Oaxaca de Juárez, 16 de junio. La electroquímica en México ha avanzado a pasos gigantescos en los últimos 35 años y ha generado nuevos materiales capaces de ayudar al diagnóstico y tratamiento de enfermedades; así como a la limpieza de suelos y agua contaminados, y al freno de procesos de corrosión de metales que afectan a la industria. Así lo explicó a Crónica el doctor Manuel Palomar Pardavé, ganador del Premio Nacional de Electroquímica 2019, autor de patentes de aplicación en el sector minero y profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Azcapotzalco (UAM-A).
El investigador, que trabaja actualmente en el desarrollo de nuevos polímeros capaces de transmitir electricidad, fue galardonado el pasado 6 de junio, en el XXXIV Congreso de la Sociedad Mexicana de Electroquímica, en la ciudad de Querétaro.
Unos días después de recibir el reconocimiento, recuerda y recorre fragmentos de su vida. Evoca su infancia y primeros estudios en Lindavista y Vallejo, en la zona norte de la Ciudad de México; recuerda su juventud en la colonia Narvarte y su naciente vocación por la química en la Preparatoria 8 con una profesora mexicana, de origen japonés, llamada Haruku. También recuerda su matrimonio al concluir la licenciatura en Química y actualiza su orgullo de ser padre de un joven ingeniero químico y mentor de varias generaciones de electroquímicos mexicanos.
El científico recuerda sus primeros años de trabajo en la industria del acero y las autopartes, pero también reflexiona que en su interior había mucha inquietud, pues sentía que sólo usaba un pequeño porcentaje del conocimiento químico que había adquirido en sus estudios y para poder desarrollar todo su potencial intelectual prefirió convertirse en investigador universitario.
Manuel Eduardo Palomar habla en voz alta sobre el premio recién recibido y dice que éste le alienta y le obliga a seguir trabajando, “lo mismo en los tiempos de vacas flacas que en tiempos de vacas gordas”.
ELECTROQUÍMICA Y DISOLVENTES. ¿En qué consiste el trabajo del doctor Palomar Pardavé? Dicho de una manera muy simple: él usa la electricidad para lograr que moléculas diferentes se unan y nazcan nuevos materiales útiles. Es decir, usa la electroquímica para crear nuevas síntesis de materiales.
En el Laboratorio Interdisciplinario de Electroquímica e Ingeniería de los Materiales de la UAM-Azcapotzalco, él y su equipo han desarrollado polímeros conductores, que poseen “todas las características mecánicas de los plásticos, pero conducen electricidad”.
También dedican mucho esfuerzo a la síntesis de nanopartículas a través de la electroquímica, es decir, partículas millones de veces más pequeñas que un milímetro, utilizadas para tratar tumores cancerosos.
Para lograr fabricar esas nanopartículas usan disolventes. El principal disolvente en química es el agua, pero para otros trabajos se necesitan disolventes que pueden ser agresivos con el medio ambiente, como el cianuro, que se usa para separar la plata que se extrae junto con otros minerales en las minas.
Entonces, el doctor Palomares y su equipo han buscado otro tipo de disolventes que sean eficientes, pero también cuidadosos con el medio ambiente y son los llamados “disolventes eutécticos profundos”, que consisten en dos sustancias en estado sólido, pero que combinadas hacen un líquido, que funciona como disolvente y que tiene la ventaja de que estas composiciones son baratas y no tóxicas.
“En muchos procesos industriales se usa como disolvente el agua, con otros aditivos, por ejemplo la lixiviación de plata con cianuro, pero ahora estamos desarrollando estos otros disolventes eutécticos que presentan resultados realmente muy interesantes, por ejemplo se puede unir el cloruro de colina, que no es tóxico pues se usa en alimentación de aves de granja, y se combina con urea, que es un producto orgánico que se encuentra en el cuerpo humano y se usa como fertilizante. Por separado ambos materiales son sólidos y ocurre algo muy interesante porque para volverse líquidos, el cloruro de colina necesita una temperatura de 300 grados Celsius y la urea necesita una temperatura de 112 grados Celsius, pero si se les une en una proporción y una temperatura adecuada, se vuelven líquidos a los 12 grados y tienen propiedades de mucho valor para la industria, además de que ser amigables con el medio ambiente”, indicó el académico de la UAM.
DISCIPLINA TRANSVERSAL. El profesor Manuel Palomar dice que desde muy joven vio que la electroquímica era un área de mucha oportunidad en México, pues es una disciplina que puede ayudar a muchísimas otras ciencias y aplicarse en una gran cantidad de procesos, como el cuidado del medio ambiente, la medicina, y muchas ramas de la industria.
“Nuestro reactivo es el electrón que es amigable con el medioambiente”, dice Palomar Pardavé, quien desarrolla un proyecto del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, cuyo tema principal es la aplicación de eutécticos profundos para la síntesis de nanopartículas a partir de la electroquímica. Él es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel III, y autor de 142 artículos publicados en revistas internacionales indizadas con arbitraje y 66 artículos publicados en revistas internacionales con estricto arbitraje; ha ganado en tres ocasiones —2002, 2007 y 2009— el Premio a la Investigación de la UAM en la División de Ciencias Básicas e Ingeniería.
“Yo he realizado toda mi carrera dentro de este país y siento que la ciencia en México ha madurado a tal nivel que en muchas ramas del conocimiento ya no es indispensable salir al extranjero para formarse. Los estudios en el extranjero son muy buenos y hay que tomarlos cuando existe la oportunidad, para contrastar y perfeccionarse, pero hay que reconocer que ya tenemos capacidad para educar a nuestros jóvenes en un alto nivel, explicó a Crónica el ganador del Premio Nacional de Electroquímica 2019.