Oaxaca de Juárez, 23 de octubre. El pleito de dos burocracias, la de los maestros y la del gobierno estatal, ha sido nefasto para Oaxaca. En medio han quedado los oaxaqueños que si trabajan y que con sus impuestos mantienen a éstas dos burocracias.
¿Acaso han dejado de cobrar, o acaso les han dejado de pagar a los maestros o a la burocracia gubernamental? No, ¿verdad?
Desde el gobernador Gabino Cué, hasta el último empleado del gobierno estatal; con plantón o sin plantón; con marcha o sin ella; con bloqueos o sin ellos. Han cobrado puntualmente sus quincenas. De igual manera los maestros, desde el líder Rubén Núñez Ginés, hasta el conserje de la escuela, han cobrado sus quincenas; con plantón o sin plantón; con marcha o sin ella; con bloqueos o sin ellos. ¿Y quién les paga a éstas dos burocracias? El ciudadano común y silvestre, el que paga impuestos.
Cuando hay marcha, paro o tomas, los maestros no dejan de cobrar. Así como tampoco afectan a la otra burocracia, la que dicen combatir, la gubernamental. Porque Gabino y su Pandilla siguen cobrando puntualmente, así como todo el aparato gubernamental.
Así es muy cómodo el intercambio de injurias y maldiciones entre una y otra burocracia: ¡no les afecta en lo más mínimo! Y al que afectan, le piden uno y otro bando, que tomen partido por el bien de Oaxaca… hágame usted favor.
Somos un pueblo que ha perdido la objetividad, la tenemos perdida desde hace mucho tiempo, pero donde tuvo su punto máximo fue en el conflicto del 2006. Una burocracia, la de Ulises Ruiz (Gobernador de Oaxaca 2004-2010), tratando de desalojar y reprimir a la otra burocracia: la de los maestros. Y los maestros, tratando de tirar a Ulises de la gubernatura, por la represión de que habían sido objeto con el fallido desalojo.
Muy bien, pero en todo el conflicto del 2006, aquí en Oaxaca, ninguna de las dos burocracias dejó de cobrar una sola quincena. Entonces, sus acciones combativas de uno y otro bando, no le hacen mella al enemigo que dicen combatir, solamente afectan a los verdaderos trabajadores oaxaqueños, que esos sí se ven afectados por el pleito de estas dos burocracias.
En el 2006 los maestros pedían la caída de Ulises, y Ulises pedía el desalojo de los maestros. Fue ahí donde debió surgir la Tercera Vía, la de los afectados.
Se debió pedir el desalojo de los maestros y la renuncia de Ulises, porque entre el pleito de estos dos, estaban los afectados. Se ha perdido la objetividad, los maestros buscaron que el Senado declarara la desaparición de poderes. Pero priistas y panistas se unieron para evitar la caída de Ulises Ruiz. Declarando el Senado que: “el marco de la desaparición de poderes estaba rebasado por la realidad y la compleja vida actual” o sea que el Senado no podía declarar la desaparición de poderes, ¡qué explicación tan vana y falaz!, o sea que en la realidad actual, el Senado no sirve para nada. Tenemos 128 senadores en la República Mexicana, que nos cuestan muchos millones y no sirven para nada, porque según ellos está rebasado el marco legal. Lo que sí está rebasado, es el monstruoso sueldo y prestaciones que perciben, pero eso será materia de otro artículo, en otra ocasión. Los priistas les vendieron la idea a los panistas de que si se caía Ulises, se podían caer también gobernadores panistas. Y eso les dio miedo a los panaderos.
La Tercera Vía debió haber pedido la renuncia de Ulises, por incapaz para gobernar y punto. Ulises había sido elegido, bueno, la elección se la arregló Murat, porque la había perdido, pero en fin, fue elegido para gobernar y no lo estaba haciendo. Durante el conflicto, una parte de la población culpaba a los maestros de la ingobernabilidad y es ahí donde hemos perdido la objetividad. A quien había que exigirle gobernabilidad, era a Ulises, para eso era gobernador, pero lamentablemente el estado se le había ido de las manos.
Por otro lado, los maestros, con sus acciones: barricadas, plantón, tomas, marchas, etc., no afectaban en lo más mínimo a su enemigo. Ulises y compañía, ellos siempre cobraron puntualmente, a los que afectaron fue a la verdadera clase trabajadora, la que mantiene a las dos burocracias.
Esta clase trabajadora, la iniciativa privada, debió proponer la Tercera vía: la renuncia de Ulises y el desalojo de los maestros, cuya lucha, muy legítima por cierto, pero que no afecta en lo más mínimo al enemigo que dice combatir, sino al pueblo oaxaqueño que trabaja para vivir.
Esa debió haber sido la Tercera Vía y la solución del problema. Hoy no estaríamos viviendo en este 2014 la analogía del 2006. Aún es tiempo, se puede pedir la renuncia de Gabino, que elegido gobernador, no gobierna. Y que los maestros ensayen otros métodos de lucha, que verdaderamente le hagan mella al enemigo que dicen combatir, y no a la población que, con sus impuestos mantiene la nómina de la que cobran puntualmente las dos burocracias: la magisterial y la gubernamental. Se trata de ser congruente y objetivo: si la ciudad se paraliza por los bloqueos, tanto Gabino Cué y su Pandilla, como Núñez Ginés y sus agremiados: cobran la quincena exactamente igual.
Ni unos ni otros, la Tercera Vía tendría que ser la solución. En el 2006 el fiel de la balanza fue el mundo empresarial para que las cámaras se inclinaran a favor de Ulises. Finalmente a los empresarios oaxaqueños, poco o nada se les ayudó con el IMSS, SHCP o con créditos que pudieran resarcir las pérdidas ocasionadas por el conflicto, que se alargó más de medio año. En ese inter muchos oaxaqueños perdieron sus empleos, que nunca recuperaron. Y los empresarios recibieron por parte de Ulises Ruiz, puestos de segundo nivel en el gobierno local y candidaturas sin futuro ni posibilidades.
Hoy el pueblo oaxaqueño está en la misma problemática. En medio de Gabino y su Pandilla, y de Núñez Ginés y sus agremiados.
El pleito de dos burocracias, la de los maestros y la del gobierno estatal, ha sido nefasto para Oaxaca. En medio han quedado los oaxaqueños que si trabajan y que con sus impuestos mantienen a éstas dos burocracias.
¡Suerte! y hasta el próximo DeAnálisis Político.