Oaxaca de Juárez, 30 de marzo. En los últimos cinco años, científicos de la Universidad de Chapingo (UACH) y del Colegio de Posgraduados (ColPos) han identificado al menos 39 plagas de alto riesgo que deben ser vigiladas y detenidas en importaciones de granos de soya (Glicina max) y de quinoa (Chenopodim quinoa). La demanda de estos dos alimentos ha crecido en los últimos diez años, en la República mexicana.
Aunque hasta ahora no se ha registrado un brote grave de ninguna de las plagas identificadas, la información generada por las instituciones sirve como apoyo para las estrategias contra la dispersión de plagas, que adopta el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Alimentaria (Senasica).
Desde 2012 se realizaron estudios con apoyo de países sudamericanos como Perú y Uruguay, que exportan quinoa y soya, respectivamente. Estos estudios buscan varios objetivos: 1) distinguir cuáles son las plagas que se han encontrado en los países de origen; 2) cuáles son las plagas que también se han identificado en México, y 3) cuáles son las plagas para las cuales no existen Normas Oficiales Mexicanas que ayuden a su control.
México tiene que resolver retos de mercado y de control fitosanitario cuando importa productos vegetales de otros países. Una de las medidas con las que se inicia la protección fitosanitaria es la Etapa I de un Análisis de Riesgo de Plagas (ARP), de cualquier cultivo, y es determinante para la Evaluación del Riesgo y Manejo del Riesgo de Plagas.
El análisis de riesgo de plagas (ARP) no implica que se deban bloquear las importaciones de productos de los países donde se detecta riesgo. El ARP evalúa la evidencia científica disponible para determinar si un organismo es una plaga. En caso de que lo sea, el análisis evalúa la probabilidad de introducción y dispersión de la plaga en cuestión y la magnitud de las posibles repercusiones económicas en un área definida, utilizando datos biológicos u otros datos científicos y económicos.
Si el riesgo se considera inaceptable, el análisis podrá continuar proponiendo opciones en materia de manejo que puedan reducir el riesgo a un nivel aceptable. Posteriormente, dichas opciones de manejo del riesgo podrán ser utilizadas para establecer la reglamentación fitosanitaria
EVALUACIÓN DE RIESGOS. Un estudio amplio sobe las plagas de riesgo asociadas a la quinoa fue realizado por Amalia Pérez Valdez y Daniela Alejandra Bocanegra Flores, especialistas en Parasitología Agrícola de la Universidad de Chapionto, junto con Socorro Anaya Rosales y Talina Olivia Martínez Martínez, del Instituto de Fitosanidad del Colegio de Posgraduados.
Este equipo concluyó que “para el grano de quinoa de Perú, se detectaron 21 especies de plagas de alto riesgo para México. El riesgo de establecimiento de estos problemas fitosanitarios se fundamenta en el cultivo de hospederos u hospedantes de estas plagas en nuestro país. Los hongos constituyen la plaga de mayor riesgo por su capacidad de sobrevivir y ser transportados en semillas y granos. Los virus son el segundo grupo de riesgo considerando la sensibilidad de quinoa a la infección”, indicó su reporte.
Estas conclusiones sirven para recomendar ciertas medidas de cuarentena en algunos granos que puedan ser sospechosos de transportar plagas.
Las mismas investigadoras mexicanas realizaron un estudio de Análisis de Riesgo de Plagas (ARP) del grano de soya de Uruguay. En ese caso detectaron 18 problemas fitosanitarios que pueden ser de importancia cuarentenaria para México.
“Ambos patógenos hongos y bacterias pueden ser diseminados en granos y semillas a grandes distancias al igual que las malezas. En el caso de los insectos, estos causan daño durante la alimentación de vainas y semillas de soya, contaminan el grano con sus exuvias y excrementos, reduciendo la calidad del grano y en ocasiones son vectores de patógenos. Las malezas Amaranthus albus y Solanum sisymbriifolium ambas se mencionan como contaminantes de granos y semillas. Esto hace que la detección de patógenos se realice con procedimientos más complejos como la biología molecular y las técnicas de detección, éstas deben ser rápidas, precisas y oportunas”, informan sus conclusiones.