Oaxaca de Juárez, 3 de agosto. Demian Bichir Nájera nació el 1 de agosto de 1963 y creció en el seno de una familia amante de las artes escénicas, gracias a su padre, el director de teatro y actor Alejandro Bichir y la actriz Maricruz Nájera. Además de él, sus dos hermanos Odiseo y Bruno han incursionado en la actuación, por lo que toda su familia es reconocida por su calidad artística.
A pesar de que Demian se ha caracterizado por ser líder actuando en películas nacionales y ahora también internacionales, nunca olvidará que sus raíces actorales están arriba de un escenario y detrás de ese gran telón que, al abrir, inicia la magia de una historia en la que no hay cortes, simplemente se vive la experiencia.
Su sueño en un principio fue ser parte del equipo de futbol las Chivas del Guadalajara, sin embargo, su destino estaba ya girado, y dar vida a un personaje sería aquello que lo reconocería hasta la actualidad, aunque como él también lo reconoce, su talento por el deporte no era el mejor.
Cuando era sólo un niño, Demian cuenta que visitaba el teatro casi todos los días para observar las obras de sus padres, y junto a sus hermanos, Bruno y Odiseo, veían que el trabajo de un actor no era nada fácil, pero que la emoción que se vivía arriba del entarimado era única y especial.
A sus 14 años realizó la puesta en escena Acapulco Madame, con la cual recorrió distintos teatros de la República Mexicana, uno de ellos el Teatro Juárez en la capital de Guanajuato, y gracias a su belleza quedó sorprendido. El intérprete regresó la semana pasada al lugar donde se le realizó un homenaje gracias a su trayectoria cinematográfica, sin embargo, a pesar de que el enfoque se dirigía para platicar sobre el séptimo arte, Demian no dejó de hablar de la importancia del teatro, su gran pasión.
“Yo me formé primero en el teatro y después llegó el cine, pero todas mis películas se las debo a mi trabajo arriba de un escenario y a la Compañía Nacional del Teatro que me enseñó todo”, aseguró Bichir la semana pasada ante un grupo de jóvenes, a quienes motivó para no dejar caer las obras mexicanas, y valorar el trabajo de cada una de las producciones teatrales que se presenten.
“Siempre ha sido difícil dedicarse al teatro, a las artes en general, música o danza”, aseguró Bichir sobre su experiencia en el teatro y la de todos sus amigos actores, quienes se involucran en las artes escénicas, como el caso de Cecilia Suárez.
Además de ser una carrera muy complicada, Demian destacó que para los padres de cualquier joven que decida dedicarse a esto, llega a ser una noticia fuerte, al considerarlo como estar presentes en la larga lista de pobres en México.
Los cuatro Bichir, acompañados por el actor Reynaldo Rossano, retomaron el año pasado la dinámica teatral familiar que vivieron hace diez años en la obra El pequeño Malcom y su lucha contra los eunucos, e integraron una misma compañía para la obra del escritor polaco Slawomir Mrozek, El último preso o la policía, que hace una crítica feroz y sarcástica al sistema represor y de justicia de un “hipotético país”.
La obra, que duró tan solo seis semana, “es una puesta en escena con la que nacimos viendo desde principios de los 80, y lo mejor es que tiene una vigencia increíble, sin embargo, es una gran comedia y a través de este gran sentido del humor las personas se identifican con un país ficticio de la historia, pero fácil de hacer relación con la actualidad”, expresó Demian durante una entrevista con Crónica.
“Poder trabajar con tu propia sangre es algo muy significativo y emotivo”, relató el año pasado el actor sobre la emoción de regresar a los escenarios con quien fue su gran impulsor, su padre Alejandro Bichir.
Un actor que ha demostrado además de su capacidad en el escenario y frente a las cámaras, su lado más humano, al estar siempre presente ante las desigualdades y los hechos de discriminación, fue por eso que su homenaje en el Giff (Festival Internacional de Cine de Guanajuato) se lo dedicó a las víctimas de la corrupción y la violencia y dio su máximo apoyo los padres de los 43 desaparecidos.
Los datos
Inició en el teatro a los 14 años con la obra Acapulco Madame
Le debe su amor al teatro gracias a su padre y madre, reconocidos actores.
Demian considera que no encuentra otra forma de vivir si no es actuando.
La Crónica de Hoy