Oaxaca de Juárez, 9 de marzo. Como cada año el 8 de marzo está reservado a felicitar a las mujeres, lo que se ha tornado en un sinsentido para algunos, el día internacional está destinado para conmemorar una lucha inconclusa de muchas mujeres alrededor del mundo. Misma que hoy en día se ha desestimado y tergiversado por miles de posturas que fomentan el odio entre hombres y mujeres.
El feminismo, como muchos lo suponen, no es el odio hacia hombres, resulta de muchos movimientos civiles que organizaron muchas mujeres en aras de reivindicar sus derechos como miembros de una sociedad cada vez más cambiante. Por otro lado, las múltiples posturas que resultan de este movimiento han sido motivo de estudio debido a su relevancia en el escenario internacional.
Por lo anterior, se podría decir que las distintas coyunturas que ha se han presentado a lo largo de los años han gestado nuevas oportunidades para demostrar el poder que enmarca el movimiento feminista. Sin embargo, es un error pensar que sólo en occidente las mujeres han sido capaces de luchar por sus derechos.
Muchas son las posturas que enmarcan al movimiento feminista. Sin embargo, es bueno reflexionar que el feminismo no está peleado ni con la religión, ni con el ambientalismo, ni con la política y menos con la maternidad. El feminismo musulmán, por poner un ejemplo, apela a un respeto a sus derechos sin comprometer su fe, mientras que las amazonas en África han logrado mitigar la amenaza ecológica que aqueja a los bosques en muchas regiones del continente.
En fin, historia de éxito hay muchas y aunque hay mucho por hacer no es justo pasar este día sólo recordando cifras de mujeres abusadas y sobajadas. Alrededor del mundo hay muchos ejemplos que nos hablan sobre el valor que tenemos las mujeres y lo mucho que podemos lograr. Al tiempo que es importante reconocer el largo camino que continuamos la mujeres y la mamás de la otra mitad de la población mundial que son los hombres.
Por tanto, no reconocemos a la mujer por ser mujer, reconocemos su esfuerzo diario y la intensa lucha que generaciones enteras han logrado que hoy en día cada vez sea más corta la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres. Así pues, el 8 de marzo no sólo conmemoramos a las mujeres sino recordamos lo mucho que hay por hacer en materia de acceso a la educación, matrimonios forzados, esclavitud, prostitución y matrimonios con niñas.