Oaxaca de Juárez, 29 de octubre.
(Entrevista completa que realizó el periódico La Razón)
Diódoro Carrasco tiene la política en las venas. Hijo de un diputado federal, desde pequeño conoció el trajín de San Lázaro y en esa misma época aprendió a montar a caballo, actividad que conserva entre sus hábitos más queridos, junto con la pintura y la lectura de pasajes de la historia universal. Impulsor del turismo y el arte en Oaxaca, el exgobernador asegura que lo más importante para un político es conocer y visitar las comunidades de su estado para ayudar a la población: “La gestión que tú puedes hacer marca la diferencia, les cambias la vida en muchos sentidos”.
Bibiana Belsasso: ¿Diódoro cómo fue tu infancia?, naces en Oaxaca, tu padre, diputado.
Diódoro Carrasco: Mi infancia fue muy feliz, igual todas las demás etapas de mi vida. Mi padre fue político, tres veces diputado federal por el PRI, de larga trayectoria en el estado, muy reconocido y querido. Fue diputado local, presidente municipal de su pueblo: San Juan Bautista Cuicatlán, de donde es la familia, y además militó muchos años en la Confederación Nacional Campesina (CNC) y fue dirigente estatal muchos años a nivel local y nacional como secretario general. Así que el ambiente de la casa familiar siempre estuvo ligado a la actividad política y de gestión, de viajar mucho por los pueblos. Mi padre era un extraordinario gestor, le gustaba mucho convivir con la gente, ayudarla desde su función pública.
Belsasso: Tu también eres así.
Carrasco: Me gusta mucho. Es una formación que no puedes evitar cuando la gente se te acerca a pedirte que le ayudes con cosas a veces elementales que resuelves con una llamada telefónica. La gestión que tú puedes hacer marca la diferencia, les cambias la vida en muchos sentidos.
Belsasso: ¿De chiquito ibas con tu papá a la Cámara a ver cómo trabajaba?
Carrasco: Sí, yo estuve muchas veces con mi padre en la Cámara. De hecho creo que presencié el último informe de Echeverría sentado en una curul, porque algún diputado no llegó y yo quedé ahí. Sí me llevaba mucho a sus actividades políticas, a sus giras; fuimos a todas sus campañas por supuesto. Y luego, en la CNC también participé ya de adulto, mi padre estuvo en esa organización hasta mediados de los 70 como dirigente.
Belsasso: ¿Y tu mamá?
Carrasco: Mi mamá es una mujer de casa, tuvo siete hijos, así que su tiempo para distraerse en algo que no fuera cuidar y educar niños fue muy poco, pero lo hizo muy bien, ahora es una mujer muy vigorosa que sigue muy activa.
Belsasso: ¿Cuántos años tiene tu mamá y qué hace?
Carrasco: Tiene 85 años, mantiene el rancho que le dejó mi padre. Tiene un pequeño hotelito, que creó en lo que fue la casa de mi abuelo Pedro, hace taichí, lee mucho, pinta, y se la pasa atendiendo hijos, nietos y bisnietos.
Belsasso: ¿De tus abuelos cuál fue el que más te marcó? ¿tu abuelo Pedro?
Carrasco: Yo creo que dos: mi bisabuelo Mariano que era el abuelo de mi padre, y mi abuelo Pedro, que era el papá de mi mamá. Yo creo que los dos fueron muy importantes porque de ellos recuerdo muchas pláticas de niño y de adolescente. Con mi abuelo Pedro hasta de adulto, murió cuando yo estaba estudiando la carrera en el ITAM, muy metido en el sector rural, era un hombre de a caballo.
Belsasso: Y a ti te fascinan los caballos…
Carrasco: El rancho que yo tengo ahora es el que hizo mi bisabuelo Mariano hace ciento y tantos años. Ahora me toca cuidarlo.
Belsasso: ¿Cuántos caballos tienes en ese rancho?
Carrasco: No soy coleccionista de caballos, a mí me gusta montarlos, no sólo verlos. No soy criador, ayudo a arreglarlos y arrendarlos. Tengo cuatro caballos que son los que yo monto, los uso con el caballerango y con invitados que van conmigo al rancho y que les gusta montar.
Belsasso: Tu abuelo era el que siempre te llevaba a andar a caballo…
Carrasco: Mi abuelo tenía muy buenos caballos, ese es un gran recuerdo de él. Era un gran jinete, y mi padre también. Nosotros nos formamos desde niños, quizás las mejores etapas de la vida eran cuando nos íbamos todo el verano a pasar vacaciones al rancho en Cuicatlán y montábamos todos los días, desde que amanecía.
Belsasso: ¿A los cuantos años llegas a México? Fue para entrar al ITAM o para la preparatoria?
Carrasco: No, yo hice la preparatoria en Oaxaca. Mi formación fue fundamentalmente en escuelas públicas en el estado. Soy resultado de la educación pública laica y gratuita.
Belsasso: Cuando en Oaxaca la escuela pública funcionaba…
Carrasco: Cuando la escuela pública era espléndida, extraordinaria. Yo estudié la primaria en la escuela Abraham Castellanos, que es muy famosa; la secundaria en la general número 1 de Oaxaca, que era la única que había en esa época; y la preparatoria en el Tecnológico Regional de Oaxaca. Me estaban orientando en mi casa hacia la ingeniería. De hecho, lo intenté en el Tec de Monterrey un semestre, estudiando agronomía, y me regresé a la Ciudad de México, al ITAM, a estudiar Economía.
Belsasso: Y ahí tienes una buena historia porque dices que había profesores ya muy reconocidos y decidiste tomar clases con un jovencísimo economista en ese entonces, quien sería después el presidente Carlos Salinas.
Carrasco: El ITAM era una escuela que estaba en Marina Nacional. Éramos pocos alumnos. Teníamos muy buenos maestros, extraordinarios: Pedro Aspe era nuestro tutor, Javier Beristáin era el rector; daban clases Gil Díaz y una generación de jóvenes que venían recién egresados de sus doctorados y sus maestrías, uno de ellos era Carlos Salinas…
Belsasso: Él trabajaba en la Secretaría de Programación y Presupuesto, y cuando no podía ir a dar la clase al ITAM llevaba a los alumnos directamente a su oficina.
Carrasco: Sí, cuando el licenciado Salinas, por alguna razón de horarios, no podía acudir al ITAM, nos invitaba y nos daba clases en una mesa, tenía su oficina redonda, éramos pocos, ocho o diez alumnos en su clase. Él daba finanzas públicas y luego la siguiente materia que era política fiscal. Fantástico y estupendo maestro.
Belsasso: Sí, me dices que era clarísimo.
Carrasco: Muy buen maestro, didáctico y además práctico, porque no sólo era un académico que tiene una muy sólida formación, además estaba ejerciendo como economista en el área de Programación y Presupuesto.
Belsasso: ¿Quién te lleva a trabajar en tu primer puesto político?, ¿fue Carlos Salinas?
Carrasco: No, fue en Banrural con Chela Brasdefel, querida amiga, que era subdirectora de Planeación. Pero quien me invita a trabajar y que es una parte muy importante de mi vida es Rodolfo Echeverría Suno y su hermano Álvaro.
Belsasso: El hijo de Luis Echeverría.
Carrasco: Nosotros estuvimos en el ITAM del 72 al 77, o sea, justo en el periodo de gobierno de Echeverría; los dos estudiaban en el instituto y tuve la suerte y el privilegio de que Rodolfo fuera mi compañero de generación.
Belsasso: Me platicabas que el presidente Echeverría los puso a trabajar y a hacer un programa interesantísimo que les dio oportunidad de viajar por Europa y otros lados.
Carrasco: Fue una etapa muy buena porque, además de la formación, la relación con Rodolfo nos permitió construir una muy buena amistad. Desgraciadamente murió muy joven, de 31 años.
Belsasso: De verdad era muy joven…
Carrasco: Falleció arrancando el sexenio de López Portillo, pero hizo una carrera vertiginosa e importante porque fue vocal secretario y vocal ejecutivo de la Comisión del Balsas cuando existía ese modelo de desarrollo regional en México, la cual nos llevó a conocer toda la cuenca del Río Balsas, viajar mucho por el país, conocer cómo se hacen las cosas desde muy jóvenes. El presidente Echeverría nos envió a conocer los sistemas agroindustriales de Europa a Italia; hicimos un viaje fantástico.
Belsasso: ¿De ahí a dónde te vas?
Carrasco: Cuando muere Rodolfo y desaparece ese equipo me invitaron a colaborar en Comercio, me incorporé en la Dirección de Productos Básicos con Emilio Fernández; estuve un periodo corto porque René Villarreal me invitó a trabajar a la Subsecretaría de Planeación como secretario particular y con él colaboré un rato y después me voy a Oaxaca a la campaña de mi amigo Eladio Ramírez.
Belsasso: Y te quedas como su secretario de Gobierno.
Carrasco: Me quedo. Hago la campaña con él. Me nombra secretario de Planeación y dirijo el Coplade, organismo coordinador para el desarrollo del estado…
Belsasso: ¿Y ahí te imaginabas que querías ser gobernador?
Carrasco: Cuando eres de alguna entidad y traes en la sangre, en las venas, la formación política y ese gusanito o virus, siempre tienes esa perspectiva como meta en tu vida. Antes de terminar el gobierno de Eladio salí como candidato al Senado de la República y aquel maestro amigo del ITAM, Carlos Salinas, era presidente del país, fue el gran impulsor junto con el gobernador Eladio Ramírez y Colosio, que estaba ya en el PRI, para ir al Senado. Fui compañero de Luis Donaldo.
Belsasso: Fueron años muy complejos, pero hermosos, trabajaste muchísimo por el estado.
Carrasco: Fueron años apasionantes, yo creo que para un político no hay privilegio más grande en la vida.
Belsasso: Eras muy joven…
Carrasco: Tenía 38 años cuando entré al Gobierno, y salí de 44 y me dediqué seis años de tiempo completo. Casi no venía a la Ciudad de México, la verdad estaba muy dedicado porque en esa época tenía claro qué hacer como gobernante.
Belsasso: Siendo tan joven tuviste la visión y fuiste lo suficientemente inteligente como para decir: estoy apenas sembrando mi carrera profesional y tengo que hacerlo muy bien para poder tener otros cargos a futuro.
Carrasco: No. Yo no pensaba en eso. Lo que quería era cumplir muchos compromisos que hice, y tenía el interés de hacer tres o cuatro grandes obras en las que conté con todo el respaldo del expresidente Salinas…
Belsasso: Hiciste el parque eólico…
Carrasco: No, primero se realizó la autopista que le cambia la fisonomía a Oaxaca. La autopista de la ciudad de Oaxaca-Cuacnopalan Puebla, que ha cambiado en mucho la vida en el estado, sobre todo en materia turística y comercial. Santo Domingo era un viejo sueño de generaciones de oaxaqueños que hice mío. (Del parque eólico) yo estuve en la etapa de pruebas y le dimos todo el apoyo, luego encaminamos muchos programas muy interesantes de turismo y de maquiladoras.
Belsasso: Pusiste muy de moda Oaxaca. Empiezan a hacerse bodas ahí, la artesanía está en todos lados…
Carrasco: Ese fue otro tema al que dedicamos mucho tiempo y mucho gusto, impulsar a los grandes artistas, amigos todos ellos. La primera boda que se hace en Santo Domingo fue justo cuando estábamos terminando el rescate del templo, en la lógica de promoverlo como un centro de atracción cultural y social que generara ingresos para su propio mantenimiento. Ahí se casa la hija de Antonio Suárez Gutiérrez, el empresario tunero; esa primera boda resulta un éxito e inició grandes actividades económicas.
Belsasso: Pero además de la política te encanta la pintura, tú pintas.
Carrasco: Tengo muchos amigos pintores que visitan la zona del rancho donde tengo una fundación. Me siento a pintar con ellos, haciendo dibujos y garabatos pero además admiro mucho su arte, yo ni de lejos soy pintor, pero me gusta cuando puedo hacer algo propio.
Belsasso: Hay una historia: te secuestran. Platícanosla.
Carrasco: Realmente no fue un secuestro: yo acudía a giras todas la semanas y mi equipo por alguna equivocación anunció que iba a visitar un pueblo y yo no estaba ahí, me encontraba en otro lugar en la Sierra Juárez y a ese grupo lo retuvieron, diciendo que si yo no iba a cumplir mi compromiso, que por cierto yo no había hecho, los iban a retener ahí. Entonces llegué en la madrugada y había un grupo embozado, armado, del EZ que, después vimos en las imágenes, tiraron un árbol y obstruyeron el paso. Estuve con ellos trabajando de la una a las ocho de la mañana; llegamos a varios acuerdos. Fue una especie de retención, digamos, una cosa muy tensa.
Belsasso: Dejas el gobierno de Oaxaca y a las pocas horas entras de subsecretario de Gobernación.
Carrasco: Sí, terminé el gobierno de Oaxaca, quizá para mí de los más importantes resultados era entregar bien un estado tan complicado. Veníamos de una guerrilla con el EPR, teníamos la zona de destrucción del huracán Paulina, y con la política en Oaxaca siempre tan activa. Tuvimos el apoyo primero del presidente Salinas y luego del presidente Zedillo, y el primer mandatario me invita a incorporarme al día siguiente que entregué la administración como su subsecretario de Gobierno en la Secretaría de Gobernación.
Belsasso: Conoces el tema de la guerrilla, el de la Coordinadora, todo este ámbito en el que sin duda hace mucha falta gente con experiencia en Gobernación.
Carrasco: Sin duda ayuda. Oaxaca, como el país, es un laboratorio de enseñanza cuando estás en el ejercicio de la política y del gobierno muy intenso, y la verdad aprendes muchas cosas. Entre otras, cómo puedes identificar y actuar frente a ese tipo de fenómenos, así que fue una formación que me sirvió mucho en la subsecretaría.
Belsasso: ¿Cómo llegas a ser secretario de Gobernación?
Carrasco: A los seis meses de llegar a la Subsecretaría de Gobierno, Paco Labastida, mi jefe, querido y respetado amigo, sale como candidato a la Presidencia de la República, entonces el presidente Zedillo me invita a quedarme como secretario de Gobernación, cosa que cubro en el último año y medio de su periodo. Estuve dos años y seis meses como subsecretario y un año y medio como secretario.
Belsasso: ¿Qué fue lo más difícil?
Carrasco: Dos grandes temas: uno, la huelga de la UNAM que acabó finalmente, como todo sabemos, después de nueve meses con una intervención quirúrgica, cuidadosa, organizada recién inaugurada la Policía Federal que nos tocó a Paco y a mí. Luego, en otro contexto, el proceso electoral del 2000: el año de la alternancia política fue también un reto fantástico que afortunadamente salió muy bien para el país y para quienes estábamos en esa época en esos cargos.
Belsasso: Tiempo después dejas la Secretaría de Gobernación, te quedas un tiempo fuera de la política y luego te vas de diputado, pero ya no del PRI.
Carrasco: Bueno, cuando termina ese periodo de gobierno pasan muchas cosas. Llega el gobierno del presidente Fox. Hubo un espacio muy complicado porque el PRI entra en un proceso de reorganización. Mi visión es que el PRI es capturado por un grupo que lejos de buscar unir a las diferentes partes que se habían consolidado durante el periodo de los presidentes Salinas y Zedillo, convierte al partido en una diáspora, yo creo que una generación completa sale del partido por aquellos que en el PRI nos identifican como tecnócratas, como si la política sólo fuera hacer elecciones o grilla. Renuncié al PRI en el 2005.
Belsasso: Pero me dices que nunca te afiliaste al PAN.
Carrasco: No, yo renuncié al PRI, presenté mi dimisión después de un proceso jurídico, que por cierto gané. Fue una decisión personal, voluntaria, ahí están los testimonios y la carta. Me invitó el entonces candidato Calderón a través de Josefina Vázquez Mota y de Javier Lozano a integrarme a una expresión política no panista que contribuyera en la campaña y tuve la oportunidad de ir al Congreso con el PAN como diputado externo, es una figura que existe.
Belsasso: Ahora estás de secretario de Gobierno en Puebla.
Carrasco: Sí. No tengo militancia política, pero lo que sí tengo es el entusiasmo de aprovechar estos espacios que son un privilegio y una oportunidad de hacer política y hacer ejercicio de gobierno.
Belsasso: Diódoro, además de la política te gusta la historia.
Carrasco: Sí, me gusta mucho la historia, leer los pasajes de las etapas fantásticas que uno ha vivido en el mundo, pero sobre todo en el país. Este abrumador y colosal siglo XVIII y el siglo XIX que está lleno de enseñanzas y que es apasionante porque además te lo encuentras por todos lados, esas figuras de liberalismo mexicanos que eran unos verdaderos gigantes; lo mismo eran escritores, militares, artistas, diplomáticos, servidores públicos, legisladores.
Belsasso: ¿Cómo conoces a Clara, tu esposa?
Carrasco: En su casa. Muy chistoso, porque fui a su casa a recoger, con una amiga de mi hermana mayor, unos biberones que trajo de EU. Clara me abrió, y ahí la conocí.
Belsasso: Te encantó.
Carrasco: Digamos que sí, me encantó y tuvimos un noviazgo breve y nos casamos muy pronto, yo estaba saliendo del ITAM . Teníamos 24 años.
Belsasso: Tienen tres hijos.
Carrasco: Lucía nació a los dos años de casarnos, Santiago es el hijo intermedio y la menor que es Inés. Tengo dos hijas y un hijo.
Belsasso: Inés te acompañaba desde chiquita a todas las campañas políticas, ¿verdad?
Carrasco: Inés hizo la campaña al Senado de la República e hizo la del gobierno del Estado, y está mal que lo diga, pero me encanta la anécdota de cuando la metí a una cubeta y la bañaron con agua fría porque hacía mucho calor en la zona del Istmo y de la Cuenca, ahí están las fotos muy simpáticas.
Belsasso: Diódoro, el día más feliz de tu vida.
Carrasco: He tenido muchos. Yo creo que cuando tienes muchas satisfacciones familiares, personales, políticas, no puedes definir uno solo porque tiene que ver con los hijos, con la esposa, con los cargos públicos o cuando resuelves grandes temas por los que te sientes muy satisfecho.
Belsasso: El más triste.
Carrasco: El más triste sin duda fue el de la muerte de mi padre, porque yo no estaba en México cuando falleció. Visitaba a mi hijo Santiago que estudiaba en Canadá. Fue muy penoso para mí.
Belsasso: Complétame esta frase. Diódoro Carrasco es…
Carrasco: Político, soy un político liberal, amante de la naturaleza y del arte.