Huaxyacalli
Renacimiento de hoy
Gerardo F. Castellanos Bolaños
Oaxaca de Juárez, 19 de diciembre. La vida siempre es la esperanza de un futuro mejor, un rayo de luz que debe iluminar como un sol, una oportunidad para ser mejores en lo que hacemos.
Sepamos de una vez por todas quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Gnothi Seauton decían los griegos y romanos: nosce te ipsum; conócete a ti mismo. Conócete a ti mismo y mejórate. Rescátate a ti mismo como hacían los esclavos en la antigua Roma, se redimían pagando su propia libertad para ser libertos, libres de cadenas y transitar por la vida orgullosamente libres y con la frente en alto.
Debemos definir de manera clara, breve y sencilla qué es lo que queremos de la vida y ha partir de este momento sabremos que camino debemos seguir. Séneca decía a los navegantes que ningún viento es favorable para el que no sabe adónde va.
Son los detalles pequeños los que llenan nuestras vidas y para trascender es necesario que sucedan hechos extraordinarios, que estemos allí en ese momento, que coincida nuestra preparación académica y madurez como personas para aprovechar la circunstancia inesperada que cambie nuestras vidas para siempre.
Juárez, el hombre, encontró su momento de transición en Guelatao; huérfano, pobre, analfabeto, aparentemente sin esperanza, presiente que más allá de la laguna, de la choza, del río, de sus cerros debe haber otro pueblo, otra nación, otro mundo que ver, conocer, defender, transformar y consolidar.
En esta alma serrana el presentimiento se convierte en pensamiento y el pensamiento en acción. Con la bendición de sus abuelos viaja a Oaxaca acompañando a unos mineros y a partir de este momento sus limitaciones son su oportunidad.
Viviendo en Oaxaca, seguramente en una caballeriza, un corredor o tal vez en una choza iluminada con un hachón de ocote, un mechero de petróleo o una vela, y fuera de sus horas de trabajo, no duerme, se prepara, se transforma, crece para conducir a la República y pasar a la historia.
Este es un ejemplo claro de lo que se logra con la fuerza de voluntad, consciente del momento que estamos viviendo y de la misión que debemos cumplir. Por nuestro bien y el de la familia debemos saber qué queremos, cuál es nuestro objetivo y encaminar todas nuestras acciones hacia su logro.
Juárez conocía perfectamente el momento que estaba viviendo, sabía que la patria estaba en peligro y que el precio para salvarla era ofrecer su vida y la de su familia.
La vida es la suma de muchas oportunidades y el éxito o el fracaso depende del uso que le demos a cada una; es esencial que percibamos el momento en que se presenta cada oportunidad y con esto quiero decir que se nos presenta muchas oportunidades, pero lo básico es que aprendamos a aprovecharlas; que hagamos algo con nuestra vida, que cambiemos permanentemente para mejorarla.
Una vez encontrado el camino nos obligamos voluntariamente a compartir con los demás la parte de verdad que vayamos alcanzando; a contribuir en la medida de nuestros conocimientos al bienestar de los demás; no tiene caso pasar por este mundo sin dar sabor a nuestra vida y a la de los demás.
Vivir sin pensar, y peor aún, sin actuar, sin provocar resultados, sin aportar nada de nada a nadie, ni siquiera a nosotros mismos; vivir así es un desperdicio.
Para alcanzar el éxito en el renacimiento de cada día se requiere de la esencia, de lo mejor de cada uno de nosotros. Reinventémonos a cada instante. Seamos mejores.
Seamos un ejemplo de fuerza de voluntad, de sencillez y de humildad, como Juárez, para ir más allá de la laguna, más allá de la ignorancia, más allá de la muerte.
Como seres humanos seamos extraordinarios; nuestra vida es una suma de valores. Alimentamos nuestro cuerpo cuando menos tres veces al día pero al espíritu lo debemos alimentar en todo momento. Debemos creer en nosotros mismos.
La calidad profesional no solo se debe tener, se debe demostrar; el principal enemigo del hombre es él mismo; aprendamos a ser leales con nosotros mismos, con nuestra familia y con nuestro trabajo; el ejercicio profesional implica el compromiso de ser íntegro, capaz, propositivo.
Es imprescindible elaborar estrategias claras, diferentes, únicas y ponerlas en práctica. Para estar en condiciones de sobrevivir y mantenernos en el negocio debemos ofrecer algo diferente a lo que ofrece la competencia a un grupo diferente de clientes.
Debemos ser diferentes en lo que hacemos; pensar y actuar de manera estratégica. Conservar nuestra ventaja competitiva, construir sobre valores sólidos aprendidos en la familia, fortalecidos en las aulas y transmitidos en el ejercicio profesional.