Bahías de Huatulco, Oaxaca 1 de junio. Además de ser muy desagradable, la contaminación auditiva o ruido ha sido ligado a problemas de salud, como un mayor riesgo de padecer insomnio, alteraciones de la conducta, estrés, reacciones psicosomáticas, trastornos psicológicos e incluso infartos.
Pero ahora, un estudio del Instituto de Salud Pública de Noruega, demuestra que también podría favorecer la obesidad en personas sensibles.
Según el estudio, que fue publicado en Environmental Research, se analizaron los resultados obtenidos en población de diversas ciudades de Noruega, entre 2000 y 2010.
Para ello, se examinó la altura, el peso y mediciones de la cintura y la cadera, en relación a los niveles estimados de ruido causado por el tránsito fuera de las casas de los participantes.
Los investigadores encontraron asociaciones estadísticamente significativas entre los niveles de ruido y tres marcadores de obesidad: índice de masa corporal (IMC), circunferencia de la cintura y la proporción entre la cintura y la cadera.
Entre las mujeres sensibles al ruido, la relación con el IMC fue más clara entre quienes habían estado expuestas a la contaminación auditiva durante varios años.
Los resultados refuerzan la idea de que el ruido puede contribuir a problemas de salud graves, más allá de la molestia que nos causa.
Otro estudio, pero realizado en Suecia, revela que el ruido del tránsito en calles o autopistas concurridas, trenes o aviones, puede ser un factor para acumular más grasa de la que es necesaria para el organismo.
Esta acumulación excesiva es almacenada en el centro de nuestro abdomen, causando más daños que si se acumulara en otras zonas del cuerpo.
Los investigadores suecos se dieron a la tarea de recabar información oficial como las horas más transitadas en autopistas, flujo del tráfico aéreo y los niveles de ruido generados en la ciudad.
Dieron seguimiento a un amplio número de pobladores durante varios años, para de esa forma llegar a una conclusión sobre los efectos que tiene el ruido en la grasa que ingerimos.
La información que arrojó la investigación, mostró que al incrementar 5 decibeles, a partir de los 45 que se consideran que no son nocivos para la salud, el abdomen llegó a incrementar 0.21 centímetros en las mujeres que participaron en el experimento.
Asimismo, los hombres incrementaron hasta 0.16 centímetros de cintura por cada 5 decibeles aumentados.
De manera que ahora, además de provocar todos los problemas que genera, el ruido también nos puede engordar.
Jorge Castañeda es colaborador especial de ADN Sureste y
Director Editorial de foroambiental.com.mx
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(Con parte de información de Environmental Research)
Imagen: Internet