Oaxaca de Juárez, 7 de febrero. El otro día fui a una antojería y resulté casi regañada por pedir una torta de milanesa con queso Oaxaca, el dueño del local me dijo de forma tajante que sólo tenía con “quesillo”.
Entonces, como no quería quedarme con la duda, investigué el significado de ambos términos.
Resulta que se refieren básicamente a lo mismo: al queso blanco que gratinamos en quesadillas. La única diferencia es que la palabra “quesillo” es más utilizada en Oaxaca, junto con “queso en hebra”. En el resto del país a este lácteo se le conoce como queso Oaxaca.
Así que en resumen ambos términos son correctos.
Un “error” que resultó delicioso
Ya que estamos hablando de este queso, uno de los preferidos de los mexicanos, toquemos el tema de su lugar de origen.
La población de Reyes Etla, ubicada en la región de los valles centrales de Oaxaca, es conocida, como “la cuna del quesillo”.
Se cree que fue ahí donde a finales del siglo XX la niña Leobarda Castellanos García olvidó cuidar la leche cuajada para la producción de queso y por la fundición de la masa con agua se produjo una mezcla chiclosa de sabor suave.
Su familia aprovechó para comercializar el nuevo producto y después se convirtió en un ingrediente principal de la comida tradicional mexicana.
Qué buen descuido, ¿no crees?
Cocina Delirante
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