Oaxaca de Juárez, 21 de febrero. El año 2018 tendrá entre 9 y 40 por ciento menos lluvias que el promedio histórico nacional en México, a pesar de que en los meses de enero y febrero ya se registraron lluvias atípicas. Así lo prevén datos del Servicio Meteorológico Nacional y de la Administración del Océano y la Atmósfera de Estados Unidos (NOAA), que afirman que este año se combinarán dos fenómenos climáticos cíclicos La Niña y El Niño”.
El doctor Alberto Salas, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, de la UNAM, explicó a la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) que al iniciar el año La Niña produjo un enfriamiento de la superficie del Océano Pacífico que provocó lluvias fuertes en el sur de México, pero esto experimentará una transición, en marzo, cuando inicie el fenómeno de El Niño, con un calentamiento de la superficie del mismo Océano Pacífico, lo que altera los patrones de circulación de corrientes y formación de nubes.
El Centro de Predicción Climática de la Administración del Océano y la Atmósfera de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) informó que durante enero de 2018 en el territorio mexicano se sintieron los efectos de La Niña, pero se espera una transición de este fenómeno al de El Niño en la temporada de marzo a mayo.
Este estado de transición La Niña–El Niño dificulta las predicciones de lluvias a nivel global para México, pero las condiciones prevalecientes de La Niña en estos dos primeros meses de 2018 hacen que se tengan precipitaciones en algunos lugares del norte del país, así como en regiones de Chiapas.
Estas condiciones, sin embargo, irán cambiando paulatinamente hasta presentarse una sequía típica entre fines de marzo y julio, para llegar a una condición de lluvias normales a partir de fines de agosto, informó David Alberto Salas de León, investigador del Instituto de Ciencias del Mar.
El también integrante de la Academia Mexicana de Ciencias dijo que, en cuanto a la temporada de huracanes, el Centro de Predicción de Huracanes de Londres pronostica 15 ciclones para el Atlántico, lo cual podría contribuir al ingreso de humedad al país desde el Golfo de México y el Caribe. Para el Pacífico, el número de huracanes no será muy diferente a los de un año El Niño
—neutral, ya que inicialmente estará un poco más frío de lo normal.
LA NIÑA Y EL NIÑO. La Niña es parte de un evento o fenómeno climático que consiste en la disminución de la temperatura de la capa superficial del océano Pacífico (la capa superficial del océano va de la superficie hasta 200 metros de profundidad aproximadamente). Este patrón se produce o es resultado de un incremento en la intensidad de un sistema de vientos que circulan en el planeta conocidos como vientos alisios que van de este a oeste en el Pacífico, lo que resulta en una disminución de la temperatura en la zona intertropical de este océano, el más grande del mundo.
Algunos autores consideran que La Niña es la fase fría de una oscilación térmica del Pacífico, la fase cálida es El Niño, la cual se manifiesta como un aumento de la temperatura de la capa superficial del océano Pacífico.
La energía necesaria para transformar un gramo de agua del estado líquido al gaseoso recibe el nombre de calor latente de evaporación. El calor latente de evaporación depende en forma considerable de la temperatura bajo la cual se produce la transformación. El calor latente disminuye al aumentar la temperatura; es decir, a mayor temperatura se forma más fácilmente vapor y, por lo tanto, nubes. Al estar el océano más frío, como en el caso de La Niña, se requiere de mayor energía para que el agua se evapore y forme nubes, de esta manera es que durante eventos de este fenómeno se produce menos vapor, menos nubes y menos lluvias del lado este del Pacífico, explicó el doctor en oceanología.
El ecuador termal de la Tierra es una banda que recibe la mayor cantidad de radiación del Sol y, debido al movimiento del planeta, este oscila del trópico de Cáncer al trópico de Capricornio, área conocida como zona de convergencia intertropical. Durante La Niña en la zona de convergencia intertropical se intensifican los vientos hacia el oeste y se enfría el océano ocasionando que disminuya la formación de vapor y las lluvias.
El trópico de Cáncer es un círculo imaginario trazado alrededor del globo terrestre, paralelo a la línea del Ecuador, y es justamente la parte norte de la zona de convergencia intertropical que atraviesa nuestro país lo que hace que el territorio tenga un régimen de lluvias en el norte diferente al del sur. En el norte se tiene un patrón de lluvias de invierno, mientras que en el sur es de verano-otoño. En México, por su posición, no se presenta una marcada estacionalidad, se indica, más bien, una temporada de secas, la cual va de noviembre a mayo, y una de lluvias, de junio a octubre.
Durante La Niña las condiciones de lluvia se parecen a la época de sequías. Las aguas cálidas se concentran en el Pacífico ecuatorial oeste, cerca de Oceanía, donde producen alta evaporación y fuertes lluvias; mientras que en el este (del lado de América), el agua es fría, con poca formación de nubes y bajas precipitaciones. En México, La Niña ocasiona mayor cantidad de lluvias en la parte centro y sur, mientras que en el norte del país se produce una oscilación entre lluvias y sequías.
Así, en lo que resta de febrero se prevé una lluvia acumulada de 11.6 milímetros (mm) a nivel nacional, cifra menor al promedio mensual, que es de 17.4 mm, de acuerdo con la climatología 1981-2010, informó el SMN, dependiente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).