Comunicado
Oaxaca de Juárez, 8 de junio. “La imagen de la Virgen de Guadalupe plasmada en el ayate de Juan Diego en el año 1531 ha sido una de las más reproducidas en el arte de los textiles”, contó el investigador mexicano Jaime Cuadriello Aguilar durante su conferencia en la Biblioteca del Jardín Etnobotánico.
Invitado por el Museo Textil de Oaxaca, institución que ha programado una serie de charlas que en el marco de la exposición In octacatl, in machiyōtl: dechados de virtud y entereza, el historiador de arte llegó a la ciudad para dictar la conferencia denominada La Guadalupana como modelo: diseño divino, dechado humano, en la cual, con la ayuda de diapositivas, hizo un recuento histórico de lo que ha sucedido con la imagen de la Virgen de Guadalupe y sus reproducciones.
Cuadriello dividió su charla en cuatro partes: en la primera se centró en el estatus que la Guadalupana tiene como imagen sagrada. Recalcó que Miguel Cabrera, el “hijo de Tlalixtac”, fue uno de los primeros artistas que analizó detalladamente la imagen y logró descifrar algunas de las técnicas “divinas” que poseía. El investigador dijo que fue Cabrera quien hizo una primera reproducción de la imagen, una copia casi fiel para que la divinidad de la Virgen estuviera siempre presente.
En la segunda parte, el también curador e investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México explicó que en el siglo XVIII la imagen de la Virgen aparece por primera vez en un textil, antes sólo se hacía en papel. Un ejemplo claro de esto se puede apreciar en la indumentaria y los relicarios de las monjas de ese entonces.
Cuadriello explicó que, a diferencia de las primeras reproducciones que se hicieron de la Virgen de Guadalupe, en los bordados del siglo XVIII la “imagen divina” dejó de aparecer sola y era plasmada acompañada de pasajes alusivos al Génesis y el Apocalipsis. Como ejemplo, el investigador hizo referencia a una de las prendas que hoy se exhiben en el In octacatl, in machiyōtl: dechados de virtud y entereza.
A mitad de la charla, el también asesor del Museo de la Basílica de Guadalupe desde 1989 habló de cómo la imagen dejó de reproducirse en papel para aparecer en los textiles y posteriormente convertirse en un dechado que facilitaría su reproducción íntegra.
En las tercera y cuarta partes de la charla, Cuadriello profundizó en la forma en que otros elementos religiosos se lograron adherir al diseño y cómo cambió el patrón de la imagen después de la “coronación de la Virgen de Guadalupe”. Desde tal hecho, “los bordados incluían la imagen con y sin corona. Sin embargo, en todos los dechados del siglo XX, la Virgen aparece con su corona, un detalle que reconocía a la Virgen como patrona y reina de México”, culminó.
El ciclo de charlas concluirá el próximo 31 de julio con la ponencia Fray Andrés de Olmos, el templero y el dechado, que estará a cargo de Sebastián van Doesburg, director de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova; y de Alejandro de Ávila, director del Jardín Etnobotánico de Oaxaca.
La exposición In octacatl, in machiyōtl: dechados de virtud y entereza, se puede apreciar en el Museo Textil del Oaxaca, recinto ubicado en Hidalgo 917, en el Centro Histórico.