Oaxaca de Juárez, 18 de noviembre. Bien sabemos que los problemas económicos pueden agrandar problemas mínimos bajo otras condiciones, e incluso llevar a considerar medios no tan honestos para resolverlos. Sin embargo, hay modos de aliviar la presión derivada de la crisis financiera, y las personas religiosas y/o espirituales han encontrado una dentro de su medio.
Cuando los feligreses tienen poco dinero en efectivo experimentan ansiedad ante la dificultad que implica ello para su donación. Sin embargo, saber que sus hermanos de la iglesia pueden apoyarlos en momentos de necesidad puede ayudarlos a aliviar sus preocupaciones referentes al tema financiero.
“Hay un esfuerzo por ver la investigación sobre religión y familia con una perspectiva más equilibrada: reconocer que de alguna manera, en algunas circunstancias, la religión puede dañar a las familias y, en algunas circunstancias, puede ayudar a las familias”, comentó LeBaron, estudiante de doctorado que estudia finanzas familiares en la Escuela Norton de Ciencias de la Familia y del Consumidor en la Facultad de Agricultura y Ciencias de la Vida.
“Esa era una perspectiva natural para tomar con este documento porque los datos mostraban claramente que cuando las familias hablaban de religión y cómo afectaba sus finanzas, a veces hablaban de cómo la religión era realmente beneficiosa para sus finanzas y su familia, y otras veces su estrés financiero empeora”.
LeBaron y su equipo hicieron 134 entrevistas a líderes religiosos y padres en Irlanda y el Reino Unido que se consideraron “muy involucrados” con su religión. A partir de estas, identificaron las ventajas y desventajas que suponían sus prácticas en sus movimientos financieros.
La congregación puede aliviar el estrés financiero
Los investigadores encontraron que la religión estimuló una perspectiva positiva entre los encuestas y sus luchas financieras. Su creencia en una fuerza superior les hizo pensar que cualquier desafío financiero que debieran enfrentar sería algo correcto.
– Algunos de los entrevistados informaron que su participación religioso les permitió reducir su mentalidad materialista, lo que hacía menos probable que sintieran presión por gastar dinero para obtener o acumular más cosas, ni mucho menos por mantenerse al día con las modas.
– También mencionaron que la religión les concedía bendiciones a nivel monetario. A su parecer, congregarse los beneficiaba financieramente porque a pesar de que hacían donaciones a su iglesia, sentían que en momentos de dificultades podían recurrir a esta misma si necesitaban apoyo financiero.
– Más de la mitad de los participantes en el estudio afirmó que hacer ofrendas religiosas los hacía sentir satisfechos, y sentían que su acción tenía un propósito y significado en sus vidas, lo cual les ayudaba a aliviar este tipo de estrés.
– Por otro lado, algunos entrevistados mencionaron que participar en su religión les permitió cambiar para mejor su visión sobre el trabajo. Incluso en los momentos en los que su trabajo no los satisfacía, esta sensación podían transformarla en algo positivo y lograban ver su oficio como su vocación. Aunado a ello, muchos pensaban que si trabajaban, Dios no los desampararía, y ello también les servía de válvula de alivio en las situaciones de estrés.
Los puntos débiles de la participación religiosa en las finanzas
A pesar de que la participación religiosa resultó en un alivio para muchos de los entrevistados para este estudio, también se hallaron puntos débiles en torno a ella que afectaban el aspecto financiero y aumentaba su estrés.
– Por ejemplo, algunas personas sintieron que su participación religiosa también implicaba mayores obligaciones financieras, como las donaciones de caridad o contribuciones a la iglesia, lo cual aumentó su estrés financiero.
– Otros entrevistados mencionaron que había un costo financiero adicional asociado con ciertas opciones de estilo de vida religiosas. Entre ellos, no convivir como pareja antes de matrimonio, lo cual implica que las parejas vivan en residencia separadas, lo cual supone el doble de costos de alquiler, alimentación, entre otros. Pero también mencionaron otras experiencias costosas como misiones, peregrinaciones o inscribir a niños en escuelas religiosas.
– Otros congregados mencionaron el tema del tiempo, que muchas veces la congregación les exigía invertir más tiempo por las actividades de la iglesia, como el voluntariado o como misionero. Esto implica desprenderse de horas de trabajo extras que podrían generar dinero.
– Dos tercio de los entrevistados dijeron que los valores religiosos también chocaban con sus trabajos. Por ejemplo, una mujer católica mencionó que debió renunciar a su trabajo para quedarse en casa y dedicarse a la crianza de sus hijos, los cual implicó un gran sacrificio financiero.
Dicho esto, el mensaje final para las personas religiosas y aquellos que trabajan con ellas, como consejeros, terapeutas o líderes religiosos, es que el tema de las finanzas definitivamente se verá influenciado por el cambio de vida que implica congregarse.
“El mensaje final para las personas que son religiosas o las personas que trabajan con personas religiosas, como consejeros, terapeutas o líderes religiosos, debe estar abierto a la idea de que la religión puede tener beneficios y también inconvenientes”, dijo LeBaron. “Es bueno entender ambas cosas porque entonces estás en un mejor lugar para mitigar los inconvenientes y optimizar los aspectos positivos”.
La investigadores resalta que los estudios futuros deberían continuar indagando en la relación entre la religión y el estrés financiero, y la forma en que esta varía de persona a persona.
Información de:https://www.tekcrispy.com
Referencia:
Finances, religion, and the FAAR model: How religion exacerbates and alleviates financial stress. https://dx.doi.org/10.1037/rel0000294