Swagger
Ciudad de México, 24 de agosto. Entre sorbo y sorbo todo un fenómeno ocurre en nuestro ser cuando bebemos cerveza y no sólo nos referimos a la embriaguez, si no a lo siguiente. Hay cambios en tu cuerpo y todo comienza con la primera ronda:
1. A pesar de que dicen que con la cerveza engordas, hay que señalar que no contiene grasa. Su nivel calórico es de aproximadamente 42Kcal/100ml, que es menor a una lata de refresco de cola de 250 ml., el problema es cuántas te tomas y con qué las acompañas: ya sea la comida, la botana o los tacos para bajarse la fiesta. Además de que forma parte de las bebidas alcohólicas comerciales de menor graduación. Así que no te preocupes, una, dos o tres botellas no se verán reflejadas en la tomentosa báscula.
2. En cada sorbo le estás proporcionando a tu organismo vitamina B, específicamente B12 (la encargada de producir glóbulos rojos); esta vitamina puede ser almacenada durante años en tu hígado. Por lo tanto, cuando te pregunten si tienes cirrosis puedes responder haciéndote el graciosito y diciendo que es sólo tu reserva de B12. También le aporta vitamina A, D y E, así como minerales como potasio, calcio, magnesio y silicio.
3. Con cada refrescante trago colaboras a la buena circulación de la membrana mucosa bucal, esto debido al gas carbónico, que provoca salivación y estimula la formación de ácido en el estómago y apresura la digestión; el resto ya se lo imaginarán.
4. Otro más de sus componentes es el ácido fólico, auxiliar preventivo en enfermedades cardiovasculares. Pero, ojo, mujeres, si están embarazadas, no crean que por tomarse una caguama van a adquirir el ácido fólico para su embarazo, puede ser contraproducente.
5. Por su bajo nivel en sodio, la cerveza tiene efectos diuréticos. La cantidad de veces que vayas al baño será directamente proporcional a tu nivel de embriaguez. Del 1 al 10, qué tan borracho estás; siendo uno: “Me pido otras dos y ya” y 10: “creo que entré al baño equivocado”.
6. El lúpulo es un ingrediente esencial para la elaboración de la cerveza, el cual aporta el sabor amargo y olor característico. Dentro de nuestro organismo, este ingrediente tiene efectos antisépticos y sedantes: “No es que esté embriagado, más bien estoy sedado”. Así, el lúpulo actúa como un protector estomacal.
7. Gracias a su fibra soluble, ayuda a nuestro sistema digestivo a evitar el estreñimiento, el probable cáncer de colon y hasta la diverticulosis (algo así como bolsas que se crean en el intestino grueso). Pero no se angustien, suele darse en personas mayores de 60 años. (Si su hígado les permite llegar a esa edad, será momento de tomar cartas en el asunto).
8. Después de haber consumido un litro de cerveza le habrás aportado a tu cuerpecito el 60% de la fibra soluble recomendada, y el 20% de antioxidantes por día. Sólo recuerda que no es la única fuente de estos nutrimentos.
9. También afirman que contiene maltodextrinas, un carbohidrato que actúa como fuente de energía, utilizado en bebidas para deportistas. ¿Ahora entiendes por qué en el futbol llanero se acostumbran las caguamas después del partido?
10. Por último, la cerveza previene la osteoporosis. Y es que el alcohol reduce la pérdida de masa ósea y el silicio, mencionado en el segundo punto, Y favorece a la conservación de la misma masa ósea.