Abel Sánchez
· Desde USA 94, México no pierde en su debut mundialista. Suma su tercer empate.
· Memo Ocho es el salvador al atajar un penal a Lewandowski.
Y el inicio del nuevo sueño mundialista por alcanzar el anhelado quinto partido es alentador para el Tri en Qatar.
Oaxaca de Juárez, 22 de noviembre. México plantó cara y dio muestra de buen fútbol ante una Polonia que partía como favorita y falló un penal en los pies de su estrella Robert Lewandowski, para empatar 0-0 en su debut dentro de la Copa del Mundo, que tuvo como héroe al cancerbero Guillermo Ochoa, quien se convirtió en cinco copas y el segundo arquero mexicano en detener un tiro desde los once pasos en una justa mundialista.
El ambiente dentro del estadio 974, que se armó con bloques de contenedores de mercancías, era inmejorable con los 40 mil espectadores ahí reunidos, en un 90 por ciento mexicanos, que llenaron casi todas las butacas del inmueble, dando al equipo nacional cobijo y haciendo estremecer el alma al entonarse el himno nacional en tierras qataríes.
Pese a las dudas de la eliminatoria y los encuentros de preparación, Gerardo Martino salió con su mejor cuadro, poniendo una tripleta competitiva en el ataque con Henry Martín, Alexis Vega e Hirving Lozano, con la intención de imponer condiciones a una escuadra europea que partía como verdugo con el delantero del Barcelona al frente.
Nunca antes un representativo nacional había caído en el juego de apertura desde Estados Unidos 94, pero los polacos no eran un flan y se tenían reservas sobre su nivel; además, después del tropiezo de Argentina ante Arabia Saudita, unas horas antes, ambos equipos deseaban ganar para despegarse dentro del grupo C.
Tras el silbatazo del nazareno australiano, Chris Beath, el equipo azteca tomó el balón y controló el medio campo, buscando explotar la velocidad de sus carrileros. El rival se tiró atrás esperando un contragolpe sorpresivo y aprovechar una falla en la parte baja. Ambas estrategias eran claras: “Tata” Martino propondría y Czesław Michniewicz apostaría por el contraataque.
El primer error fue polaco. “Chucky” Lozano ganó en la carrera por la banda derecha y centró con veneno, pero Vega no pudo cerrar la pinza. Susto a los cinco minutos de acción, en la cabaña de Wojciech Szczesny.
Un minuto después, Jakub Kaminski, aprovechó un mal pase retrasado de la zaga mexicana para encarar, pero Jesús Gallardo defendió bien y echó el peligro a un costado.
Al 25’, Héctor Herrera metió emoción al pelear un esférico en la banda derecha y mandar un centró al segundo palo, que el chiva, Alexis Vega, remató con decisión muy cerca de la base del poste contrario. Otra, al 27, un balón filtrado llegó a los pies de Gallardo con gran oportunidad frente al arco, pero una maraña de piernas europeas sacó con angustia.
Los verdes tenían nerviosos a sus contrincantes, eran mejores en el terreno de juego y así terminó el primer tiempo, con un Lewandowski sin balones a modo, secado totalmente por la pegajosa marca de Héctor Moreno y Jesús Gallardo.
Para el complemento, México no modificó; mientras, Polonia hizo un cambio en media cancha para tratar de tener mayor dinamismo.
El dominio verde se manifestó al 50’, Jorge Sánchez buscó en un pase elevado a Lozano, pero la defensa rival cortó. En la siguiente, un pase filtrado para Robert Lewandowski llegó al área chica, donde Moreno jaló al atacante de la playera. Tras revisar el VAR, el árbitro señaló penal. La tensión se centró en el campo, Lewandowski perfiló y Memo Ochoa detuvo el disparo raso, al 57’.
El nuevo cinco copas mexicano se convertía en salvador, siendo el segundo guardameta en tapar un tiro desde los once pasos en un Mundial para el Tri, desde que en 1930 lo hizo Oscar Bonfiglio.
Al 63’, Edson Álvarez probó suerte con un disparo lejano, que Henry Martín desvió de cabeza para forzar un lance milagroso del arquero Szczesny. Cerca, muy cerca se veía el irse arriba.
El estratega del combinado tricolor movió sus piezas, buscando variantes al frente. Entraron piernas frescas en los botines de Raúl Jiménez y Carlos Rodríguez, por Héctor Herrera y Henry Martin. Era el 70’.
Ya no hubo más emociones, pese a los siete minutos de complemento otorgado por el silbante. Al decretarse el final, quedaron gratas impresiones: el despertar a la realidad del tricolor en el certamen es esperanzador, porque se vio a un equipo aguerrido, compacto y con argumentos para pelear la clasificación a octavos; sobre todo, ahora que Argentina está tocado.
Más, los fantasmas que se auguraban de tener de la segunda peor actuación para una selección nacional en un certamen de este tipo, como ocurrió en Argentina 78, se esfumó y lo mejor, un reconocimiento al público, que no dejó de cantar, alentar y presionar al rival cada vez que tocaban la pelota. El ¡México!, ¡México!, ¡México! sonó fuerte en las gradas los 90 minutos, pero quedaron para mejor ocasión las anotaciones