Oaxaca de Juárez, Oaxaca. 23 de abril. Los candidatos seleccionados por los diez partidos políticos para contender por una diputación federal, en su mayoría, parece que fueron escogidos para promover el abstencionismo o el voto nulo, porque aparte de que son desconocidos, o muy conocidos por sus pésimos antecedentes, desconocen a lo que van, no tienen propuestas congruentes sino ofrecimientos ajenos al quehacer legislativo. Después de casi un mes de iniciadas las campañas, no han despertado el mínimo interés de la ciudadanía, más bien han acentuado la apatía y el desprecio por el proceso electoral, porque lo único que ha salido a relucir es su ambición por iniciar o continuar una carrera política para beneficio personal, para vivir del presupuesto. No se advierte, hasta el momento, el deseo de ser útil a la sociedad, o al menos de sacar adelante el enorme rezago que deja la legislación en funciones, que a lo único que se ha concretado es a aprobar las iniciativas que les envía el Ejecutivo, la mayoría en perjuicio de la nación, como las llamadas reformas estructurales, cuyos efectos negativos ya se han comenzado a sentir, y que en un futuro no muy lejano empeorarán, porque van contra la soberanía nacional y en perjuicio de la economía de los mexicanos.
¿Qué pueden ofrecer los que por su voracidad han dejado un puesto para saltar a otro? Más de lo mismo. Lo peor es que los líderes partidistas han propiciado esa situación, como si no fuera tan numerosa la ambiciosa familia política. En Oaxaca se da el caso de que diputados locales, que no tuvieron el valor ni la capacidad suficiente para aprobar por lo menos la urgente ley estatal de educación, solicitaron y obtuvieron licencia del cargo para buscar la diputación federal, en la que de seguro actuarán en la misma forma si se les presenta la oportunidad de saltar al Senado. De igual manera el ex secretario de Cultura, después de su oscuro paso por esa dependencia, la deja con infinidad de asuntos pendientes para buscar y lograr la postulación como candidato a diputado federal. En este caso la responsabilidad también es del gobernador, quien ha demostrado que la cultura en Oaxaca no le interesa y que sigue, ya próximo a terminar su mandato, pagando las facturas de los que supuestamente lo llevaron al poder, porque nunca le ha importado el voto de los ciudadanos que lo eligieron.
Otro elemento nocivo en campaña es Azael Santiago Chepi, ex dirigente de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, organización que desde hace 35 años ha causado muchos males a Oaxaca y es autora del rezago educativo en el estado, que nos ha colocado en uno de los últimos lugares en aprovechamiento escolar. De triunfar o imponerse esos elementos como diputados federales, nuestra representación en el Congreso de la Unión será ilegítima o al menos nula, porque nada positivo se puede esperar de los que tienen un mal de origen, y que además no cuentan con la simpatía de los electores por sus negativos antecedentes. Son las consecuencias naturales de no haberse tomado en cuenta la opinión de la ciudadanía para la postulación de los candidatos, y que como de costumbre, hayan prevalecido los compadrazgos, las recomendaciones y el influyentismo. Se suma a todo esto la amenaza de la CNTE de boicotear las elecciones, lo que parece terminará en simple amenaza o en una forma de presión para que se dé el triunfo a su ex dirigente Chepi, gane o no la elección, así como a otros miembros del perredismo, que son de la simpatía del gobernador. El retiro que hicieron de la propaganda electoral es otra forma de chantaje, que es posible también les dé buenos resultados.
Los que huyeron del Congreso local para buscar la diputación federal, ya está demostrado que, como sus compañeros, sólo se dedicaron a aprobar las iniciativas del gobernador. A los que se quedaron corresponde ahora aprobar el nuevo préstamo de 2,400 millones de pesos, con los que se incrementará considerablemente el explosivo crecimiento de la deuda pública de Oaxaca, que es la más alta de toda su historia, y que en la actualidad sobrepasa los diez mil millones de pesos. ¿Cuántos nuevos millonarios saldrán del equipo de gobierno en funciones? Nunca se sabrá porque ya hemos visto que entre funcionarios se cubren, sean del partido que sean, como ocurrió con el propio Gabino, que no cumplió su promesa de campaña de combatir la corrupción y la impunidad. Se iniciaron algunas investigaciones sólo como engaño de que sí se procedería contra los saqueadores de la anterior administración gubernamental, pero no se llegó a ningún resultado porque se trató nada más de actos demagógicos de gobierno. Lo mismo ocurrirá con los saqueadores de ahora, porque la tapadera política es ley.
Volviendo a las campañas políticas, y sólo como demostración de que la misma situación prevalece en toda la República, en el Distrito Federal se iniciaron esta semana, con los mismos pronósticos que en otras entidades. Encuestadores y politólogos dijeron que la agudización de la crisis de credibilidad de los partidos políticos traerá como consecuencia un alto porcentaje de votos nulos y se mantendrá el abstencionismo en la elección de este año en el DF, en cuyos resultados se prevé que el PRD pierda la hegemonía ante la competencia del partido Morena. Lo lógico es que el perredismo pierda en la capital del país, porque se ha quedado en el chuchismo y la novedad es Morena, sin que esto quiera decir que se trata de un gran partido popular, como lo hemos visto con sus candidatos, cartuchos quemados como los otros, o de plano delincuentes como Azael Santiago Chepi. Para hacerle contrapeso en Oaxaca, ya llegó su igual Fidel Herrera Beltrán para nulificar el priísmo en la entidad.
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