El Zumbido del Moscardón
Alejandro Leyva Aguilar
Oaxaca de Juárez, 26 de septiembre. ¿Qué dicen los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) respecto del “matrimonio” entre personas del mismo sexo?, fácil que la Constitución dice que todos los mexicanos somos iguales y tenemos los mismos derechos y libertades, esa fue su reflexión y por tanto, dos hombres o dos mujeres, o mejor dicho dos personas del mismo sexo puede contraer “matrimonio”.
¿Y por qué no contraen patrimonio, si al caso es lo mismo?, es decir, la etimología de esas dos palabras nos habla de una “calidad”, calidad de madre o calidad de padre que en el caso de la unión homosexual, no puede darse, aunque la Constitución diga que todos mexicanos somos libres y podamos decidir el sentido de nuestro sexo.
Ayer hubo una marcha masiva en la ciudad de México de una organización que defiende a la familia y es aderezada esa marcha cristiana, con una manifestación de un grupo pequeño de personas con preferencias sexuales diversas, en contraposición.
Antes de eso, Denisse Maerker presentó en su programa –no me acuerdo cómo se llama el de TV- testimonios de niños que hablaron de “las familias de dos mamás o de dos papás”, como justificando la resolución de la SCJN sobre el “matrimonio” homosexual.
Me parece que la marcha y las manifestaciones de la Iglesia y los grupos cristianos por defender al matrimonio como institución de la familia, es una lucha perdida. La SCJN ya determinó que es factible por la libertad de cada mexicano de contraer “matrimonio” con quien quiera.
La lucha ahora la deben dar en defensa de la familia… perdieron el tema del matrimonio quizá porque no supieron argumentar la trascendencia de la etimología de la palabra y ahora, con el matrimonio como contrato de unión homosexual válido, le dejan la puerta abierta a la adopción de menores por parte de los “matrimonios” homosexuales.
Entiendo que el 90 por ciento de este país profesa la religión católica y el resto, otra religión, también comprendo que muchos bautizados en México, son homosexuales y por tanto, aunque fueron educados con los preceptos religiosos, apoyan al “matrimonio” homosexual por convicción, por imitación o por moda.
La batalla para los “puros” entonces, está perdida; pero queda una institución que sí es necesario defender y entiendo que ahí, muchos mexicanos bautizados –me refiero a que profesan una religión- aunque sean homosexuales o lesbianas, si tienen un freno moral o de pudor que es la adopción de infantes por parte de esas parejas.
“La otra familia”, una película mexicana estrenada a finales de 2010 o principios de 2011 no recuerdo, trata el tema de la adopción de infantes por parejas homosexuales, pero pinta el escenario muy bueno para un niño que vive con dos hombres que tienen una educación profesional, un trabajo seguro, una situación económica envidiable y ciertos valores, el tema es ¿cuántos matrimonios homosexuales pueden tener esas condiciones?, y en caso de que no las tengan ¿qué le depara a un niño en un matrimonio homosexual donde pueden –no quiere decir que así sea- imperar los celos y la violencia?
Homosexuales como los de la “otra familia” no son comunes en México, más bien los hay que son extravagantes, descarados y que exhiben su homosexualismo más que con orgullo, como una burla a la sociedad, como en el caso de Juchitán Oaxaca donde incluso hay una fiesta llamada “Vela de las Intrépidas Buscadoras del Peligro”…
Ahí en esa región de Oaxaca, azolada por el crimen organizado, es común ver a un homosexual –que no a una lesbiana- golpeado por su pareja, incluso asesinatos de gays por celos, son frecuentes en esa zona, porque ahí, el homosexualismo es incluso procurado por la familia, porque suponen que un homosexual, mantendrá a los padres en su vejez. Una lesbiana no, y por eso el gay es aceptado, la lesbiana no.
¿Cómo saber el tamaño de la confusión sexual que un niño puede adquirir en una “familia” gay?. Un niño en esas condiciones pensará que es “natural” que dos hombres tengan relaciones sexuales anales, o que dos mujeres satisfagan sus deseos con prótesis fálicas.
Me parece que ahí la SCJN debe hacer un alto, porque ya dio el primer paso en aprobar el “matrimonio” homosexual, pero debe reflexionar en el tema de la adopción… terminar con los valores es algo muy peligroso en una sociedad. Ejemplos bíblicos los hay: Sodoma y Gomorra; ejemplos actuales, también: Sry Lanka en Indonesia, donde tsunami, acabó con el paraíso de los pederastas.