Oaxaca de Juárez, 11 de mayo. La semana pasada una sesión solemne tuvo lugar, luego de que el actual presidente de Colombia Juna Manuel Santos visitara nuestro país. Como cualquier visita de Estado el primer mandatario colombiano habló ante el congreso de los temas que han enfrentado México y Colombia alrededor de los años.
El presidente Juan Manuel Santos no sólo habló de las reformas estructurales que México ha emprendido con la actual presidencia de Enrique Peña Nieto sino también de la seguridad que ambos Estados no han podido garantizar. Claramente esta visita es importante para darnos cuenta de la magnitud de los problemas a los que México se está enfrentando.
Colombia es un claro ejemplo de la manera en la que el crimen organizado rebasó las instituciones del Estado hasta llegar al punto en que la situación era insostenible. Bien dice el dicho que cuando veas las barbas de tu vecino cortar pon las tuyas a remojar y a pesar de que este sudamericano país fue considerado en algún momento como un Estado fallido, es evidente que México no ha logrado que el crimen organizado no permeé en las instituciones del Estado.
Bueno sería para todos ver el caso de Colombia como algo no tan alejado a nuestra realidad, novelas como “Las muñecas de la mafia” o “sin tetas no hay paraíso” se han replicado en México con “La reina del sur” o “El señor de los cielos” en los que se engrandece la figura del narcotraficante y se genera toda una dinámica social donde se legitima las actividades ilícitas que éstos cometen.
Hoy por hoy en México encontramos casos como el del “Movimiento alterado” y la “narcocultura” que han fomentado en la sociedad México-estadounidense una admiración a lo ilícito y una adoración a los grandes capos de la Mafia como “el chapo” o como en su tiempo lo fue Pablo Escobar. Valdría la pena entonces ver la forma en la que Colombia ha resentido los embates del narcotráfico más que idealizarlos como un ejemplo a seguir.
Ciertamente una ambivalencia envuelve a todas estas figuras que no sólo representan el poder dentro de las clases más desprotegidas de ambos países sino también resultan un símil que a título personal me gustaría que se quedara en series y no en estructuras gubernamentales completamente vendidas ante el poder del narcotráfico.


