Oaxaca de Juárez, 14 de diciembre. Olvidémonos del frío de diciembre, porque cada vez será menor esta sensación toda vez que, por irresponsabilidad gubernamental -y no hablo solo de México- los humanos estamos calentando el planeta, al grado que 2023 fue el año más caluroso del que se tenga registro y, quiero decirles que eso es terriblemente grave porque estamos perdiendo el hielo permanente (permafrost) de los casquetes polares lo que nos traerá consecuencias inimaginables.
Otis podría reproducirse en los años venideros y con una fuerza superior con la que azotó Acapulco y la costa guerrease, porque el agua del océano se está calentando de manera inusual y eso es combustible puro para la formación de huracanes de gran magnitud.
Hace algunos meses, estuve en una playa en Huatulco, que es especialmente bonita, se llama Riscalillo y tuve la oportunidad de meterme a nadar. Lo que sentí fue -valga la paradoja- escalofriante, el agua del mar tenía una temperatura muy caliente, no cálida sino caliente en la parte norte de la misma, donde la corriente de la marea es menor y pude percatarme de que no hay peces, ni prácticamente vida marina y entiendo que es por el exceso temperatura de las aguas.
No hay dios que pueda ayudarnos para detener el cambio climático, ni basta la fe para que eso cambie porque hemos llegado a un punto de inflexión en el que, si no hacemos algo pronto, todos vamos a sufrir las consecuencias de una irresponsabilidad colectiva y algunos serán más culpables que otros, pero todos lo padeceremos y lo pagaremos incluso con la vida.
No hay dios que pueda salvarnos, por eso la decisión -como todo en la vida- depende de nosotros mismos y pareciera que, quienes toman las decisiones a nivel global, ya les cayó el veinte y han acordado en Dubai en el Consejo de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, dos decisiones cruciales para detener el cambio climático y, posteriormente tratar de revertirlo: una es triplicar la energía renovable para 2030 (agenda 20-30) y la otra eliminar, en su totalidad, las emisiones de gases efecto invernadero para 2050.
Lo importante de esta decisión, es que al interior del Consejo, aprobaron 200 países, entre ellos México, el Pacto Global que pide explícitamente una transición lejos de combustibles fósiles, como el petróleo, el gas y el carbón, cuya combustión calienta de manera peligrosa a la tierra.
Este acuerdo de las naciones contra el cambio climático, llega como lo escribí lineas arriba, en el año más caluroso de la historia de planeta y no piensen que la discusión fue miel sobre hojuelas, porque las arengas para alcanzar este Pacto Global, tardaron dos semanas de fuertes debates, al final la razón pudo más que el dinero porque es sabido que los países más poderosos son los más industrializados y en nombre de la economía de mercado donde todo es dinero, las emisiones de gases con efecto invernadero, no tienen importancia.
La meta para 2030, es ambiciosa pero no imposible y ahí nuestro país y nuestro estado Oaxaca, tiene una posibilidad de desarrollo espectacular, porque en el mundo, se habrá de triplicar la producción de energías limpias como la eólica y la solar, pero también pueden hacerse experimentos de generación de energía con la fuerza de las mareas, como ya sucede en otros países.
El Pacto Global no habla de una cuantificación de las reducciones de emisiones de metano, por ejemplo, pero si establece que los países firmantes del Pacto de Dubai, las reduzcan porque justamente este gas, que se origina de las combustiones de petróleo, gas y carbón, es el que está calentando la atmósfera a niveles preocupantes, por tanto, es muy probable que la producción de vehículos completamente eléctricos, sea una constate en todo el orbe.
México como dije, votó a favor pero no faltó el negrito en el arroz cuando la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), dijo que en México “estamos reduciendo emisiones con programas como sembrando vida y la creación de nuevas áreas naturales protegidas para cumplir con los compromisos”…
Sembrando vida, es un programa que deforesta, ya lo ha dicho el Consejo de Evaluación de los Programas Sociales (CONEVAL) y, por si fuera poco, la construcción de Dos Bocas deforestó manglares que contienen huracanes y el Tren Maya le abrió un boquete con millones de toneladas de árboles asesinados para cumplir un capricho del “presidente”, así en minúsculas y entre comillas, en contraste, no he visto qué área natural se haya protegido.
La oportunidad la tenemos en la generación de energías limpias, pero el peje en vez de invertir en eso se ha gastado 20 mil millones de dólares en una refinería que no refina y un tanto parecido en la compra de una chatarra llamada Deer Park ah, y por si fuera poco, desdeña la producción de energías limpias.
Lo bueno, es que ya se va.
@leyvaguilar
Facebook: Francisco Alejandro Leyva Aguilar