Oaxaca de Juárez, 26 de abril. Me escribe un estimado amigo lector, cuyo nombre no cito porque es posible que no lo considere conveniente, que en mi artículo anterior, en el que me refiero a los altos funcionarios públicos corruptos, en especial a los ex y actuales gobernadores, que no mencioné a los oaxaqueños Ulises Ruiz Ortiz y Gabino Cue Monteagudo, por lo que lo invito a volver a leer el último párrafo, si es que aún lo conserva, en el que digo, en la parte conducente, que en “Oaxaca no se ha tocado a los ex gobernadores corruptos, sino que por el contrario se les han dado nuevos cargos, como en el caso de Ulises Ruiz Ortiz, al que en complicidad siguió Gabino Cue Monteagudo, intocable para el nuevo gobernador”. Recordaremos que a Ulises, desde que dejó el poder la dirección nacional priista le ha otorgado diferentes cargos en representación de ese partido, como el de delegado especial, que parece ocupa actualmente en uno de los estados del sur de la república. De estos dos, desde que ostentaban el cargo siempre denuncié no sólo sus actos de corrupción, sino también los de abuso de poder, deshonestidad y complicidad con los grupos gansteriles, a los que repartían dinero del erario público a manos llenas para que siguieran dañando al pueblo. Sus pandillas que formaron ambos gabinetes también fueron denunciadas en su oportunidad, y aunque en muchos medios fueron exhibidos y personas e instituciones los denunciaron, nunca fueron llamados a cuentas. Algunos huyeron por temor a que se les llamara a juicio, pero esto no ocurrió. Asimismo, he comentado en varias colaboraciones que casi todo el pueblo oaxaqueño ha manifestado su descontento por la impunidad de que goza Gabino, pero el actual gobernador, siguiendo la tradición, no ha querido que se inicié ninguna investigación en su contra.
A quienes sí me faltó mencionar, pero por mi amnesia senil, fue a Aristóteles Sandoval Díaz, gobernador de Jalisco, acusado inicialmente por el desvío de 17 mil 500 millones de pesos, y a Eruviel Ávila Villegas, gobernador del estado de México, al que sólo se le ha podido comprobar el desvío de tres mil seiscientos tres millones de pesos, pero que simplemente en el patrocinio de la campaña política del primazo Alfredo del Mazo Maza, ha invertido de las finanzas estatales varios miles de millones de pesos en la compra de votos. Se ha informado que entre los 22 gobernadores priistas del país, han desviado más de 260 mil millones de pesos de los recursos públicos, de acuerdo con las denuncias penales existentes en la Procuraduría General de la República y con las investigaciones llevadas a cabo por la Auditoría Superior de la Federación. En las denuncias penales, se mencionan las siguientes propiedades: ropa de lujo, mansiones en sus entidades, en la capital de país y en el extranjero, ranchos con lago y muchos inmuebles que aparecen a nombre de sus familiares. Rubén Moreira Valdez, gobernador de Coahuila y hermano de Humberto, está denunciado por el desvío de 32 mil millones de pesos, más 160 millones desviados a empresas fantasma. También cabe recordar que de Humberto Moreira se señaló en colaboración anterior que fue detenido en España por las denuncias presentadas aquí y en ese país, pero que fue puesto en libertad a petición de la Presidencia de la República de México, y ahora goza de total impunidad y de sus cantidades millonarias mal habidas. Así se ha mencionado a otros gobernadores y ex gobernadores, pero sin darse a conocer el monto de sus desvíos ni las cantidades de las que se han apropiado durante su mandato. En estos casos figuran también ex y actuales mandatarios panistas y perredistas, a los que se investiga aun cuando no llegue a procederse contra ellos.
Entre los casos de corrupción, también puede mencionarse la llamada guerra sucia que actualmente se lleva a cabo entre los diferentes candidatos a puestos de elección popular, y a la de presidente de México para el año próximo. Aquí han intervenido los dirigentes de los partidos políticos, sobre todo de los que en alguna forma ejercen cierta influencia en los medios y entre sus principales colaboradores, a los que instruyen para desprestigiar la carrera política de quienes se encuentran en campaña. Uno de los casos de mayor realce que se maneja en estos días, es al que se refiere el periodista Julio Hernández López, al mencionar que “la aparición a cuadro de Eva Cadena Sandoval recibiendo fajos de billetes, en una especie de nueva edición del episodio fraguado en marzo de 2004 para presentar a René Bejarano como el señor de la ligas, encaja a la perfección en la secuencia acusatoria contra Andrés Manuel López Obrador que detonó el gobernador panista de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, y que se prevé va a apuntalar el ex gobernador Javier duarte de Ochoa, predestinado a ser ave cantora de mal agüero para AMLO”. Aun cuando no se cite, es claro que este lodazal ha sido lanzado por el Presidente Nacional del PRI, Enrique Ochoa Resa, quien personalmente ha dirigido una de las guerras más sucias contra el presidente de Morena, porque de acuerdo con las encuestas nacionales, encabeza las preferencias para la próxima sucesión presidencial. La propia ex diputada Cadena, que al inicio de su carrera política fue panista, declaró que los fajos de billetes que recibía eran para entregarlos al precandidato López Obrador.
Mientras tanto, por falta de acuerdo entre los principales partidos políticos, PRI y PAN, no se ha podido designar al fiscal anticorrupción, pues según la bancada panista no hay voluntad política para la designación. Ya también se ha señalado que este funcionario no es necesario mientras no se decida a aplicar las leyes, como tampoco lo ha sido la Comisión Nacional Anticorrupción, que no ha dado ninguna muestra de su desempeño.
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