Cargando flores, veladoras, cubetas de agua y hasta escobas llegaron a limpiar las criptas de sus padres, hijos, hermanos o tíos ya fallecidos.
Otros más contrataron a un músico para que le cantara a su familiar sus melodías favoritas.
Dentro del panteón algunos “vivos” ofrecen cargar hasta las tumbas cubetas de agua por una módica cantidad, servicio que ocupan sobre todo las personas mayores que ya no pueden hacerlo.
Afuera del recinto los vendedores ofrecen a los visitantes flores de cempasúchil, borla, o rosas, también veladoras de diferentes precios y tamaños.
Dulces en miel, ciruelas en conserva, hot cakes, jugos, y antojitos tradicionales son el deleite de los chicos y grandes después de visitar las criptas.
Cabe señalar que elementos de la Policía Municipal resguardan la seguridad y movilidad de los visitantes al panteón.