se inscribió en la Academia Nacional de Bellas Artes de la Universidad de San Carlos de Guatemala, en mayo de 1944, para cursar dibujo, pintura y modelado. El 20 de octubre de ese año cae el dictador Jorge Ubico, y el 20 de noviembre siguiente, para conmemorar la Revolución Liberadora, la Asociación de Profesores y Estudiantes de Bellas Artes, convoca a un concurso de carteles. La estudiante Rina Lazo gana el primer lugar con su obra Por los Caminos de la Libertad. A pesar de su corta edad ya se inicia también en la lucha por la liberación de los pueblos oprimidos por dictadores o por el imperialismo. La ceremonia de entrega de ese premio fue presidida por la Junta Revolucionaria de Gobierno de Guatemala, integrada por el mayor Jacobo Arbenz, por el teniente coronel Juan José Arana y por el señor Jorge Toriello.
En el concurso de carteles efectuado en 1945, con motivo de la primera feria del libro en Guatemala, recibe mención honorífica. El 20 de noviembre de ese año el Ministerio de Educación Pública convoca a un concurso de beca para estudiar pintura al óleo y acuarela en la ciudad de México, y el seis de febrero del siguiente año se da a conocer el resultado. Los miembros del jurado calificador, integrantes de la Academia Nacional de Bellas Artes, escriben en el acta: “Reunidos para calificar por sus méritos los trabajos recibidos…habiendo discutido la calidad de cada uno de ellos, se decidieron por dar la distinción a la señorita Rina Lazo Wasem”, con la salvedad de que “si por alguna causa de criterio familiar se viera obstaculizada para aceptar la beca, la misma se entregará a Antulio Cajas”.
Participó con dos cuadros pintados en el taller de don Julio Urruela, uno representando al propio taller, y otro titulado Naturaleza Muerta con Xipe, que fue el triunfador. Desde luego que el criterio familiar fue de franca oposición, pero ella se impuso por su carácter ya firme desde entonces y por la solidez de su vocación. Recibió la beca de manos del profesor Juan José Arévalo, presidente de Guatemala, quien había asumido el poder en marzo de 1945, y el primer cheque de 100 quetzales, equivalentes a 100 dólares, lo recibió de manos del poeta Otto Raúl González.
Ese premio es el que cambia la vida de la maestra Rina Lazo. Viene aquí a continuar su carrera, y a que México, como dice el maestro Andrés Henestrosa, se enriquezca con su nombre y con su obra, con su pintura y con su literatura. México la tiene como una de sus artistas, porque ha sumado su nombre y su obra a la gran pintura mexicana, a la gran Escuela Mexicana de Pintura, a la que pertenece y ha defendido denodadamente contra sus detractores. En México estudia en la Escuela de Pintura y Escultura La Esmeralda. A los pocos meses su profesor de técnica de procedimientos, Andrés Sánchez Flores, viendo su aprovechamiento, disciplina y puntualidad, le pregunta si le gustaría trabajar con el maestro Diego Rivera en el mural que iba a iniciar en el Hotel del Prado. Ella acepta de inmediato y se inicia moliendo los colores, y termina pintando algunas tareas del grandioso mural Sueño de una Tarde Dominical en la Alameda Central. Así continúa su brillante carrera, cuyos detalles damos a conocer en la obra citada al principio, por lo que nuestra solicitud de una segunda edición va dirigida a la Secretaría de las Culturas del Gobierno del Estado de Oaxaca.
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