Fernanda Cardoso
Oaxaca de Juárez, 22 de junio. Durante esta semana mucho hemos escuchado acerca de la famosa salida del Gran Bretaña de la Unión Europea, a diferencia de lo que muchos comentaristas en televisión afirman, Gran Bretaña nunca ha sido parte de unión monetaria (Euro) pero es uno de los tres grandes pilares de una de las integraciones más importantes de la historia. Al mismo tiempo, es importante reflexionar respecto a las implicaciones sociales y políticas en las que podría traducirse el BREXIT.
La Unión Europea, tiene como principal objetivo mantener la paz en Europa, en buena medida lo ha logrado. No obstante hay países más comprometidos a la causa que Gran Bretaña, en la década de los setenta cuando se acepta a este país en la Comunidad Europea se hace un primer referéndum para determinar la pertinencia de Gran Bretaña en este intento de integración. Desde ese momento pudimos ver el escepticismo con el que Gran Bretaña manejaba sus relaciones respecto a Europa.
Por otro lado, la Libra Esterlina jamás ha fluctuado de la misma manera que el Euro, a diferencia del dólar que sigue parcialmente las mismas dinámicas de fluctuación. No obstante, pienso que la principal razón de este referéndum es cuestionarse el papel de Gran Bretaña respecto a Europa en materia de migración. Si bien, a todos los países en el viejo continente les han pasado una fuerte factura las grandes oleadas migratorias a Gran Bretaña le ha costado más privilegiar políticas eficientes en materia de refugio.
Lo anterior, ha desatado el resurgimiento de nuevos nacionalismos que son los discursos con los que los partidos de derecha han tratado de persuadir a los británicos para dejar el proyecto de integración que simboliza la Unión Europea. Así pues, la dificultad con la que Gran Bretaña ha salido de la crisis económica ha reforzado los cuestionamientos que tiene la población sobre sus obligaciones respecto a Europa. Es decir, muchas personas prefieren mejorar las cosas en casa antes que ayudar otros vecindarios.
No obstante, desde lógicas funcionalistas, la salida de Gran Bretaña simboliza una mayor facilidad para otros países, no tan importantes para la Unión Europea, para salir de la integración lo que automáticamente pone en entredicho el futuro de tan ambicioso proyecto. Así pues, Gran Bretaña simboliza las nuevas dialécticas de pensamiento que recorren no sólo Europa, sino al mundo entero, donde se privilegian los discursos aislacionistas más que los de cooperación.