Oaxaca de Juárez, 15 de octubre. Investigadores de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), encabezados por la doctora Julia Lesher, estudian la diversidad genética de manatíes en el sureste del Golfo de México y han identificado que hay aproximadamente 500 individuos en esa región y que la diversidad genética es muy baja, lo que eleva el riesgo de que pudieran desaparecer si hubiera una enfermedad.
El manatí (Trichechus), también conocido como vaca marina, es una especie de mamíferos que viven tanto en aguas dulces como en aguas marinas. Su longitud va desde 3.5 hasta 6 metros y pesan entre 300 y 500 kilogramos. Pasan la mayor parte de su vida en aguas poco profundas, donde se alimentan de plantas ribereñas. Se ha reportado su presencia en América y en África, pero actualmente se les considera en riesgo de extinción.
En América, los manatíes han sido detectados en el Golfo de México, el Mar Caribe y la zona oeste del Océano Atlántico, desde Florida hasta Brasil. Sus poblaciones han sido muy dañadas por diferentes causas, desde destrucción de su hábitat hasta la alteración de sus cadenas de alimentación y el hecho de que unas poblaciones quedan aisladas de otras y ya no puede haber intercambio genético.
En las investigaciones de la UJAT han estudiado poblaciones del río Grijalva, Usumacinta, la población aislada de Laguna de las Ilusiones, e individuos de Veracruz y laguna de Términos en Campeche.
“Una de las conclusiones de estos estudios fue que las poblaciones del Golfo de México presentan una estructura genética fragmentada, con bajo flujo genético y se encuentran en riesgo de depresión endogámica, como consecuencia de la disminución de las poblaciones en el pasado y factores antropogénicos, especialmente la pérdida y fragmentación del hábitat”, explicó a Crónica la doctora Lesher.
Los estudios de la doctora Lesher se realizan en colaboración con el equipo del doctor León David Olivera que es el especialista en manatíes. El proyecto se llama “Estructura Genética poblacional de los manaties (Trichechus manatus manatus) del sur del Golfo de México”.
El común denominador de todas las zonas estudiadas es que existe un bajo número poblacional.
“Aunque la población del Golfo de México se considera la población más grande del país, con aproximadamente 500 individuos, sin embargo, la diversidad genética es baja, con un número menor de alelos que los reportados para las poblaciones del Caribe, lo que incrementa su riesgo de extinción, ya que, ante una eventualidad ambiental, o una enfermedad es difícil que respondan y sobrevivan”, dijo la investigadora de la UJAT.
Epigenética y diversidad. El estudio de los genes de los manatíes sirve para ir muchos más allá de conocer el número de individuos, permite conocer cuáles son parte de una misma rama familiar y qué tan amplias o estrechas son las posibilidades de intercambiar genes, según el número de individuos que existen.
“Esta investigación además de ampliar el conocimiento del estado genético de las poblaciones de manatíes, hace evidente la urgencia de establecer programas de manejo genético, destinadas a la recuperación de la conectividad entre poblaciones, para aumentar la diversidad alélica en la especie, lo que favorecerá su recuperación”, añade la doctora Julia Lesher.
La Universidad Juárez Autónoma de Tabasco ha realizado esas investigaciones en colaboración con el doctor Robert Bonde que ha estudiado manaties por 34 años, y pertenece al proyecto Sirenia de USGS Southeast Ecological Center de Gainesville, Florida.
“Nuestra estudiante de Maestría, actualmente Maestra en Ciencias ambientales Guadalupe Carrasco Gómez, realizó dos estancias de investigación en su laboratorio durante el desarrollo de este estudio”, explicó la doctora Lesher.