La Razón
Oaxaca de Juárez, 25 de marzo. MARCAJE PERSONAL. La CNTE es especialista en chantajes. Por eso ahora subió a la mesa de negociación el tema de la elección en Oaxaca.
En el fondo de lo que busca, además de mantener sus privilegios, es que liberen a cinco de sus integrantes que se encuentran en prisión por el secuestro de dos niños.
Esto no ocurrirá y por diversos motivos. Sería una atrocidad para las víctimas y su familia. Los delitos se tienen que castigar y el expediente ya está en manos de los jueces.
Se mandaría un mensaje de que no existen límites. Ningún grupo político se puede dar un lujo semejante sin esperar, a cambio, consecuencias, devastadoras.
En la dirigencia de la sección 22 lo saben, pero es un elemento de presión adicional. Por lo pronto insisten en que no se instalarán casillas en las escuelas.
Los centros educativos han sido utilizados para el día de los comicios porque brindan mayores elementos de neutralidad y despejan el ambiente de suspicacias.
Aprovechan, de paso, la debilidad del gobernador Gabino Cué y lo colocan, de nueva cuenta, en una situación difícil, en la cual su margen de operación, sin la utilización de la fuerza pública, se va reduciendo.
Acostumbrados como están, a las apuestas altas, en la Coordinadora irán dejando que el tiempo transcurra para elevar el costo del acuerdo y complicar cualquier salida negociada que no sea bajo sus términos.
Dinero e impunidad son la divisa de una organización que ha sido lacerante para Oaxaca y sobre todo para sus niños, los peor educados y los que menos clases reciben porque sus “profesores” están movilizados.
En la APPO demostraron que son capaces de violentar, en general amparados por la omisión de las autoridades, derechos fundamentales como el de educación, expresión, reunión o circulación.
Tétricos, buscan ahora la impunidad absoluta amparados en reivindicaciones sociales en las que nunca han creído.
En Oaxaca, conviene no olvidarlo, la CNTE cuenta inclusive con ministerios públicos que investigan los delitos cometidos por maestros.
Sus resultados son evidentes: nunca hay responsables de nada, excepto si un ciudadano tiene la mala fortuna de enfrentarse con ellos.
En el caso del secuestro, por fortuna, intervinieron en su momento las autoridades federales y ello permitió rescatar a los pequeños y poner tras las rejas a los rufianes.
Es algo que no perdonan los “profesores” y ahora tienen en el día de la elección un nuevo pretexto, si no para lograr la liberación de sus cómplices, al menos para sacar alguna tajada, que en eso son muy buenos.
julian.andrade@razon.com.mx
Twitter: @jandradej