Alfredo Brena
Oaxaca de Juárez, 23 de julio. ¿Qué tan importante es la Guelaguetza para Oaxaca? ¿Realmente Oaxaca vive del turismo? ¿Realmente Oaxaca es turístico?
Tenemos que empezar por preguntarnos: ¿de qué vive Oaxaca? Bueno en primer lugar vivimos del presupuesto federal, el segundo renglón son las divisas de los migrantes y el tercer lugar lo ocupan los sueldos de la burocracia, donde la derrama económica de los 80 mil maestros de la Sección 22 ocupa el mayor porcentaje. Así que Oaxaca no vive del turismo, eso es una falacia.
Se vive de la venta de artesanía, aunque actualmente las paisanas venden hasta productos chinos. Oaxaca vive del comercio, eso sí, porque de producir, nada o muy poco. Algo bueno trajeron los bloqueos magisteriales: impidieron que cuando menos por unos días, nos desintoxicáramos de la comida chatarra. Y que viviéramos de los alimentos de los mercados.
Pero otra vez el espejismo, “nuestra vocación turística”, otra vez ilusionando al pueblo con la Guelaguetza y que se espera una derrama económica importante ¡Basta de mentiras! Así que: ¿qué es eso de la Guelaguetza? ¿Cómo surge La Guelaguetza?
Todo empieza en 1932 con el descubrimiento de la tumba 7 de Monte Albán por parte del arqueólogo Alfonso Caso, (este es el más rico descubrimiento en territorio mexicano en lo que a objetos de oro se refiere). Además, gracias a las exploraciones de Caso, fue descubierto un gran número de edificaciones habitacionales, cívico-administrativas y religiosas; amén de numerosas tumbas, entre ellas las célebres tumbas 7, 104, 105, y 107. Esto fue importante, claro, pero no nos hizo turísticos.
En 1932 la ciudad de Oaxaca se encontraba devastada por los temblores ocurridos entre 1928 y 1931, la economía estaba destrozada, luego entonces, se pensó en hacer un “Encuentro Racial”; donde lo que se pretendía, era atraer a los oaxaqueños que vivían en la ciudad de México (que había huido, en busca de oportunidades), para que vinieran a gastar sus ahorros en una fiesta regional. No se pensó en el turismo, sólo se trataba de que los paisanos que vivían en la ciudad de México, vinieran a reencontrarse con su pasado y de paso que gastaran su dinero aquí, en la ciudad de Oaxaca, para dinamizar la depauperada economía oaxaqueña.
Después de varios años, el “Encuentro Racial”, se transformó en “Fiesta del Lunes del Cerro”, siendo una fiesta regional y hasta aquí, nada de turístico.
Pero llegan los 70`s, María Sabina y los hippies, y es entonces cuando nos hacemos famosos a nivel mundial, pero que quede claro; nos hicimos famosos por María Sabina y los hongos alucinantes ¡No por la Fiesta del Lunes del Cerro! Nos hicimos famosos por la portada del Times con la foto de María Sabina, por la revista Vogue con un reportaje de Fernando Benítez, y por la aparición del libro: “El hongo maravilloso: Teonanácatl Micolatría en Mesoamérica” de Robert Gordon Wasson. Dichas publicaciones lanzan a la fama a María Sabina. Esto y el movimiento hippie en búsqueda de la experiencia psicodélica, es lo que hace famoso a Oaxaca, ¡que no la Guelaguetza! Oaxaca se ve invadida por los hippies, y es ahí donde inicia el espejismo. Se construye el Auditorio Guelaguetza entre 1974-1975 y entonces se dice que Oaxaca es una ciudad turística, pero no, solamente era llamada a nivel internacional: “El Paraíso de los hippies”. Pero en fin, se dijo que la vocación de Oaxaca era turística, sí, pero desde esa época, solamente se dijo que éramos turísticos, y ya, tal vez se pensó que con eso bastaba, nunca se invirtió en infraestructura, y así, hasta la fecha, desfilaron diez Gobernadores y nadie… ¡nadie! invirtió en infraestructura turística.
El Plan Estatal de desarrollo dice” que somos turísticos, pero no, aquí en la capital del estado, sólo somos comerciantes para una burocracia federal, estatal y municipal. El turismo que tenemos no representa nada prácticamente para este estado parasito de la federación. El 97% del presupuesto que ejercemos es federal y del 3% restante, que es la recaudación estatal, muy poco proviene del turismo.
Y lo importante es que hoy, con el gobierno de Gabino, seguimos con el mismo espejismo. “Quesque” somos turísticos, a ver, ¿cuánto captamos de divisas por el turismo? Porque capta más Tlacolula o cualquier otro municipio, con sus migrantes trabajando en Estados Unidos, que el mito del turismo de Oaxaca. Hablando claro y liso: ¿cuánto representa del PIB el turismo? ¿Quiénes son los fuertes en turismo en la República Mexicana?.. El DF, Cancún, Acapulco ¿por qué el DF? Por la infraestructura, ahí están los grandes hoteles, los teatros, los parques de diversiones, los centros nocturnos, en fin, ¡la infraestructura! Lo mismo pasa con Acapulco, no basta tener una hermosa bahía, se necesita una buena infraestructura. A Cancún no le basta con tener playas bellas ¡se necesita la infraestructura!
Los gastos para la Guelaguetza, vienen etiquetados del presupuesto federal en el Ramo 23 en el rubro de provisiones salariales y económicas. Y son 40 millones de pesos.
Este próximo lunes, van a tener que acarrear invitados a la Guelaguetza (como los gobiernos anteriores), y a ver si Muratito hace infraestructura en el próximo sexenio.
Finalmente hay que decir, que cuando cambia la fiesta de ser “El Lunes del Cerro” a “Guelaguetza, se pretendió encontrarle una explicación prehispánica que nunca tuvo. Y en este tenor se nombraron Comités de Autentificación de la Guelaguetza, que lo único que hicieron fue acabar con un buen espectáculo de bailables, y convertirlo en lo que es hoy, un galimatías que ya no se sabe si es teatro, danza u ópera. Amén de que en casi todas la poblaciones del Valle de Oaxaca, el Lunes y la Octava, hay representación de la Guelaguetza.
A estas alturas habrá quien se pregunte ¿y los restaurantes? ¡Esos viven del turismo!… ¡pues no! los restaurantes viven de los políticos, o mejor dicho, del gobierno. Los restauranteros de éxito, son los que tienen entre su clientela a los políticos del momento y en eso Sr Gobernador Gabino Cué, tampoco su gobierno ha sido distinto de los sexenios anteriores. En situación muy parecida están los hoteleros, ya que si revisamos su facturación, la mayor parte de ésta facturación es pagada por el gobierno, para hospedar a sus invitados.
Los gastos para la Guelaguetza, vienen etiquetados del presupuesto federal en el Ramo 23 en el rubro de provisiones salariales y económicas. Y son 40 millones de pesos.
Estamos a 131 días de que tome posesión Alejandro Murat como Gobernador en Oaxaca.
¡Suerte! y hasta el próximo De Análisis Político.
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