Oaxaca de Juárez, 9 de septiembre. !Qué fresco el joven Alejandro Murat! Resulta que ahora defiende lo indefendible y le apuesta a la 4T. Fue parte de la maquinaria priista, gobernador sin merecerlo del estado de Oaxaca, notario, funcionario y multimillonario. Saqueó a una de las entidades más atrasadas, y se llevó todos los recursos. Junto con los juniors y paleros, hoy neomorenistas le vieron la cara a los oaxaqueños y ayer con una desfachatez se puso del lado de la 4T y como vocero de AMLO se comportó durante la votación en el Senado.
Lo mismo sucede con el señor de la cachucha Niño Morales y Luis Alfonso Silva que presumen estar del lado del pueblo, pero abusan de su poder.
Y qué decir de los disque verdes Alejandro Avilés y Raúl Bolaños Cacho, el primero compitió contra el actual gobernador y perdió por conveniencia y de la noche a la mañana defiende los colores del Verde, que no tienen nada que ver con la ecología y el segundo que antes mandó a la chingada a Morena y hoy, es más guinda y compadre casi hijo putativo de Ricardo Monreal, aquel que los alumnos de la UNAM ya no quieren.
Ufff.
Ninguno de los arriba mencionados es pueblo, todos son unos aprovechados del sistema que tienen hambre de poder.
Ayer, fue un día terrible para México, un puñado de guindas que creen que son pueblo votaron a favor de una absurda reforma judicial que seguramente en algún momento enfrentarán.
Miles marcharon en defensa de los derechos de los mexicanos y les piden a sus senadores que no se den por vencidos.
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Organizaciones de la sociedad civil se manifestaron afuera de las instalaciones del Senado de la República para exigir que se analice lo que se va a votar en los próximos días sobre la reforma del Poder Judicial de la Federación.
En su intervención, José Ramón Cossío, ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), los ciudadanos recordaron a los senadores que el 2 de junio “no se votó por un maximato”.
“La reforma que se propone se busca que, mediante una remota y abstracta legitimación popular, los gobernantes de hoy controlen a los jueces de hoy y de mañana. Su acelerado e irreflexible proceder les ha impedido percatarse de los riesgos en que van a colocarse y a colocar al país”, aseveró.
“No han reparado en que las indebidas influencias que ya existen en las elecciones políticas habrán de presentarse o podrían presentarse en las judiciales, en las que participarán delincuentes, potencias extranjeras y capitales depredadores de la economía”.