Oaxaca de Juárez, 10 de agosto. El Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones del narcotráfico más vetustas de México, se encuentra asediado por el Gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y del Presidente Donald Trump, por lo que ha adoptado un “enfoque de supervivencia” y se ha adaptado a una nueva realidad cambiando métodos para el trasiego de fentanilo, dice hoy un reportaje del diario The New York Times.
El periódico vuelve sobre este tema luego de que, en diciembre de 2024, fue ampliamente criticado tras difundir una “cocina” de drogas, ridícula, supuestamente en Culiacán, los mismos días en los que enormes y complejos laboratorios eran descubiertos en Vancouver, Canadá, una metrópoli considerada “la capital mundial del fentanilo”.
Esta nueva investigación del Times, firmada por los periodistas Paulina Villegas y Maria Abi-Habib, quienes reportan justamente desde Culiacán, Sinaloa, describe cómo este cártel, considerado uno de los más poderosos del mundo y que parecía inmune a sus rivales, ahora, “en un estado de debilidad” derivado también de sus luchas internas, ajusta su operación.
“Sus contrabandistas están cambiando a cargas más pequeñas, ideando métodos creativos y adaptándose en tiempo real a las amenazas cambiantes, lo que demuestra lo extremadamente difícil que sería para cualquier gobierno desmantelar una organización criminal tan arraigada”, dicen Villegas y Abi-Habib.
A pesar de la campaña de los gobiernos de Sheinbaum y Tump en su contra, los miembros del cártel entrevistados por el Times afirmaron no tener intención de abandonar el negocio. “La mayoría no mostró ningún reparo ante el devastador impacto en Estados Unidos, donde el fentanilo ha alimentado una crisis de adicción y se ha convertido en una de las principales causas de muerte”, expone el reportaje cuyo título dice: “Compartiendo secretos y vigías de los cárteles: cómo llega el fentanilo a EU”.

Los narcotraficantes dijeron al NYT que están dirigiendo un negocio y, en su favor, también argumentaron que si ellos no satisfacían la demanda de fentanilo de Estados Unidos (EU) alguien más lo haría.
Este verano, afirman las periodistas, el propio The New York Times entrevistó a cinco miembros del Cártel de Sinaloa, que hablaron bajo condición de anonimato. Ese reportaje del Times incluyó la documentación de cómo se ocultaban paquetes de fentanilo en automóviles en Culiacán, la capital sinaloense, para mostrar con mayor detalle cómo se desarrolla el tráfico de fentanilo.
El viaje posterior del automóvil a EU fue reconstruido a través de entrevistas con los cinco operadores: un mecánico, un conductor, un miembro de alto rango del cártel y dos traficantes con base en Arizona; Estados Unidos. El mecánico, por ejemplo, explicó que fue contratado esta vez para ocultar alrededor de 13 libras de fentanilo con destino a EU, con un valor de hasta 90 mil dólares, pero una carga pequeña en comparación con los últimos años.
Hizo un compartimento oculto tras el panel de la puerta delantera izquierda de un coche, además de que soldó un tubo de acero entre la carcasa exterior y el marco interior, creando un espacio falso donde pudieran reposar los paquetes. Diseñó todo con cuidado: si los agentes llamaban buscando contrabando oculto, sonaría a hueco, como una puerta normal y vacía.
“Los cárteles suelen usar autos medianos como Hondas, Nissans o Toyotas, argumentando que cuanto más común sea el vehículo, más probable es que pase desapercibido, dijo el mecánico. Nunca realiza la misma operación dos veces, añadió, variando el proceso según el auto y la cantidad de contrabando.

“A veces lo colocamos dentro del tanque de gasolina, otras, debajo del capó junto al motor, o incluso debajo del panel inferior”, dijo el hombre al Times.
Los cambios implementados, dicen las reporteras, no sólo son sobre su forma de pasar el fentanilo a EU sino también responden a ajustes financieros y nuevas alianzas.
“En respuesta a las amenazas en su contra, el cártel ha recurrido a profundas reservas de efectivo, ha recortado nóminas, ha sacado la producción de fentanilo de su estado natal, ha redirigido los envíos a Europa y —quizás lo más revelador— ha forjado una frágil alianza con una organización competidora que alguna vez fue su archienemigo”, describen Villegas y Abi-Habib.
Los analistas, según ambas periodistas, dicen que estos movimientos son “desesperados”, pero también muestran algo más: “una red criminal que, incluso en retirada, ha demostrado capacidad de resiliencia e innovación”.
“Bajo estas nuevas condiciones, la producción y el transporte de fentanilo se han vuelto más lentos, más riesgosos y mucho más costosos, afirmaron los cinco miembros del cártel. Los sobornos ahora cuestan más, los retenes militares se han multiplicado en todo México y los agentes fronterizos estadounidenses han reforzado la vigilancia. Se incautan más cargamentos, por lo que, para minimizar las pérdidas, los traficantes envían cantidades menores”, expone el reportaje del NYT.
Sin embargo, los operadores del cártel afirmaron a las periodistas que “la demanda de fentanilo no ha disminuido, a pesar de su papel en un gran número de sobredosis cada año. Por ello, los cárteles encuentran maneras de distribuir la droga”, dice la amplia y descriptiva investigación del diario neoyorquino publicada este sábado.
SinEmbargo/Foto:Cuartoscuro